Esta medida tiene el claro propósito de ejercer control y presión sobre los votantes en el puesto de trabajo, lo que constituye una amenaza y un chantaje de los patrones contra sus trabajadores. ¿No sería mejor permitir la libre determinación de cada cuál?
Esta carta la firma CANATUR, en nombre del “sector turismo”. Sería bueno que la dirigencia de la Cámara aclarara en qué Asamblea General votó tomar tal posición sobre el TLC y si sus agremiados son partícipes de solicitar tan vergonzosa plantilla de sus empleados. Por la respuesta que también circula públicamente, donde una empresaria afiliada denuncia esta maniobra, pareciera que quien redactó la infeliz misiva no cuenta con el respaldo de todo el empresariado turístico.
Es falso que el sector turismo se agote en CANATUR. Son miles de mujeres y hombres que brindan servicios al turismo, que no están afiliados a CANATUR. La gran mayoría son micros y pequeños empresarios, también socios de proyectos comunitarios, de cooperativas, de asociaciones, cuyos intereses no son los mismos de las grandes empresas representadas en ese gremio.
También hay profesionales, programas universitarios, cooperantes internacionales y gran cantidad de actores para el desarrollo que no comparten estas tesis. Resultaría conveniente que la Cámara sacara la lista de sus asociados que apoyan esta medida, para que los costarricenses tengamos mejor criterio de elección cuando hacemos turismo interno.
Lo más risible de la carta son los argumentos por los que hay que apoyar al TLC. Asustan enseñando el muñeco de que si no aprobamos el tratado los turistas norteamericanos dejarán de venir. Cual neófitos olvidan que las principales razones que toma en consideración un turista de los Estados Unidos para venir a Costa Rica, no tienen nada que ver con el TLC. Allá mayoría de la gente ni está enterada de este tema.
Las razones principales para escoger un destino turístico tienen que ver con: atractivos, relación precio – calidad, costos totales, condiciones de seguridad e infraestructura (en la que andamos mal).
Contrario a lo que vaticina CANATUR, la aprobación del TLC lanzará a miles de campesinos, indígenas, micros y pequeños empresarios fuera de la actividad productiva. La emigración, los cordones de miseria, la criminalidad y la violencia crecerán.
Ya pasó en México donde hay playas militarizadas para que los extranjeros no arriesguen su blanco pellejo al estar cerca de los lugareños. El TLC es más del mismo modelo excluyente, que ha venido ensanchando la brecha social y sumiendo en la pobreza a miles de familias.
Más bien una sociedad inclusiva, donde prevalezca un modelo solidario, ofrece la paz social y la estabilidad que las personas buscan cuando deciden hacer turismo con sus familias. El modelo que promueve el TLC es lo contrario.
La carta en cuestión recurre al fantasma de que la “no aprobación del TLC crearía un clima de inseguridad jurídica que puede desviar la intención de invertir en el país”. Ya está bueno de mentir descaradamente, las condiciones jurídicas del país no tienen por qué cambiar si se rechaza tan nocivo tratado, de todos los países signatarios somos el que atrae la mejor inversión extranjera.
Probablemente están preocupados por las condiciones para que inviertan lo depredadores de nuestra riqueza natural, los que secan manglares para construir hoteles, los que dejan sin agua a comunidades enteras para regar campos de golf, los que prohíben a los costarricenses ingresar a sus propias playas, los que están despojando a las familias locales de su patrimonio. ¿Algunos de esos son socios de CANATUR?
La Cámara dice estar preocupada porque sin el TLC las familias costarricenses no tendrían ingresos suficientes para hacer turismo interno. Si esto de verdad les preocupa, deberían reclamar a sus aliados de UCAEEP y a sus propios asociados, que paguen salarios dignos a sus trabajadores, para que tengan el sagrado derecho al descanso con sus familias. El salario real en Costa Rica está estancado en su valor de hace veinte años, por eso cada vez alcanza menos.
El pronunciamiento de CANATUR es irrespetuoso al plantear que el turismo es “la actividad productiva más importante para el país”. La llamada industria sin chimeneas es sin duda muy importante en la generación de puestos de trabajo, de eso no cabe dudas. Pero no menos importante es la producción de alimentos que hacen nuestros agricultores, acaso es menos importante el trabajo de tantas mujeres que desde sus microempresas están generando el sustento de sus familias.
O el trabajo de nuestros indígenas, a los que muchos empresarios turísticos sólo ven como mano de obra barata u objetos para mostrar a los turistas. Obreros, educadores, profesionales, estudiantes, amas de casa, empresarios, todos juntos somos cruciales para el futuro de esta noble patria.
Un debate que CANATUR debería promover, pero incluyendo al conjunto de sectores interesados, debería ser sobre el tipo de turismo que queremos desarrollar en el país. También sobre las políticas que el Estado debería impulsar para auspiciar a la micro y pequeña empresa turística, para que los ingresos que genera la actividad se distribuyan mejor y queden en las comunidades. Qué tipo de turismo garantiza la sostenibilidad social, económica y ambiental, que están en riesgo con el TLC.
Hagan foros de discusión sobre estos temas, permitan que sus trabajadores participen, que se organicen de forma autónoma, hagamos un gran debate nacional sobre la actividad y así, de forma democrática, cada cual ejercerá su derecho al voto sin las irrespetuosas presiones que la Cámara propone.
* Sociólogo
Fuente: Costa Rica Solidaria