Costa Rica se enfrenta en este momento a la mirada mundial que no entiende un discurso internacional de nuestro país, profundamente respetuoso de los Derechos Humanos y que fomenta el diálogo y la negociación como uno de los principales instrumentos de cualquier democracia, tanto en el ámbito político, como en el social y en el laboral.
Uno de los mecanismos idóneos para lograr la paz social, el diálogo social y la síntesis de intereses diversos es, precisamente, la negociación colectiva cuyo fruto fundamental es la Convención Colectiva de Trabajo.
Son innumerables las promesas incumplidas de sucesivas administraciones de gobierno a lo largo de más de veinte años, de defender lo indefendible ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT). A la luz de lo que ya se perfila como una verdadera política de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, a quince años de su nacimiento; y, a la luz de la presente coyuntura nacional en torno a varios fallos relacionados con las convenciones colectivas de trabajo, el Movimiento Sindical Costarricense considera fundamental emitir el presente pronunciamiento en torno a los derechos humanos de Libertad Sindical y de Negociación Colectiva.
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