También investiga a bancos que otorgaron créditos “maliciosos” y a los que negociaron esos títulos valores. Hasta ahora han formulado cargos penales contra 406 personas acusadas de maniobras fraudulentas para la concesión de créditos hipotecarios.
Pero los culpables de la debacle financiera usamericana no están únicamente en los bancos sino también en las instituciones gubernamentales donde los funcionarios públicos, por intereses personales o por razones ideológicas, no cumplieron su responsabilidad de regular y supervisar adecuadamente el mercado.
Dos de las principales entidades encargadas de la regulación financiera en Estados Unidos son el Departamento del Tesoro (Treasury Department) y la Securities and Exchange Commission, más conocida como SEC.
El Departamento del Tesoro es dirigido por el Secretario Henry M. Paulson, quien muestra como referencia una larga trayectoria en Goldman Sachs, una de las mayores corporaciones de inversiones del mundo, de la cual fue presidente por varios años. El subsecretario Robert M. Kimmitt también tiene un amplio historial previo como director de Lehman Brothers.
Una de las principales dependencias del Departamento del Tesoro (Domestic Finance), tiene como obligación “desarrollar las políticas, orientaciones y regulaciones para las instituciones financieras y los mercados de capital”. Dos de los más importantes funcionarios de esa oficina son Jeremiah Norton, subdirector, y Jeffrey Stoltzfoos, asesor principal. Tanto Norton como Stoltzfoos, antes de ocupar esos puestos fueron ejecutivos del banco J.P. Morgan y Merril Lynch, respectivamente.
¿Cómo entenderán y aplicarán la regulación y supervisión estas personas que vienen del mundo privado de las finanzas, que coyunturalmente tienen un puesto político en una institución del Estado encargada de regular a las empresas en las que ocuparon altos cargos y a las que posiblemente regresarán al concluir su tránsito por el gobierno?
Por su parte, la SEC tiene_ “la responsabilidad primordial de regular la industria de títulos valores y de hacer cumplir las leyes federales en esta materia”_. En 2002, cuando era presidida por Harvey Pitt se presentaron indicios de corrupción y de mano suave hacia las grandes corporaciones. Esto provocó su renuncia. En la actualidad el presidente de la Comisión es Christopher Cox, calificado como “amigo de las empresas y enemigo de imponer multas elevadas a las compañías que cometen fraudes en el mercado”. El candidato McCain ha amenazado con despedir a Cox y el propio inspector general de la SEC dijo que la institución “no ejecutó adecuadamente su misión de supervisar a Bear Stearns”
¿Es posible pensar en una verdadera regulación cuando reguladores y regulados comparten antecedentes, puntos de vista e intereses?
En Costa Rica lo hemos visto. Negociadores oficiales contratados por empresas transnacionales que se beneficiaron en la negociación. Jerarcas del gobierno que integran juntas directivas de empresas favorecidas por decisiones de su gestión pública.
La experiencia que se vive en Estados Unidos debe hacernos reflexionar. En nuestro país se están abriendo los mercado de seguros y de telecomunicaciones. ¿Podemos confiar en quienes están haciendo las normas para regular y supervisar esos mercados? O serán esas mismas personas las que mañana servirán como asesores y ejecutivos de las compañías que vendrán a aprovecharse de los portillos que queden abiertos en las leyes y los reglamentos.
Debemos estar vigilantes para evitarlo.
30/09/2008