En los 80 una inmensa deuda externa imposible de pagar nos postró aun más en la pobreza y la miseria, volviendo a generarse la violencia institucional que ya se había vivido con la militarización de nuestros pueblos, la desaparición y la tortura de nuestros familiares y el sometimiento de nuestras naciones indígenas originarias campesinas.
A lo anterior, ya en la etapa neoliberal, se añaden en el marco del capitalismo transnacional y globalizado los inhumanos procesos de desnacionalización y la sumisión absoluta de los gobiernos neoliberales a los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
Todo esto ha hecho que la voluntad popular no signifique nada en el esquema del pensamiento de las transnacionales, de la explotación y el crimen, recordándonos permanentemente que la era de colonización de nuestros pueblos aún no ha terminado.
La intromisión del imperialismo yanqui en la historia de nuestros pueblos como ocurrió con países como Colombia, Haití, México, Puerto Rico, Nicaragua, Argentina, Ecuador, Venezuela, Bolivia, entre otros, con el pretexto de luchar contra el “terrorismo” o el “narcotráfico” ha expoliado nuestros recursos y ha empobrecido a nuestra gente; igual que los colonizadores de la “cruz y la espada” se ha apoderado de nuestras riquezas y ha dañado el medio ambiente.
La desigualdad económica, política y social, al igual que la exclusión y la discriminación son producto del neoliberalismo y el colonialismo de larga data, que debilitaron a los Estados y supeditaron el bienestar de nuestros pueblos a los designios de las organizaciones multinacionales y a los intereses de las empresas trasnacionales. La capacidad destructiva del sistema de dominación imperialista es aterradora, el desempleo aumenta y la esperanza de vida desciende; ellos mismos se encuentran ahora sumidos en una crisis sistémica cuya resolución no puede ser a costa del bienestar de nuestros pueblos.
Los movimientos sociales, expresión de las organizaciones indígenas originarias, afro descendientes, campesinas, organizaciones sindicales, juveniles, gremiales, los maestros, los obreros, los sin tierra, los productores cocaleros, las juntas de vecinos, profesionales progresistas y otros que luchan no solo por reivindicaciones salariales, sino también por la vida y el respeto a la madre tierra, desde antes, y desde siempre fueron los verdaderos artífices de la revolución y de las transformaciones profundas.
No olvidemos que los movimientos sociales hemos jugado un papel central en los últimos años en la perspectiva de una democratización y descolonización profunda de nuestros países, por un cambio sustantivo y genuinamente transformador tanto en lo económico, como en lo superestructural de nuestra Abya Yala.
Recordemos que el 14 de diciembre de 2004, Cuba y Venezuela proponen dar inicio e impulsar el ALBA, como alternativa al ALCA, que permita a nuestros pueblos y naciones avanzar políticamente en la búsqueda de una verdadera y libre integración, basada en la solidaridad, que responda a las necesidades sociales, políticas, educativas, culturales, económicas, reconociendo las luchas históricas de los pueblos latinoamericanos y caribeños por su unidad y soberanía.
En noviembre de 2005, en el marco de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, se da la simbólica derrota del ALCA que fue organizada por la Alianza Social Continental, como aporte a la integración.
Meses después en enero de 2006, en el marco del capítulo del Foro Social Mundial, el Presidente Chávez se reúne con Movimientos Sociales y plantea la necesidad de la creación del Consejo de Movimientos Sociales del Alba.
El año 2006, en Lima Perú se lleva a cabo la Cumbre Enlazando Alternativas, paralela a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y la Unión Europea, en la que se avanza en la articulación de los Movimientos Sociales en el marco del proceso de integración latinoamericana.
Más tarde en noviembre del 2006, en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, se celebra la Cumbre Social por la integración de los Pueblos, paralela a la Cumbre Presidencial de la Comunidad Suramericana de Naciones (CSN). Fue organizada por la Alianza Social Continental, como aporte a la integración en el marco de una gran movilización de los movimientos sociales, originarios y originarios del país.
En la V Cumbre del ALBA celebrada en abril de 2007 se lanza la declaración de Tintorero donde se aprueba la creación del Consejo de Movimientos Sociales del ALBA.
Después en noviembre de 2007, en la II Reunión de la Comisión Política del ALBA, el Consejo de Ministros decide que cada país miembro debe crear su capítulo nacional en el marco de la conformación del Consejo de Movimientos Sociales del ALBA, y que los integrantes de dicho capítulo acordaran la forma y metodología para el funcionamiento de dicho Consejo, así como la invitación a otros movimientos sociales de países extra-ALBA a participar en el mismo.
En ese mismo año, se expande la Alternativa Bolivariana a partir de la formación de las casas del ALBA a países no integrados al ALBA con la participación de las organizaciones sociales de esos países, entre ellos en Perú.
Posteriormente en enero del año 2008, en Caracas se celebra la VI Cumbre del ALBA, donde se aprueba la estrategia para el Consejo de Movimientos Sociales del ALBA, incluyendo sus principios, estructura y funciones, además se acuerda darle continuidad a dos acciones pendientes aprobadas en Tintorero, que son:
– Identificar en el ámbito Latinoamericano y caribeño, organizaciones, redes y campañas sub-regionales y regionales, nacionales y locales, en países extra-ALBA que puedan ser convocadas para formar parte del Consejo de Movimientos Sociales”.
– Realizar reunión constitutiva del Consejo de Movimientos Sociales”.
El complejo proceso de organización de la institucionalidad del ALBA-TCP como mecanismo de integración, las realidades y desafíos que han vivido algunos de los procesos políticos de los países miembros (Bolivia, Venezuela), otras prioridades y esfuerzos dentro del ALBA-TCP y criterios de países miembros han determinado que esta iniciativa esté pospuesta desde esa fecha (Aún en febrero de este año, 2009, la Comisión Política acordó “establecer un plazo a la creación de los capítulos nacionales de movimientos sociales y comunicar a la coordinación permanente del ALBA los detalles al respecto antes de finales de abril de 2009. Ello con el fin de promover la instalación del Consejo de Movimientos Sociales del ALBA el primero de mayo de 2009″).
Y es en este contexto que en julio de 2008 el MST y las organizaciones de la Vía Campesina Brasil, en diálogo con otras organizaciones del continente, convocan a sendos encuentros en la Escuela Nacional Florestán Fernández (MST) con un grupo sustantivo de líderes y operadores políticos de movimientos y organizaciones sociales, para, con todos estos antecedentes, llamar a un proceso de construcción de una articulación hemisférica de movimientos y organizaciones sociales en torno a los principios del ALBA y sus iniciativas. Resultado de esta reunión es la Carta de los Movimientos Sociales de las Américas que fue lanzada en la Asamblea de Movimientos Sociales, en ocasión del III Foro Social de las Américas (Guatemala, octubre 2008).
En enero de 2009, como parte de las actividades del VIII FSM 2009, celebrado en Belem de Pará, Brasil, se reunieron en la Asamblea de Movimientos Sociales, representantes de centenares de organizaciones y movimientos de todos los países de las Américas, que se identifican con el proceso de construcción del ALBA, para aprobar esta carta en su versión definitiva: Carta de los Movimientos Sociales de las Américas. Construyendo la integración de los pueblos desde abajo. Impulsando el ALBA y la solidaridad de los pueblos, frente al proyecto del imperialismo.
Recientemente en septiembre de este año, en Sao Paulo se realiza una Convocatoria a los Movimientos Sociales de Las Américas con el objetivo de articular el proceso de construcción del ALBA a partir de los Movimientos Sociales.
Con este recuento no solo reflejamos el camino recorrido en este proceso de integración hasta la fecha, sino que los alentamos a reflexionar y construir desde nuestra historia común.
En efecto lo que estamos viviendo en América Latina es parte de un proceso abarcador de reapropiación social de nuestro destino, de nuevas formas de organización política, horizontal, de democracia directa y participativa, de una economía plural que recupere los recursos naturales en beneficio de los pueblos, de una construcción de nuevas relaciones sociales armónicas, solidarias y comunitarias de producción.
Ahora con una fuerza inusitada surge en América y el mundo el grito de libertad, de lucha por la recuperación de nuestro territorio, de nuestras libertades, de nuestra soberanía; miles de hermanos se sumaron a la causa revolucionaria para liberar la patria, miles de ellos ofrendaron sus vidas en este intento, en diferentes épocas y de diferentes maneras, mártires de la revolución fueron los Tupac Katari, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Manuela Saenz, Apiaguayki Tumpa, Juana Azurduy de Padilla, Santos Pariamo, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Inti Peredo, Lempira el héroe de la revolución hondureña, el libertador Simón Bolívar, Augusto Cesar Sandino, José Martí, Ernesto Che Guevara, Salvador Allende. Luis Espinal y actualmente los cinco patriotas cubanos que purgan condenas perpetúas por el solo hecho de luchar contra el terrorismo, contra el imperialismo.
Esta Primera Cumbre del Consejo de Movimientos Sociales en el marco del ALBA-TCP, es una Cumbre histórica que permite la participación directa de los movimientos sociales en los diferentes medios de cooperación y solidaridad, a diferencia de otros mecanismos de integración de países, que nunca han considerado la participación plena de los pueblos y naciones, limitándose a meros intercambios de intereses mercantilistas que van en contra de la integración y reciprocidad de pueblos y naciones de la gran Abya Yala (latinoamericana).
En este contexto la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América y el Caribe, se constituye en un verdadero espacio de construcción de una nueva patria latinoamericana, portando la bandera de la humanidad por su definitiva emancipación. Por eso estamos dispuestos a combatir contra la explotación del hombre por el hombre, considerando que existe la latente necesidad de una “segunda independencia”.
Ésta Cumbre Internacional, es el saludo de los Movimientos Sociales de los países miembros del ALBA-TCP, a la VII Cumbre de Presidentes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos, que durante media década lucha por la desaparición de toda forma de dominación y explotación contra los pueblos y la construcción de relaciones de complementariedad y ayuda recíproca en procura de su desarrollo y de lograr el buen vivir.
Aquí, desde el corazón de Sudamérica, desde los pueblos combatientes, las organizaciones indígenas originarios campesinas, obreros, trabajadores, estudiantes, clase media y profesionales comprometidos con su pueblo de Venezuela, Cuba, Bolivia, Antigua y Barbuda, Ecuador, Nicaragua, Honduras, la Mancomunidad de Domínica, San Vicente y las Granadinas, aunados en el Consejo de Movimientos Sociales del ALBA-TCP, nos comprometemos a defender los principios revolucionarios del ALBA-TCP, que potencian la lucha y la resistencia contra todo tipo de explotación para construir un mundo diferente.
Nuestro objetivo como Consejo de Movimientos Sociales de los países miembros del ALBA-TCP, es la lucha por el pluralismo en nuestros países y en el mundo entero, sustentada en la armonía entre nuestros pueblos y la madre tierra para el buen vivir, en los principios morales, éticos, políticos y económicos de nuestras comunidades y barrios del campo y la ciudad. Pretendemos forjar desde el seno del pueblo una nueva Patria Social Comunitaria, descolonizada y fundada en la multidiversidad, respetuosa de las diferencias y de las particularidades sociales y regionales.
La actuación del Consejo de Movimientos Sociales, estará fundamentada en los siguientes principios:
– Es un espacio inclusivo, abierto, diverso y plural, a partir de la identificación con los objetivos y principios del ALBA-TCP.
– Es un espacio para compartir y desarrollar agendas comunes que beneficien a los pueblos, sin convertirnos en un espacio para dirimir disputas y representaciones políticas.
– Es un espacio para fortalecer posiciones políticas económicas y sociales, sin convertirnos en un foro o asamblea de actuación social, que reconoce los espacios de articulación existentes.
– Significa el compromiso de la plena identificación con los principios generales que definen el ALBA-TCP como proceso de integración.
– Expresa la legitimidad y representación real de los Movimientos Sociales que se integran.
– En países miembros, sostener permanente diálogo e interrelación con sus respectivos gobiernos.
– Cada Coordinación Nacional en los países miembros del ALBA-TCP, definirá sus propias dinámicas de actuación y de relacionamiento con sus gobiernos.
– En países miembros del ALBA-TCP, los vínculos de las organizaciones sociales con el CMS, se desarrollará a través de las Coordinaciones Nacionales.
– Integrar el enfoque de género, reconociendo el legítimo derecho de la participación de la mujer en los movimientos sociales con equidad, igualdad real y justicia social.
Los pueblos de América Latina que pertenecemos a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América Latina y el Caribe – Tratado de Comercio de los Pueblos, organizados en este Consejo, continuaremos luchando contra los constantes intentos del imperialismo norteamericano de privarnos del desarrollo económico pleno; ni los ataques, amedrentamientos, armas, utilización de la violencia podrán callarnos, seguiremos luchando y siendo solidarios ahora particularmente con el pueblo hermano de Honduras.
Estamos convencidos de que sólo con la organización, movilización y la unidad de los pueblos del ALBA-TCP, es posible un auténtico proceso de integración, como también el logro de la transformación económica, social, política y cultural de nuestros países.
Esta Cumbre reafirma la voluntad de Bolivia, Venezuela, Cuba, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Nicaragua, Honduras, Ecuador y la Mancomunidad de Dominica por el desarrollo y el fortalecimiento del Consejo de Movimientos Sociales sobre la base de una solidaridad comprometida con los demás pueblos del continente; optamos por la lucha plural, democrática, antifascista y antiimperialista, a través de un trabajo con objetivos políticos que no escondan su naturaleza ni su carácter revolucionario.
La conformación de este Consejo de Movimientos Sociales nos permite salir de las luchas locales y aisladas, de nuestras fronteras nacionales para integrarnos en la dimensión del AbyaYala o patria latinoamericana, permite la complementariedad y participación de los pueblos en los diferentes Consejos y Grupos de Trabajo que son las instancias de unificación que funcionan en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América Latina y el Caribe.
Para lo cual se conforma un comité ad hoc, que coordinara Bolivia, y será integrado por un representante de los tres capítulos nacionales ya creados (Bolivia, Venezuela y Cuba) y otras importantes organizaciones, redes y campañas para impulsar el proceso de constitución del Consejo de Movimientos Sociales del ALBA-TCP en seis meses.
Es dado en la ciudad de Cochabamba, a los 16 días del mes octubre de 2009.
Fuente: movimientos.org