En su desprecio y frustración, estos oficiales gringos llamaban a los soldados salvadoreños despectivamente como “nine to five soldier”.
Esa frase es una adaptación de una popular expresión en USA, “nine to five job”, traducido literalmente significa un trabajo de 9 a.m. a 5 p.m. Creo que una traducción más adecuada sería “un trabajo común y corriente”.
La razón para adaptar esa expresión, era porque los oficiales gringos se daban cuenta de que para esos soldados, lo más importante era la paga, era tener un trabajo, no los motivaba ninguna babosada tal como “salvar la patria del comunismo”, o defender la democracia en el mundo”; les importaba su paga y por lo tanto no iban a exponer su vida en el combate si podían evitarlo.
De ese modo, los pilotos de la Fuerza Aérea Salvadoreña frecuentemente dejaban caer las bombas lejos de donde estaban los guerrilleros, o los soldados hacían notar su presencia en una zona de modo que los guerrilleros podían huir y así se evitaba el combate.
¿Cuál era la diferencia entre guerrilleros y soldados?, esa era la pregunta que se hacían los oficiales gringos, y la respuesta les era evidente: la motivación, la mística del guerrillero. El soldado tenía mejor armamento, mejor comida, mejor de todo; el guerrillero andaba mal comido, durmiendo incómodo, con armamento inferior, pero creía en lo que estaba haciendo, tenía mística.
Ese factor, esa diferencia era tan determinante, que los oficiales gringos conjeturaban que se necesitaban 20 soldados por cada guerrillero.
En la campaña electoral que culminó en febrero de 2006, pudimos apreciar una situación parecida: En el partido de Arias no se movía nada si el patrón no pagaba, hasta el punto de que sucedió algo que me contó un amigo periodista: Resulta que en los días previos a la elección, un periodista fue a las oficinas centrales del Arismo a entrevistar a alguien de la mera cúpula; mientras esperaba entabló conversación con una de las muchachas que ahí trabajaban, y ésta al cabo de un rato le dijo “yo trabajo aquí por que necesito las plata, pero voy a votar por Otón”.
¿Con empleadas así, quién necesita enemigos?
Ahora los del SI dicen que van a salir a tocar casa por casa. ¿De veras? ¿A cuánta gente van a contratar? ¿Cómo van a hacer para asegurarse de que esos empleados no boten los materiales al basurero y digan que ya cumplieron la misión? ¿Cuántos capataces necesitarán?
Estoy seguro que los del NO, no tenemos ese problema, todos somos activistas voluntarios, nadie va a desperdiciar un material, nosotros ponemos nuestro dinero, nuestro esfuerzo, nuestro amor por Costa Rica y ni 20 de ellos podrán compensar lo que hace uno de los nuestros.
Hay un viejo dicho que dice que si todos los chinos gritaran al mismo tiempo y en una sola dirección harían temblar al mundo, pues bien, en esta lucha nosotros somos los chinos, es el poder del UNO más UNO. Ya lo hemos experimentado: Faltó muy poquito para ganarle las elecciones al Arismo (algunos Aristas dicen que si la campaña electoral hubiera durado una semana más, habrían perdido). Nos pusimos a trabajar para llevar gente a la marcha del 26 y resultó la marcha más grande que se ha visto en muchos años. Nos decidimos a crear los comités locales y en pocas semanas ya tenemos más de 100 comités cantonales y distritales.
Hay una tarea que me parece que está perfectamente a nuestro alcance, no es difícil de realizar y puede tener un impacto muy significativo en lograr la derrota del TLC. ¿Han notado que me he estado refiriendo al “Partido de Arias” y no digo_ “Liberación Nacional”_? No es por casualidad.
Resulta que hablando con unos compañeros de la zona Atlántica y luego con otros compañeros de un cantón del valle central, existe una cierta coincidencia: Hay personas, aparte de los del Frente Liberacionista contra el TLC, que han sido y son Liberacionistas “de hueso verde”, que posiblemente votaron por Arias porque era el candidato de su partido, esta gente tiene un papel fundamental en la estructura organizacional de Liberación. Pues bien, aparentemente MUCHOS DE ELLOS ENTIENDEN PERFECTAMENTE QUE EL TLC ES PERJUDICIAL PARA EL PUEBLO COSTARRICENSE. En cada cantón, estas personas son bien conocidas por su militancia verdiblanca. No hay que ver a esta gente como “el enemigo”, al contrario, es muy conveniente tomar la iniciativa e ir a buscarlos, a conversar con ellos, pueden resultar sorpresas muy agradables. Es necesario dejarles muy claro que esta no es una lucha contra el Partido Liberación Nacional, es una lucha patriótica, no una lucha partidista ni electorera. Una conversación amable y razonada con estas personas puede tener efectos muy positivos en múltiples direcciones, ya hay experiencias de ese tipo.
Para finalizar, quisiera mencionar algo que escuché hace ya muchos años: Cuando Somoza fue finalmente derrotado, aparecieron depósitos atiborrados de armas. Su derrota no fue por que se quedara sin armas, su derrota fue porque no tenía más soldados para empuñar esas armas.