Señores y señoras
Fundación Friedrich Ebert (FES)
Señores y señoras
Comité Asesor Sindical para la OCDE (TUAC)
Señoras y señores Seminaristas.
Reciban un cordial saludo de parte de las juntas directivas de las organizaciones sindicales representantes de los trabajadores y las trabajadoras costarricenses.
Agradecemos, por la relevancia del evento que celebramos, que tanto la FES como el TUAC (Comité Asesor Sindical para la OCDE), hayan considerado la participación de nuestras organizaciones en este importantísimo evento internacional.
Consideramos que este tipo de seminarios, en los cuales se dialoga y se buscan acuerdos, sobre la responsabilidad ética y social de las empresas transnacionales, es un asunto de primer orden, sobre todo para los países subdesarrollados, como el nuestro; países en los cuales estas empresas, en su mayoría, funcionan como simples factorías, enclaves económicos, que en el mejor de los casos, únicamente, son generadoras de empleo, por lo general, de baja calidad y mal pagados. Además, se han constituido en LAS VIAS PRINCIPALES POR MEDIO DE LAS CUALES LOS PAÍSES DEL MUNDO DESARROLLADO, SAQUEAN LAS RIQUEZAS DE NUESTROS PAISES.
Por otra parte, resulta necesario plantearse si será posible, en un mundo sometido a la más ruin depredación del capital sobre los recursos del planeta, incluyendo la vida humana y sobre todo en estos momentos en que el máximo organismo internacional, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha sido mancillada, degradada, tirada al basurero; si será posible, decíamos, que las poderosas transnacionales y las naciones que las representan se comprometan, respeten y tutelen unas directrices, un código de conducta, que tienda a garantizar una vida digna y decorosa para toda la humanidad, así como sistemas productivos que no deterioren, aún más, la ecología.
Este es el camino que queremos transitar y vemos con esperanza, que al menos los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se preocupen de la responsabilidad que tienen las transnacionales con el bienestar humano y por el sano uso de los recursos naturales.
Con esta enseñanza, y muy a pesar de la terrible crisis que hoy sacude todos los rincones del mundo, crisis que pone en entre dicho al organismo multinacional por excelencia, la ONU; saludamos este encuentro y con todo nuestro respeto y humildad traemos a esta mesa, para compartir con ustedes, nuestros criterios y propuestas, sobre lo que consideramos es responsabilidad de las transnacionales, con el bienestar de la gente y el ambiente.
MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL QUE DEBEN RESPETAR, IMPULSAR Y TUTELAR LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y SUS SUBSIDIARIAS.
La conducta de estas empresas transnacionales y sus subsidiarias deben regirse, en lo fundamental, por los tratados (convenios y recomendaciones) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluso en aquellos países que aún no han ratificado dichos tratados.
Principalmente, las transnacionales y sus subsidiarias deben comprometerse a respetar, impulsar y tutelar las normas fundamentales del Derecho Internacional del Trabajo: El derecho a la libertad de sindicación, el derecho a la negociación colectiva de trabajo y de la huelga, el derecho a la no discriminación, a la abolición del trabajo forzoso y la abolición del trabajo infantil.
En nuestro país, Costa Rica, algunas transnacionales no solamente irrespetan estos principios fundamentales del trabajo, si no que, además, abiertamente y a vista y paciencia del Estado, han instrumentalizado y apoyado todo tipo de competidores contra el sindicalismo, en especial el llamado “solidarismo”.
Costa Rica, tiene una larga historia en la OIT, por incumplimientos y permanente violación a estos principios fundamentales, además de que deshonra, de manera constante, los compromisos que asume con esta organización, cada vez que la misma le reclama su moratoria en ponerse al día con sus obligaciones como Estado signatario de la OIT. Ahora tenemos una escalada institucional, contra la negociación colectiva en el Sector Público.
Por otra parte, es importante destacar, dada la inoperancia de la institucionalidad en la tutela de la libertad de sindicalización, que prácticamente no existen sindicatos en el Sector Privado de la economía, con el agravante de que esta situación, es expuesta como una “ventaja competitiva” del país para la atracción de inversiones. Lo que queda de organización sindical en dicho sector, son pequeños reductos de sindicatos de plantaciones que resistieron y sobrevivieron a la embestida patronal y gubernamental implementada por medio del “solidarismo”.
Ahora bien, no basta con que las transnacionales y sus subsidiarias se comprometan o firmen unas directrices o códigos de conducta; se trata, según nuestro interés, de establecer los instrumentos necesarios, para evaluar, resolver y tutelar, realmente, el cumplimiento de tales obligaciones.
En Costa Rica, aunque aún nos falta ratificar varios Convenios Internacionales de Trabajo, a decir verdad, tenemos legislación laboral en abundancia en materia de libertad sindical y en otros aspectos normativos tendientes a lograr empleos dignos para la clase trabajadora. Pero, vaya paradoja, es letra en el papel, pues nuestro Estado no tutela ni garantiza, lo que tenemos escrito en la ley.
Por eso se nos hace necesario crear instrumentos de fiscalización, evaluación, de tutela y de resolución de conflictos, a fin de que lo que está escrito en ley, más los compromisos asumidos por las transnacionales y sus subsidiarias, se cumpla, se concrete.
Proponemos para estos efectos la creación en cada país y en los países de la OCDE, de Comisiones de Resolución de Conflictos y Controversias, en el cumplimiento de esta materia. Estas comisiones serían organismos tripartitos (empresa, sindicato, Estado), que tendrán la función de tutelar, evaluar e impulsar el cumplimiento por parte de las transnacionales y sus subsidiarias de las normas laborales.
Esta comisión podrá certificar que en las empresas transnacionales y sus subsidiarias locales se está cumpliendo con el ordenamiento jurídico internacional de trabajo.
Las transnacionales sacarán del mercado a aquellas casas subsidiarias, suyas, que no estén cumpliendo con esta materia. La sociedad internacional premiará, consumiendo sus productos, a aquellas empresas transnacionales y sus subsidiarias que si cumplen con la legislación laboral.
Adicionalmente, es imprescindible que los países de la OCDE impulsen dentro del marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la tesis de que el comercio está íntimamente ligado con la forma en cómo se produce, social, laboral y ambientalmente hablando. En la medida que las reglas del comercio internacional reconozcan el “dumping social”, así como los mejores estándares sociales, laborales y ambientales logrados por un país, dentro de las reglas del comercio internacional, será posible generar un equilibrio entre el comercio y la dignidad de las personas y el medio ambiente. En ese sentido, debería garantizarse una serie de medidas compensatorias y premios en el comercio internacional, para los países y las empresas que produzcan en armonía con la naturaleza, generen impactos sociales positivos y respeten los derechos laborales fundamentales.
De lo contrario, el camino a seguir será el abismo sin fondo, en una frenética competencia por bajar costos de producción sin importar las consecuencias que tal camino conlleva.
Así mismo, los mecanismos nacionales e internacionales de resolución de disputas comerciales, sociales, laborales y ambientales deben garantizar el derecho de los Estados a la promulgación y aplicación de leyes de protección, como un principio superior frente a la generación de ganancias para las corporaciones. Estos mecanismos deben garantizar también la participación de expertos no sólo en temas de comercio.
INDICADORES DE CUMPLIMIENTO.
La Comisión de Resolución de Controversias, se referirán por estos indicadores de cumplimiento:
a- Las empresas transnacionales y sus subsidiarias, reconocen a los sindicatos como los únicos agentes legítimos de representación de los trabajadores.
b- Las transnacionales y sus subsidiarias respetan los Tratados Internacionales de Trabajo de la OIT, aún en aquellos países donde no estén ratificados, fundamentalmente la libertad y los derechos de sindicación, negociación colectiva y de huelga, así como las prohibiciones para el trabajo forzoso y/o infantil.
c- Los países de la OCDE sancionaran a aquellas empresas transnacionales y sus subsidiarias que no respeten y tutelen estos derechos fundamentales, una vez comprobado su incumplimiento.
d- Las transnacionales sancionarán a aquellas subsidiarias suyas, una vez comprobado el incumplimiento de las normas laborales.
e- Las Comisiones de Resolución de Conflictos, presentaran a los países que conforman la OCDE, un informe anual que refleje la evaluación y el cumplimiento de las transnacionales con la materia laboral.
ESTÍMULOS A LAS TRANSNACIONALES Y SUBSIDIARIAS
QUE CUMPLEN CON LA LEGISLACIÓN LABORAL.
Los países miembros de la OCDE, así como las organizaciones sindicales y otras ONG, promoverán campañas para que el consumidor premie a aquellas empresas transnacionales y sus subsidiarias que están cumpliendo con las normas internacionales del trabajo.
LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA,
LAS TRANSNACIONALES QUE QUEREMOS.
En los momentos actuales ningún país, por grande que sea, puede darse el lujo despreciar la inversión extranjera. Este tipo de inversión se hace más que necesario para el impulso de las economías y más en aquellas como las nuestras, subdesarrolladas y dependientes de las economías centrales. Este es el rol que las economías desarrolladas y sus transnacionales nos han puesto a jugar.
Este mercado injusto, este comercio injusto, le cuesta a esta América Latina más de 250 millones de personas en la miseria absoluta.
En nuestro país, el 20.1% de la población, se encuentra en estado de pobreza y otro 35%, está muy cerca de este límite. Esto es lo que nos ha dejado dos décadas de transitar e impulsar el modelo económico neoliberal.
Dentro de este marco, ¿qué deseamos o queremos de la inversión extranjera?:
1- Que ésta venga a insertarse dentro de un plan de desarrollo nacional, en función del estado y la sociedad que queremos vivir los costarricenses.
2- No debe sustituir al capital nacional, más bien complementarlo.
3- No debe darse en empresas consolidadas del Estado. El desastre argentino y la experiencia de este tipo de inversión extranjera en otros países latinoamericanos, debe prevenirnos.
4- Debe venir a estimular y promover encadenamientos productivos con nuestras economías locales a fin de impulsar el desarrollo integral.
5- Transferir conocimiento y tecnología a la economía local a fin de robustecerla y sostenerla en el tiempo. Si la transnacional se va del país, si alza vuelo, algo ha tener que dejar en el país como pago por la riqueza sustraída.
6- Las transnacionales y sus subsidiarias pagan impuestos en los países locales.
7- Las transnacionales y sus subsidiarias, además de respetar los derechos internacionales del trabajo, se comprometen y se someten a la legislación local materia ambiental.
Quizá no lo sabemos, quizá no lo entendamos, pero tal vez se trate de dejar de hablar y promover el libre comercio, para empezar a hablar y promover un comercio justo, un mundo justo, donde quepamos todos y todas, incluyendo el respeto a nuestra madre naturaleza.
Muy a pesar de todas las amenazas, a todos nos urge, darnos una oportunidad o la barbarie seguirá lamentablemente haciendo de las suyas.
Muchas gracias.
Edgar Morales Quesada
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)
Fabio Chaves Castro
Asociación Sindical de Empleados del Instituto Costarricense de Electricidad (ASDEICE)
Jorge Luis Barboza Jiménez
Coordinadora de Sindicatos Bananeros (COSIBA)
—-
c.:Junta Directiva Nacional de ANEP.
c.:Junta Directiva de ASDEICE.
c.:Junta Directiva de COSIBA.