Honorables señores diputados y honorables señoras diputadas
Comisión de Asuntos Hacendarios
Honorables señores diputados y honorables señoras diputadas
Fracciones Parlamentarias
Asamblea Legislativa
S. M.
Con todo respeto pero con gran vehemencia, los trabajadores y las trabajadoras del Ministerio de Salud, tanto de quienes laboramos en sus programas institucionales, como de quienes lo hacemos para los diversos entes adscritos; venimos hoy, lunes 13 de octubre de 2003, en forma pacífica y marchando desde la sede central de nuestra institución, hasta la sede del parlamento costarricense; para solicitar a ustedes la expresión de la voluntad política necesaria, de forma tal que al Ministerio de Salud le sean restaurados, el ciento por ciento, de los 1.550 millones de colones que fueron recortados por el Ministerio de Hacienda, para su funcionamiento relativamente estable en el año 2004.
Nuestra institución, el Ministerio de Salud y sus estratégicos programas, como por el ejemplo el de los CEN-CINAI; así como las entidades adscritas: Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial (CNREE), Patronato Nacional de Rehabilitación (PANARE), Instituto Costarricense de Investigación de Nutrición en Salud (INCIENSA), Patronato Nacional de Ciegos, entre otras; se han visto sometidas en los últimos años a un paulatino pero sistemático proceso de restricciones presupuestarias, reducción de sus ámbitos de cobertura, desestímulo del personal pérdida de impacto en la comunidad usuaria de sus servicios (por demás, los sectores sociales de población más desfavorecidos, de mayor vulnerabilidad económica, social y psicológica). Todo este complejo panorama ha puesto en serio peligro los avances que en materia de Salud Pública nuestro país había logrado décadas atrás, a partir de las decisiones estratégicas que se tomaron para apostar por la inversión social en salud desde la perspectiva preventiva. El surgimiento de enfermedades que considerábamos erradicadas, como el dengue y la malaria, es tan sólo un dramático y cruel indicador del retroceso que estamos presenciando.
El Ministerio de Salud y sus entidades adscritas han pasado a convertirse en las “limosneras” del presupuesto nacional pues el crecimiento natural de la población costarricense; la incesante inmigración laboral extranjera; la creciente población turística; así como la importación de costumbres, productos y prácticas generadas a partir de los procesos de apertura comercial; no guardan relación alguna, proporcionalmente hablando, con las asignaciones presupuestarias que al Ministerio de Salud le han venido siendo otorgadas en los últimos años. Sin hablar de que el crecimiento de la violencia intrafamiliar y doméstica, de alguna manera, puede estar apuntado, entre otros factores, por la dificultad de acceso a servicios de salud con calidad y oportunidad como los que se espera que nosotros ofrezcamos.
Para nosotros, los trabajadores y las trabajadoras que a diario tenemos que enfrentarnos a la población usuaria de nuestros servicios, el recorte anunciado de los 1.550 millones de colones representó el más duro golpe de la cadena de decepciones y frustraciones que acumulamos a lo largo de los últimos años por el enfoque económico dominante, el cual no privilegia la inversión en salud al considerarla un gasto que, según tan errática visión, provoca desajustes macroeconómicos.
Honorable señores diputados y honorables señoras diputadas: Si bien es cierto hemos tomado nota de las intenciones de esta Asamblea Legislativa para corregir la situación planteada, en el sentido de restaurarle al Ministerio de Salud 1.050 millones de colones del total que inicialmente le cercenó el Ministerio de Hacienda; gesto que respaldamos y reconocemos; lo real es que ocupamos una cifra sumamente superior a la cantidad que ésta última institución recortó, que fueron 1.550 millones de colones.
Pese a ello, hoy estamos aquí presentes, en la sede de nuestra Asamblea Legislativa, para indicarles que hagan un esfuerzo político adicional y procedan a decidir asignarle al Ministerio de Salud, 500 millones de colones adicionales a los 1.050 millones que ya ustedes habrían decidido restaurar; de manera que los 1.550 millones inicialmente recortados, sean devueltos, en un ciento por ciento como ya indicamos, a fin de que el Ministerio de Salud tenga un funcionamiento al mínimo durante el año 2004.
Esos 500 millones son imprescindibles y fundamentales porque, lastimosamente, hemos llegado a un punto tal de restricciones presupuestarios que un centavo menos de lo que originalmente las autoridades del Ministerio de Salud han previsto para el funcionamiento institucional el año entrante, generará contratiempos diversos y, de una manera u otra, reforzará la curva descendente del papel de nuestra institución en el campo de la salud costarricense.
Honorables señores diputados y honorables señoras diputadas: Los trabajadores y las trabajadoras del Ministerio de Salud y de sus entidades adscritas, hemos guardado una paciencia franciscana todos estos últimos años, contemplando cómo, poco a poco, hemos ido perdiendo los avances que nuestra sociedad había alcanzado en el campo de la Salud Preventiva, que tanto logro y tanto reconocimiento mundial le había dado a Costa Rica. Hemos estado trabajando con enorme mística pero con una gran frustración, recibiendo la constante queja ciudadana por el deterioro de la calidad de los servicios que brindamos, sin ser nosotros responsables de las decisiones políticas que se han venido tomando por parte de los distintos gobiernos, contrarias a la inversión pública en materia de Salud.
Es hora de corregir y este es el momento oportuno. Ese el clamor respetuoso pero vehemente de quienes trabajamos para el Ministerio de Salud y sus entidades adscritas, y que, con muchísimo sacrificio hicimos el esfuerzo de desplazarnos desde todos los puntos geográficos del país, para que ustedes oyeran y escucharan nuestro justo clamor.
TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL MINISTERIO DE SALUD