Costa Rica ha pedido su extradición a Alemania por «violación del tráfico marítimo» en aguas de alta mar cerca de Guatemala.
El fundador de la organización ecologista Sea Shepherd, el capitán canadiense Paul Watson, fue detenido en Alemania tras un incidente marítimo con un barco costarricense, ha confirmado hoy el grupo desde Australia.
Watson, de 59 años, fue arrestado el sábado en la ciudad de Frankfurt. Las autoridades de Costa Rica solicitaron para él la extradición, acusándolo de «violación del tráfico marítimo» en aguas de alta mar cerca de Guatemala.
Sea Shepherd indica que la supuesta ofensa ocurrió en 2002, cuando Watson, conocido por sus campañas contra la caza de ballenas en la Antártida, se encontraba filmando el documental «Sharkwaters», sobre una operación ilegal para extraer aletas a los tiburones a cargo del buque costarricense Varadero.
«Bajo las órdenes de las autoridades guatemaltecas, Sea Shepherd dio instrucciones a la tripulación de Varadero para que cesaran con sus actividades y volvieran a puerto para hacer frente a los cargos en su contra», explica un comunicado de prensa de la organización.
«Cuando escoltaban a Varadero hacia el puerto, cambió la situación y un cañonero guatemalteco fue enviado para interceptar a la tripulación del Sea Shepherd», continúa la nota.
La tripulación del Varadero, supuestamente, acusó a los ecologistas de intentar matarlos, pero la ONG sostiene que posee un vídeo que desacredita tales afirmaciones.
Pacífico Sur
«Para evadir al barco armado guatemalteco, Sea Shepherd navegó hacia Costa Rica, donde descubrió otras actividades ilegales al ver miles de aletas secas de tiburón en los techos de edificios industriales», precisa el texto.
Sea Shepherd cree que se desestimarán los cargos contra Watson, quien recibe la asistencia de los parlamentarios europeos Daniel Cohn Bendit y Jose Bové.
La organización conservacionista tiene previsto continuar su campaña en el Pacífico Sur contra la matanza de tiburones para extraerle sus aletas en junio.
Cien millones mueren cada año
Alrededor de cien millones de tiburones mueren cada año. Y la extracción de sus aletas desde los barcos provocan un final lento y agónico en el mar, debido a la incapacidad de nadar y sumergirse en las profundidades que experimentan los escualos.
Según los ecologistas, más del 90% de la población de tiburones del planeta ha desaparecido, lo que supone una amenaza para el ecosistema marino.