Guatemala, 15 de Octubre del 2006
Las ¿ventajas? del TLC
El matutino Siglo XXI, en su edición de hoy domingo, hace pública una información que resulta alarmante: De cada 100 cooperativas que existen en el país, 75 están severamente amenazadas o condenadas a muerte debido a la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio. Y las 25 restantes tampoco es que se salvan. Esas otras, según se afirma en el artículo, apenas si tienen una oportunidad o posibilidad de sobrevivir. Esto lo informa el diario inmediatamente después de anunciar, en la misma noticia, que el sector cooperativo ha venido creciendo año tras año. ¿Qué hay de bueno para Guatemala en esa muerte anunciada del movimiento cooperativista?
El artículo no hace cálculos respecto a cuánto desempleo va a significar para el país la quiebra de las cooperativas. Se informa que son 1,600 las cooperativas existentes, todas en riesgo y las agrícolas, además, en alto riesgo. Si en cada una trabajara un promedio de 10 personas, (que probablemente sean más alta la cifra), estaríamos ante 16 mil futuros desempleados y desempleadas, gracias a las bondades del TLC. Si Usted trabaja en una cooperativa, pues mejor prepárese para sufrir las penas que implica buscar trabajo en este país. Y si conoce a alguien que trabaja en una, pues avísele. En defensa del libre comercio, de la libre competencia, de la libertad de empresa, el TLC los va a dejar sin chance.
El artículo aclara que las cooperativas que menos posibilidades tienen de resistir el embate del TLC son las que se vinculan al tema agrícola. Es decir, que esta nueva arremetida del TLC la emprende, en particular, contra cada familia campesina, tenga o no vínculo con las cooperativas. Porque agudiza la crisis en el agro, en las áreas rurales del país, las cuales, ya debilitadas por los efectos de las políticas neoliberales, se colocan casi al borde de la desaparición.
Y si Usted es socio o beneficiario de alguna cooperativa, pues vaya acostumbrándose a no serlo en un futuro cercano, porque el TLC simplemente le va a quitar esos beneficios. De conformidad con los datos aportados en el artículo al que nos referimos, sólo en las cooperativas de ahorro y crédito existen más de 60 mil afiliados. La cifra total de población guatemalteca partícipe en el quehacer del movimiento cooperativo en su conjunto, se desconoce, pero de seguro es alta.
Por otra parte, conviene preguntarse: ¿Cuánto capital nacional va a ser sustituido por capital extranjero, sólo en el ámbito en el que económicamente se mueven las cooperativas? Esas ganancias, obviamente, ya no se quedarán en el país, sino que irán a parar al exterior, con lo cual Guatemala se irá descapitalizando.
Compartimos íntegramente el texto de la información, por cuanto se basta por sí misma para que no sólo el movimiento cooperativista ponga las barbas en remojo, sino que, además, vayan tomando conciencia todos los otros sectores sociales que pueden verse igualmente afectados. Muchos, cuando se llamó a la lucha contra el TLC, se abstuvieron bajo el supuesto de que, quizás, les traería algunas ventajas. Ahí las tienen.
Hemos insistido, reiteradamente, que el TLC es un cáncer que ya se hizo presente en el cuerpo nacional y que, como enfermedad maligna, debemos combatirlo sin descanso hasta desterrarlo y recuperar, así, la posibilidad de sanar.
Por ello invitamos al pueblo a que reflexione sobre las implicaciones explícitas e implícitas derivadas del contenido de este artículo.
Con respecto al TLC, entre más sabe uno al respecto, peor resulta. Hay una agresión en marcha, no sólo contra los sectores populares, (sobre cuyos hombros pesa con mayor énfasis), sino contra prácticamente toda la población, con contadas excepciones que más bien, como excepciones, justifican la regla.
El movimiento cooperativo debe aunar sus esfuerzos junto a los que ya han emprendido otros sectores sociales, pare enfrentar al TLC y a sus nefastos efectos.
Los invitamos fraternamente a que, como medida inmediata, se sumen a la marcha que realizaremos todas las organizaciones el próximo 20 de Octubre, y que aprovechen ese espacio para denunciar, ante Guatemala y ante el mundo, la amenaza real que les han lanzado en su contra.
Si se dejan, pierden. Si permiten que las políticas públicas de corte neoliberal se impongan, todo el país pierde. Si no actúan, aún sin proponérselo se convierten en cómplices. El que calla, otorga, reza el viejo refrán popular.
En síntesis, el movimiento cooperativista está en riesgo. Y son los propios afiliados a las más de 1,600 cooperativas y sus organizaciones las primeras que deberían defenderlo. Si no lo hacen, perderían por no presentación.
Desde el Frente Nacional de Lucha y las organizaciones que lo conforman, les ofrecemos nuestra mano solidaria. Porque en Guatemala, contra el TLC, ¡la lucha sigue!
Frente Nacional de Lucha en defensa de los Servicios Públicos y los Recursos Naturales