TLC: BENEFICIO EXCLUSIVO DE LA MINORÍA OLIGÁRQUICA

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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La creciente organización ciudadana que se gesta, día con día, en cada comunidad, para organizar el triunfo del No en el referéndum sobre el TLC, está dejando en evidencia clarísima que el TLC es una cuestión de los oligarcas y que nada tiene que ver con las amplias mayorías ciudadanas, de todos los estratos sociales, a excepción de ese, el de los oligarcas.

Cada vez que los representantes del SÍ al TLC empiezan a dar la cara, la gente de pueblo nota que son personas pertenecientes al rancio círculo de la oligarquía criolla, vinculada con los sangrientos capitales centroamericanos y de las grandes empresas transnacionales. El brazo político de esta oligarquía está en el Poder Ejecutivo y en el Poder Legislativo, junto a los medios de prensa que expresan su ideología mercantilista, neoliberal, egoísta, excluyente y codiciosa. La gente del pueblo y los sectores de la amplia clase media, ya perciben con toda claridad que el TLC es para que esa oligarquía se apropie, definitivamente, de los bienes más preciados del patrimonio público nacional.

En el Sí al TLC, hay un grupúsculo de enorme influencia cuya base de poder es la plata que han concentrado abusivamente, valiéndose de la gran red de tráfico de influencias que han construido en veinte años de neoliberalismo, amén de los más sofisticados sistemas de evasión, elusión, fraude fiscal y saqueo indiscriminado de la cosa pública. El Sí al TLC no tiene base social y, por eso lo que van a hacer es presionar, intimidar, chantajear, no convencer, en, al menos, dos segmentos de población.

El primer segmento lo constituyen la clase trabajadora de sus fábricas y empresas. Las están convirtiendo en campos de concentración, con jornadas de adoctrinamiento ideológico, chantajeando hasta con el despido si no votan por el SÍ. Es más, en varias cadenas de supermercados ya tienen listas las camisetas que deberán ponerse, obligadamente, sus empleados, con el Sí al TLC. Estamos presenciando una gigantesca operación de terror propagandístico con los atropellos más evidentes a la libertad de expresión de cada persona trabajadora en el Sector Privado, agrediendo el libre albedrío de cada cual para decidir.

El segundo segmento de esa oligarquía pro TLC, son los sectores más pobres, de más miseria económica, aglutinadas en las zonas de marginalidad de las áreas rurales y urbanas. La oferta de bonos de vivienda, de becas escolares, de títulos de propiedad, de comestibles, de arreglo de caminos y hasta entregas de dinero en efectivo, están empezando a aflorar para comprarle votos para el Sí con los recursos públicos.

De ahí la enorme importancia que está tomando la organización cívica del No al TLC en cada comunidad. Los comités patrióticos cantonales, creciendo inconteniblemente, podrán contrarrestar la ofensiva antiética, de agresión psicológica y de terrorismo ideológico en que la oligarquía pro-TLC está desarrollando su campaña por el Sí al TLC.

Hoy está completamente claro que el TLC de los oligarcas, perjudica a las grandes mayorías de la ciudadanía costarricense. Por eso es que tanta resistencia ha generado. Por eso es que será derrotado en las urnas. La gente ha tomado nota de que tan sólo es para beneficio exclusivo de la mayoría oligárquica: la misma que fue derrotada en el Combo, la misma de los grandes escándalos financieros con préstamos del exterior, la misma de Alcatel, la misma del cierre del Banco Anglo, la misma de Alterra y Riteve, la misma que le adeuda millones y millones a la Caja, etc., etc.

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