Millones de hombres y mujeres, integrantes de la clase trabajadora de varios países de la Unión Europea (UE), están sufriendo duramente en estos momentos, como jamás lo pensaron alguna vez.
Hay una especie de “guerra social” en países como Grecia, España, Portugal, Irlanda, Italia (entre otros), que hasta no hace poco tenían lo que se creía eran sólidos sistemas de Seguridad Social, Estados de Bienestar de altos calibres, con empleos seguros, bien remunerados, Salud y Educación gratuitas y otras prestaciones sociales. Todo eso se derrumbó.
En esos y otros países hay una especie de involución, de reversión de derechos, de regreso al pasado laboral del siglo XIX con altísimos niveles de explotación; con despidos masivos, rebajas salariales descomunales, alto desempleo, reducciones de pensiones y jubilaciones, subida enorme de impuestos indirectos (como el IVA o de ventas), quiebras masivas de pequeñas y medianas empresas, privatizaciones a mansalva, jóvenes sin esperanza, desahucios todos los días, gente buscando comida en los basureros, creciente indigencia, suicidios desesperados y otros males sociales que nunca nadie pensó que todo eso podría ser visto en países “desarrollados”. Se creía que todas estas injusticias y tormentos eran producto de países del “Tercer Mundo”, de “países atrasados”.
“Tramposos banqueros” es el título de un extraordinario artículo de denuncia acerca de los culpables de esta debacle social europea, con sesgos de catástrofe humanitaria, que ha escrito el acreditado y respetadísimo periodista español, don Ignacio Ramonet, quien escribe para una publicación periodística de las más serias que se emiten en estos momentos sobre los problemas que genera la globalización neoliberal. Hablamos de “Le Monde Diplomatique”.
Esta globalización neoliberal está orientada y conducida por la parte más extremista del sistema capitalista actualmente hegemónico en el planeta: el capital financiero-bancario que, sin control ni regulación, le ha quitado el poder a los políticos de esos y otros países de Europa, para dárselo a los especuladores de las bolsas de valores y, por supuesto, a los banqueros que son los que hoy dominan el poder político global.
Los nuevos “amos del mundo”, estos banqueros, dice el señor Ramonet en su artículo, “no sienten ninguna preocupación por el bien común. La solidaridad no es su problema. Menos aún la preservación del Estado de Bienestar. La única racionalidad que los motiva es la codicia. Especuladores y banqueros, movidos por la avidez, llegan a comportarse como mafias, con mentalidad de aves de rapiña. Y con una impunidad casi total”. ¿No les suena a ustedes a algo parecido al grito presidencial de doña Laura por las altas tasas de interés que cobra por sus préstamos la banca nacional?
Desde el año 2008 en que estalló la crisis que afectó a estos países europeos, a Estados Unidos y a otros países del centro capitalista global, ninguna regulación ha sido establecida para reglamentar esos mercados financieros. No se les ha puesto controles racionales para que no vuelvan a golpear tan brutalmente como lo están haciendo ahorita, a esos pueblos trabajadores. Así lo denuncia el citado periodista español.
En verdad, no tiene uno ni la menor idea de cuáles son las cantidades de plata que estos “tramposos banqueros” manejan todos los días, acumulando desenfrenada y alocadamente cada vez más plata; pero, a la vez, causando más dolor, más miseria, más tragedias humanas como la alta cantidad de personas trabajadoras que todos los días se suicidan en España, al quedarse sin trabajo, sin casa, ahogados por su deudas.
Dice el señor Ramonet que esos mercados financieros jefeados por los “tramposos banqueros” mueven sumas colosales al día. Por ejemplo, cada 24 horas, mueven unos ¡¡¡7 billones de euros!!! solamente en deudas de los países de lo que llaman la Eurozona; movimientos de capital que, como ya quedó demostrado, tumban gobiernos, imponen políticas contra la gente y someten a sus respectivos pueblos a sacrificios inimaginables.
Ahora nos queda más claro todavía la correcta posición que ha asumido el estado Vaticano y, propiamente, el jefe de la Iglesia Católica, el papa Benedicto XVI; a favor de ponerle un impuesto, la tasa Tobin o impuesto “Robin Hood”, a esas transacciones financieras que, como se nota, cada 24 horas mueven colosales cantidades de dinero especulando con esos capitales y sacándole más plata a los pueblos trabajadores. Una pequeñísima parte de esos movimientos de capital, concebida como impuesto, basta para aliviar el gigantesco dolor de miles de personas trabajadoras asalariadas en esos países de la UE.
El periodista Ramonet no se anda con “pelos en la lengua” y puntualiza algunas de las siglas más “famosas” en las cuales juegan con la vida de millones de personas, los “tramposos banqueros”. Nos habla de que “el banco HSBC fue acusado de blanquear dinero de la droga y de los narcotraficantes mexicanos”. Nos indica que “el JP Morgan se lanzó a especulaciones desmedidas asumiendo inauditos riesgos que le acarrearon pérdidas de 7.500 millones de euros, arruinando a decenas de clientes”. Que el “Knight Capital… perdió más de 323 millones de euros en una sola noche a causa de un error de un programa informático de especulación automática por ordenador”.
Denuncia Ramonet que el poderoso banco gringo Goldman Sachs, “en 2001 ayudó a Grecia a maquillar sus cuentas”, para que este país pudiera entrar en la moneda euro, lo cual años luego le generaría una debacle financiera que tiene a este país en completa bancarrota. Más datos nos da el señor Ramonet para poner en evidencia la monstruosidad de un sistema capitalista neoliberal de signo financiero-bancario que parece querer acaba con la Humanidad misma (el artículo completo puede verlo usted en www.anep.cr).
Aquí, en nuestra Patria, hay signos preocupantes de que cosas semejantes nos podrían ocurrir si la clase gobernante tradicional, esa del poder real, pretende seguir el desenfrenado proceso concentrador de riqueza que peligrosamente transita nuestra sociedad de hoy. Esta señal es tan clara como para que la mayoría de la gente piense que este país está “sin rumbo”. ¡Pues claro! Solamente la minoría plutocrática (mucha de la cual está en la onda esa de los “tramposos banqueros”), es la que está concentrando los beneficios del crecimiento económico, jugando a la especulación financiera y deteriorando la calidad de vida de las grandes mayorías. En verdad, mucho se juega en el 2014. Ya hablaremos de ello.