Una crisis en forma de ele

Una crisis con forma de ele
Opinión sobre el editorial anterior.
(En medio de la crisis. Edición 726)
Edición 727

Albino Vargas Barrantes

Para los sectores sociales del grupo de las Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva, la crisis tiene forma de letra ele: será lenta y prolongada.

La clase trabajadora asalariada con empleo formal y de ingresos medios y bajos (la mayoritaria) no se apunta con pronósticos alegres basados en variaciones porcentuales minúsculas, con las cuales se pretende sobredimensionar elementos positivos para esconder la profundidad de la realidad de tal crisis.

Seguiremos insistiendo en la necesidad de un diálogo nacional para enfrentarla, pues consideramos que trasciende la presente administración gubernamental para volverse un asunto de Estado. Se juega mucho en esto: empleo, pobreza y desigualdad.

Está demostrado que el dinamismo exportador, si bien importante, no será suficiente para salir del problema; y, por tanto, es necesario una reactivación estratégica del mercado interno en aras de evitar la quiebra del 97 % de las unidades productivas nacionales, que son las micro, pequeñas y medianas empresas.

Elementos articulados (como respaldo gubernamental a empresas con problemas pero comprometidas a no despedir y al concepto de trabajo decente; cambio en la orientación de la política salarial para que deje de ser restrictiva; una infraestructura social de cuido para incentivar más la incorporación de la mujer al mercado laboral; así como la recuperación de la función socioproductiva del sistema financiero, entre otras medidas) serán catapulta segura, inclusiva, compartida y solidaria para salir de la crisis, integrados como nación.

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Editorial
En medio de la crisis
Edición 726

La crisis económica en el país continúa. Estamos lejos de decir que esta se encuentra en su fase final, seguimos en ella y, en el mejor de los casos, apenas hemos pasado algunos meses de contracción. Nos falta todavía mucho por experimentar y, por tanto, las alertas y las correctas decisiones deben mantenerse.

Como lo informamos en la pasada edición, como parte de nuestro reporte mensual del Índice de Confianza del Consumidor, el pesimismo del costarricense cuando se trata de comprar hoy o planificar compras futuras se ha transformado en cautela. La pérdida del empleo o las dificultades para obtener un puesto laboral acompañan las decisiones del consumidor y abonan a una moderada confianza en la economía y en su situación personal y familiar presente y futura.

Un factor positivo que se desprende del análisis de estas percepciones es que, frente a la crisis, los costarricenses han visto que importantes indicadores macroeconómicos, como la inflación y las tasas de interés, se mantienen sin sobresaltos. El hecho de que se tenga confianza en la gestión de las autoridades económicas es un buen resultado, hasta la fecha, y un logro que debe mantenerse en los meses siguientes, sobre todo considerando que estamos en plena campaña electoral. Es una responsabilidad que corresponde a todos los partidos y a sus candidatos presidenciales.

Sin embargo, como indicamos, el consumidor muestra cautela en el consumo, tanto que para el primer trimestre de este año el consumo real per cápita decreció 0,1%, aunque aún no se llega a los niveles de contracción de pasadas crisis económicas. Un estudio de la unidad de Inteligencia Financiera de EF señaló que las familias se han vuelto más precavidas en sus compras de bienes y servicios relacionados con cuidado personal, salud y estética. Estos cambios en los patrones de consumo deben ser analizados por los empresarios no solo a la luz de la coyuntura actual sino como una tendencia que podría mantenerse durante la crisis y después de ella. Hemos indicado en otros editoriales que parte de las buenas decisiones que corresponde tomar en términos de los negocios está en entender la forma en que esta crisis impactará y cambiará a los consumidores y clientes. No se trata solamente de tomar acciones de ahorros y recortes de gastos, el proceso se debe acompañar de decisiones adecuadas pensando en la sostenibilidad del negocio.

Nuestra serie de entrevistas Cero despidos, publicadas en los últimos dos meses, contienen ejemplos de empresas, grandes, medianas y pequeñas, que han visualizado en su recurso humano y en otros activos importantes de la firma opciones para pasar el temporal y para mantenerse atentas para dar el salto cuando este haya pasado.

Algunas de las empresas que hemos reflejado en estas entrevistas y en otros artículos periodísticos publicados en EF han encontrado, en medio de la crisis, opciones de mayor eficiencia, de un mejor acompañamiento de los clientes con productos que se ajusten a sus necesidades y con mejores servicios que fortalezcan su fidelidad. Hemos reflejado a firmas que han sostenido y hasta mejorado la calidad, que han encontrado en su actividad aquellos nichos fuertes y los han potenciado, que han explorado otros mercados externos para llevar sus productos y que han ajustado sus esquemas de producción y sus procesos. Muchas de estas son empresas donde sus socios hicieron un pacto con sus empleados y han estado dispuestos a reducir sus beneficios regulares en aras de mantener a sus colaboradores vinculados adecuadamente al negocio de hoy y de mañana.

El temporal no ha pasado. El consumidor está sigiloso. Estamos aún en medio de la crisis. Se sigue demandando un liderazgo empresarial de alto calibre y sobre todo una actuación responsable con los colaboradores y la sostenibilidad de los negocios.

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