¡Qué bonito!… Ahora todos son “keynesianos”

_Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna. _

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Como estamos notando, las precandidaturas presidenciales están emergiendo y buscando intensamente nuestros votos; primeramente, a lo interno de los partidos para luego, en la propia votación nacional de febrero próximo.

Serán unas elecciones cruciales, dado que el escenario que tendrán será el de la profunda crisis del capitalismo neoliberal de libre mercado; ese capitalismo anticristiano y antihumano que tiene en estos momentos, a millones de personas de la clase trabajadora en la calle, sin empleo… y en Costa Rica también, dolorosamente.

Pero resulta que, varias de esas personas candidatas a la Presidencia ahora andan renegando, en unos casos abiertamente y en otros de manera disimulada, del neoliberalismo bajo el cual estuvieron todos estos años; apoyándolo de manera descarada en unos casos; en otros, hablándonos de que no había otra opción; pero todos indicándonos que nuestros sueños por una Costa Rica inclusiva y solidaria, eran producto de ideologías trasnochadas y de planteamientos obsoletos.

¡Qué ironía!… Ahora, han tenido que correr a buscar quién les salve del descalabro ideológico en que quedaron sumidos, luego de la caída del muro de Wall Street. Ahora, todos son “keynesianos”.

Han desempolvado el pensamiento del ilustre economista británico John Maynard Keynes, (1883-1946), quien pregonó la necesidad de un fuerte papel del Estado en la economía, como mecanismo dinamizador del mercado para ampliar la demanda y, por ende, reactivar la producción salvándola de períodos de recesión. Es decir, activar el gasto público para evitar el colapso total. El Presidente Obama está dando el ejemplo.

Por eso es que queremos insistir en la imperiosa necesidad de desenmascar a los neoliberales presidenciables que están apareciendo, quienes ahora esconden su rostro político neoliberal con un disfraz keynesiano; tratando de distinguirlos de aquellas otras personas presidenciables que están planteando la necesidad de revitalizar el papel del Estado en la economía, pero desde una posición de convicción plena, como mecanismo primordial para que en un país como el nuestro y en materia de desarrollo, impere de nuevo la búsqueda del bien común y no el lucro privado a partir de los servicios públicos.

Pero hay algo más. A todas esas personas presidenciables, de uno y de otro partido, hay que rastrearlas hacia el pasado mediato; por ejemplo, para investigar cómo fue su comportamiento sociopolítico en los duros años de la resistencia al modelo neoliberal, luego de la caída del otro muro, el de Berlín; cuando en esos años de dura lucha, como la década de los años noventa, esa resistencia era, básicamente, ejercida por el Movimiento Sindical y, particularmente, por los sindicatos más consecuentes dentro del mismo. Todos esos presidenciables que ahora son “keynesianos”: ¿adónde estaban?, ¿qué hacían?, ¿a quién servían?, cuando la gente del pueblo y sus más leales organizaciones peleaban en las calles contra el neoliberalismo reinante y generaban propuestas de desarrollo alternativo al mismo. ¡Qué bonito!… Ahora todos son ““keynesianos”:/article/el-regreso-triunfante-de-john-maynard-keynes/”.

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