Con datos de la Contraloría General de la República (CGR), el señor diputado don Luis Fishman Zonzinski, nos está indicando que esa gigantesca cantidad de plata es dinero disponible (técnicamente conocido como superávit), que tendría a su disposición el Gobierno para sus proyectos y gastos, sin necesidad de imponernos un nuevo paquete de impuestos como lo está proponiendo.
Se nos viene diciendo por parte del distinguido señor Ministro de Hacienda, y también por la propia señora Presidenta, doña Laura, de que hay un gran déficit y que ocupan, con urgencia, recursos frescos por el orden de los 500 mil millones de colones. Pues fíjense ustedes que, esa cifra casi incomprensible de 1.379.816.054.704.91, es casi tres veces la cantidad que dice el gobierno ocupar para resolver “su” déficit.
Con los datos de la entidad contralora, se juntaron todas las cifras presupuestarias de todo el aparato estatal costarricense, más allá del Gobierno Central, llegándose a la conclusión de que, más bien, en vez de déficit hay superávit en el Estado.
Por supuesto que hay que tener muchísimo cuidado viendo el problema planteado y no ver “en neutro” la cifra de 1.379.816.054.704.91, pues debemos tener presente los desafíos de inversión de instituciones emblema de nuestra nacionalidad (como el ICE, la CCSS, el INS y A y A), hoy amenazadas con el cuento de la “apertura” y la “competencia” por las gigantescas transnacionales monopólicas y oligopólicas que nos han “invadido” mediando el TLC con Estados Unidos. Pero aún así, descontando esto de esa gran cifra, queda en evidencia que en vez de déficit hay superávit.
Con esta situación, a uno le queda la impresión de que existe como una especie de “contabilidad secreta del Estado”, que hay una “doble contabilidad” en las finanzas públicas y, por tanto, se le resta credibilidad a la propuesta de un nuevo paquete tributario que promueve el gobierno. Es tan fuerte esto, de que en vez de déficit hay superávit, que el mismo gobierno integró una comisión para discutir con la oficina del diputado Fishman Zonzinski el asunto. Pero la cosa es más complicada todavía. Porque si nos olvidamos de esa gran cifra, la propia CGR, con sus sólidos informes y su seriedad profesional y gran precisión técnica, dice que la evasión fiscal, que el robo de impuestos, anda por el orden de los 500 mil millones de colones; es decir, una cifra parecida a la que espera el gobierno tener como dineros “frescos” con su paquete de impuestos. Y ¡qué ridículo! El país solamente tiene menos de cien policías fiscales. Aquí, hay algo que huele mal, definitivamente.
Recientemente fuimos convocados por la Comisión de Asuntos Hacendarios del parlamento para que explicáramos nuestra posición sobre lo que el gobierno llama proyecto de “Ley de Solidaridad Tributaria” y planteamos “desechar, desistir, archivar, la propuesta de “LEY DE SOLIDARIDAD TRIBUTARIA”, por su carácter inequitativo, de reforzamiento de la regresividad que caracteriza al sistema tributario costarricense y porque hay otras alternativas para resolver el problema del supuesto déficit fiscal; o, incluso, que demuestran que éste tiene una existencia ficticia al existir una especie de “contabilidad secreta del Estado”.
Como alternativa al paquete tributario del gobierno, lanzamos un conjunto de propuestas como las siguientes. 1) Crear una comisión político-social para un análisis puntilloso de los diversos informes de la Contraloría General de la República (CGR) que tratan el tema de la evasión fiscal en sus diversas manifestaciones. 2) Fortalecimiento urgente del cuerpo de la Policía Fiscal. 3) Dictar una ley para premiar la denuncia de evasión fiscal de forma tal que la persona denunciante, comprobado el ilícito tributario, reciba un porcentaje de lo que le fue robado al fisco por impago de impuestos. En la misma ley debe establecerse la pena de cárcel por evadir impuestos. 4) Aprobación del proyecto de ley para que la administración tributaria, de presumirse ilícitos tributarios con evidencia sólida en ello, puede tener acceso a las cuentas bancarias sin demérito del secreto bancario. 5) Aprobar el proyecto de ley de regulación de la banca costarricense en el exterior, banca “offshore”. 6) Aprobar, por una única vez, un impuesto al patrimonio, para grandes fortunas y capitales, a partir de cierto monto, de forma tal que no toque las cuentas ni los ahorros que con grandes penurias, gente de la clase media ha logrado guardar. 7) Aprobar un proyecto de “Ley de Contingencia Fiscal”, para gravar, extraordinariamente y por uno o dos años, las erogaciones suntuarias, el consumo de lujo y las muestras evidentes de riqueza acumulada. 8) Aprobar una ley para gravar las ganancias producidas en el exterior y repatriadas al país.* 9)* Establecer la PENSIÓN-CONSUMO, una idea de varios ciudadanos, encabezados por el Dr. Wálter Coto Molina, Expresidente de la Asamblea Legislativa; una iniciativa que vincula la responsabilidad ciudadana de tributar, con el incremento en la recaudación y con el premio al ciudadano que tributa para efectos de una pensión complementaria.
Como vemos, sin que los y las de abajo (que por supuesto incluye a la golpeada clase media), sigamos sufriendo la mayor proporción de la carga tributaria, hay sobradas alternativas para que sea la “gente de arriba” la que pague lo que debe en materia de impuestos. Pero debemos movilizarnos para que la justicia tributaria y el bien común imperen en bien de la democracia.