¿100 días de qué?

Por supuesto que estos son los fárragos de un diletante. Y para ahorrar descalificaciones, aclaro que, si, soy militante del PAC y asesor legislativo y hago esta lectura desde este prisma. Pero que se trata de una lectura y no de propaganda, o por lo menos, no intenta serlo.

En estos tres meses en general, hemos visto un Gobierno que no traia planes, ni cosas preparadas. A veces parece un Gobierno que viniera de otro partido. Han sido tres meses para prepararse, hacer planes y organizarse. Es decir, con poca acción. Algunas metidas de pata de manejo político, que se han producido sin ton, ni son. Por falta de manejo político, pero con graves repercusiones en imagen, desgastes innecesarios y pérdida de capital político. (Sólo para mencionar las pifias más obvias y además gratuitas, recordemos: Salarios, Crucitas, Agua, Bruno Stagno, nombramientos dudosos en Cancillería, lucha interna por el deshalojo del edificio legislativo, pues María Luisa Ávila no parece entender que este mal manejo tendrá repercusiones en otras áreas para ella y el Gobierno), mal manejo de las relaciones con Nicaragua, impericia diplomática obvia también en el tema del problema con la Franja de Gaza en Medio Oriente, pésimo manejo inicial de la Presidencia Legislativa por parte de Villanueva, poco o ninguna avance en el tema de seguridad, y sigue el desastre en el tema de carreteras y puentes, etc.)

Además este Gobierno, ha tenido un claro y declarado enemigo, que paradógicamente no viene de la oposición, (ni de la verdadera, ni de la falsa), sino que surge de su propio seno partidario: Rodrigo Arias, que parece andar con una ansiedad y unas aspiraciones que le son difíciles de controlar. Extrañamente don RAS opta por hacerle la vida imposible al Gobierno de Chinchilla. Su plan parece ser, llevarlo a una posición débil que obligue a Laura a llamarlo como EL SALVADOR, y aparecer como el Gobernante indispensable, mientras vuelve a colocar en Gobierno y en lugares financieros estratégicos a sus fichas de confianza. Un Gobierno que no puede controlar directamente parece retrazar en mucho sus planes de negocios.

Este Gobierno, se la ha visto pues, con cinco obstáculos: una mala herencia, (la mesa no estaba servida), la falta de preparación, la ausencia de nortes claros y de definiciones, falta de tino político y de oficio político, y Rodrigo Arias, que claramente ha sido como dormir como un trompo entre la bolsa para esta gestión.

El panorama no ha sido nada alentador, y la situación, sólo la ha salvado la simpatía, buena imagen y carisma de la Presidenta. Por ello, muchos dicen que este Gobierno recuerda al de Abel Pachecho, pero también inmediatamente sostienen que “Laura no es Abel”, sea lo que sea que eso quiera decir.

Hay quien dice que esto es típico del Grupo ATD (que ahora parece controlar el Gobierno): no tienen norte, ni objetivos claros, se dedican a capearse los tiros para no salir pringados y esperan la mejor ola para montarse en ella sin despeinarse, ni dejar de parecer personas casi académicas y hasta progresistas. Y que esto que hemos visto en estos 90 o 100 días será lo que seguiremos viendo los tres años y pico que faltan. Hipótesis por demás seductora, pero que está sujeta aún a comprobación.

Sin embargo, “si por la víspera se saca el día”, puede que esa sentencia no ande muy lejos. Lo peor de todo es que al carecer de nortes claros, doña Laura se convierte en “un campo de disputa” de los distintos grupos de presión, y no aparece como una lider o una estadista, y posiblemente esto marque avances, retrocesos, cambios de dirección, como hasta ahora hemos visto.

Es claro que, uno en política, no puede dejar de negociar y conceder. No puede ir contra la corriente porque esta te vuelca. Sino que, como cuando se cruza un río, se debe ir un poco cediendo ante la corriente y el caudal del mismo, pero sin perder el norte de llegar a la otra orilla: tal como alguna vez me enseñaran amigos bribris en Talamanca. Si ud. pretende cruzar el río en línea recta, sin hacerle caso a la corriente, el río se lo va a llevar. Pero uno tampoco puede dejar que la corriente se lo lleve, o no cruzar el río del todo.

Mientras doña Laura no defina nortes seguirá siendo un campo de disputa, y quienes definirán su rumbo serán “los otros”, inclusive quizá, hasta sus enemigos le definan el quehacer.

Finalmente, doña Laura “opta” quizá mal aconsejada, por, no las mejores alianzas. Prefiere aliarse al partido más conservador y representante de los intereses más lejanos del bien común, como lo es el movimiento libertario, abanderado del libre mercado como fórmula mágica para todos los males y que no oculta otra cosa que la codicia y el deseo de algunos por hacer mucho dinero, rápido y como sea.

Pero bueno, ¿que debe hacer la oposición, si doña Laura no lo hace bien, si empieza a ceder a los grupos de presión, a descuidar al pueblo y a incumplir las promesas? Callar no. ¿pero, criticar? u ¿Ofrecer apoyo para que retome el camino consecuente que había ofrecido? ¿No distraerla para que siga metiendo la pata?

Todo depende… Hasta ahora doña Laura, fuera de encuentros “muy formales” y poco sustanciosos, no ha planteado nada serio a una oposición, que en el fondo quizá ande más cerca de sus ideales que sus aliados libertarios.

Entonces, ¿cómo se puede ayudar a alguien que no quiere ayuda, ni colaboración y que prefiere “administrar” favorcitos a cambio de votos en el Congreso?

A mi, aún no me resulta claro para donde va este Gobierno, o si pretende ir a alguna parte. Ya veremos.

*Asesor Legislativo del PAC

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