Hoy les compartimos un tema que prácticamente no se debate al interior de nuestro país; al menos en los espacios mediáticos tradicionales en los que se suele apelar al criterio de la opinión pública.
Pensamos que, también, es poco mencionado en el espacio tico, a nivel de este nuevo fenómeno comunicacional global de las redes sociales por Internet.
Para quienes estamos en el campo de la defensa de los Derechos Humanos universalmente reconocidos (especialmente los que tienen que ver con la clase trabajadora, tanto nacional como internacional), su respeto pleno cobra hoy día una importancia fundamental y estratégica, en este lamentable escenario global de exclusión social y de sobreexplotación laboral; con esa brutal hegemonía del capital que viene demoliendo conquistas sociales obreras de carácter histórico y que costaron mucha sangre obtenerlas.
Todos los estudiosos, de una forma u otra, coinciden en que el poder global del planeta en estos tiempos de globalización neoliberal, tiene en las empresas transnacionales o multinacionales, uno de sus más fuertes componentes.
Muchas de ellas tienen tanta dimensión económica que superan el valor del Producto Interno Bruto (PIB), de muchos países, algunos incluso de gran renombre internacional.
Por eso llama la atención que hace unos pocos días y en el seno del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su vigésimo sexta sesión, se haya tomado una decisión más que histórica: “Crear un grupo de trabajo intergubernamental con el mandato de elaborar un instrumento internacional legalmente vinculante para regular, de acuerdo al Derecho Internacional de los Derechos Humanos, las actividades de las empresas transnacionales”.
Esto quiere decir que así como hay a nivel planetario un tribunal internacional para juzgar crímenes de guerra, de lesa humanidad como los genocidios; el mundo tendrá una especie de corte internacional, con igual peso jurídico, para juzgar a las gigantescas corporaciones multinacionales y sus más altos ejecutivos o personeros, por violaciones a los Derechos Humanos de los habitantes del mundo.
Por ejemplo, hablamos de que se juzgaría a esas corporaciones gigantescas causantes de derrames petroleros, de depredación de ecosistemas por un extractivismo desorbitado, contaminaciones del ambiente; y, no menos importante, por las violaciones que se dan a los Derechos Laborales universalmente reconocidos como Derechos Humanos; tanto los que están en las diversas declaraciones de Derechos Humanos firmadas por muchos estados; como aquellos que están contemplados dentro de los principios rectores de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Nos enteramos de esta relevante noticia leyendo un artículo firmado por los comunicadores Pedro Ramiro y Juan Hernández Zubizarreta, del periódico digital español “eldiario.es” (www.eldiario.es); artículo que ellos titulan “Controlar a las transnacionales”.
La esencia de la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, es que vuelve a ser de enorme actualidad en el debate internacional de las naciones, “la necesidad de establecer normas internacionales para obligar a las compañías multinacionales a respetar los derechos humanos”.
El paso trascendental que se daría cuando esta extraordinaria lucha por la Humanidad misma triunfe; es que ya no se dependería de la “buena voluntad” de estas corporaciones empresariales gigantescas para aplicar “códigos de buena conducta”; sino que serían sentadas ante una corte penal internacional especializada, precisamente, en tramitar acusaciones de orden penal y con poder sancionatorio.
Un conjunto muy amplio de organizaciones de la sociedad civil, especialmente de la Unión Europea (UE), ha venido luchando por este tipo de cambios en materia del Derecho Internacional.
Se ha venido promoviendo una campaña global denominada “Desmantelando el poder corporativo”, a la cual la corriente sindical que representamos en Costa Rica se está uniendo con la publicación de este comentario.
Afortunadamente en nuestro país existe el Grupo Extra y, particularmente, este prestigioso Diario Extra (que es el más leído del país), que nos permite publicaciones de este tipo en el marco del amplio concepto democrático que este consorcio mediático nacional práctica en materia de real Libertad de Expresión.
Este grupo ciudadano multinacional y sus respectivas organizaciones, aglutinados en la campaña global “Desmantelando el poder corporativo”, han avanzado enormemente en su cruzada, al punto de tener una propuesta de Tratado Internacional de los pueblos para el control de las empresas transnacionales; que sería presentada a la indicada comisión de la ONU, ahora que se abierto, de manera oficial, el debate intergubernamental en su seno sobre las normas jurídicas obligantes y vinculantes que se han de dictar para las empresas multinacionales que violen los Derechos Humanos, entre éstos, repetimos, los de índole laboral.
Las pretensiones al respecto, según los periodistas aquí mencionados, nos hablan de que el Derecho Internacional por establecerse en este ámbito, lleve a establecer “obligaciones específicas de las empresas transnacionales como, entre otras, la prohibición de patentar formas de vida, el pago de precios justos y razonables a los proveedores y subcontratistas, el control del personal de seguridad al servicio de las multinacionales y el respeto de todas las normas que prohíben la discriminación”.
Sin duda alguna estamos de cara a uno de los más grandes desafíos jamás enfrentados por los sindicatos globales y por otras entidades ciudadanas plantearías; lo que obliga a que las respectivas entidades nacionales de este orden y de otros de similar naturaleza, nos sumemos a estos esfuerzos.
Porque el desafío es cómo detener una vorágine que parece irrefrenable de este capital global neoliberal, especialmente el de orden financiero-bancario; cuya voracidad para acumular y acumular para concentrar riqueza de manera abusiva como nunca otra época de la historia humana lo mostró; se ha convertido en una amenaza para la existencia misma de la vida humana en el planeta.
Así de contundente es el pensamiento de todas estas nobles personas y organizaciones que luchan hora tras hora y día tras día por la preservación misma de la especie humana.
Nos sentimos muy felices que desde Costa Rica podamos dar nuestra modesta aportación para la campaña global “Desmantelando el pode corporativo”.