“El capitalismo acaba con la democracia”

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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No es un “comunista trasnochado” el autor de la frase anterior. Tampoco un sindicalista “extremista”, como suelen llamarnos los plumíferos y los amanuenses de los periódicos de la oligarquía. Quien escribió tal pensamiento fue el señor Robert Reich, Exsecretario de Trabajo de Estados Unidos y hoy catedrático de Políticas Públicas en la Universidad de California, en Berkeley. En el más reciente número de la prestigiosa revista Foreign Policy (edición en español), el señor Reich plantea tesis tan contundentes como que “ninguna nación democrática está resolviendo los efectos negativos del capitalismo”:

Para el autor, la “democracia significa mucho más que un proceso de elecciones libres y limpias”, algo que en Costa Rica está en cuestionamiento para muchos luego de ver cómo se desarrolló el proceso del referéndum sobre el TLC.

El Sr. Reich estima que la democracia “es un sistema para realizar cosas que sólo pueden lograrse cuando los ciudadanos se unen para favorecer el bien común. Sin embargo, aunque el libre mercado ha supuesto una prosperidad inusitada para muchos, ha ido acompañada de unas desigualdades crecientes de rentas y riqueza, más inseguridad en el empleo y riesgos medioambientales como el calentamiento global”.

Nada más oportuno para la actual realidad sociopolítica que tiene nuestro país, los comentarios del señor Reich. Tenemos un régimen gubernamental que tiene al mercado como su dios único. Un régimen que ha pervertido toda la institucionalidad republicana (parlamento, tribunal constitucional, tribunal electoral), para entregarle a ese dios mercado, el patrimonio público de mayor valor económico acumulado por la sociedad costarricense (ICE e INS, por ejemplo). Una idea fija que, como es más que evidente, atenta contra el bien común y que profundizará más las “desigualdades crecientes de rentas y riqueza”.

“La democracia, cuando funciona como es debido, permite que los ciudadanos mantengan un debate colectivo sobre cómo repartir el pastel y decidan qué normas deben regir los bienes privados y cuáles los públicos”.

Este es el debate que, deliberadamente, el autoritarismo y el totalitarismo de mercado de la acción gubernativa actual, le ha negado a la ciudadanía costarricense. Cuando se polarizaron los vidrios del parlamento, para actuar a escondidas de la mirada cívica de la gente, es porque se está aplicando la dura sentencia del Exsecretario de Trabajo estadounidense: “el capitalismo acaba con la democracia”.

Para los fundamentalistas del libre mercado, su “santísima trinidad” (desregulación, privatización y recorte del gasto social), se impone bajo regímenes de gran autoritarismo. “La tiranía en la democracia”, frase que ya quedará como tristemente célebre del Presidente Arias, certifica el análisis de don Robert Reich. Nunca como en ninguna otra época de la historia republicana de Costa Rica, hay completa claridad de la necesidad que tiene la gente de defenderse, lo cual se ha vuelto consustancial con la defensa de la misma vida.

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