Aún no terminamos de salir del asombro con las primeras relevaciones públicas que ya hemos conocido, acerca de la investigación internacional de una mega corrupción tributario-fiscal a escala global, conocida desde ya como “Los papeles de Panamá” (“Panama Papers”).Costa Rica, en realidad su clase dominante hegemónico-tradicional, salió “pringadititica”
Para la corriente sindical en la cual desarrollamos nuestro diario quehacer por la justicia social, “Los papeles de Panamá”, en lo que se refiere al caso costarricense, dejan en evidencia y de manera contundente las siguientes conclusiones, que son formuladas en medio de la estupefacción que a muchos no ha causado este caso dado a conocer, mundialmente, en las últimas horas; conclusiones que, por supuesto, no agotan abordar el tema a partir de ahora.
PRIMERA: EL fraude fiscal-tributario en todas sus manifestaciones, como la evasión descarada y corrupta, así como elusión premeditada y planificada, es un crimen social que debe recibir las más grandes penas y condenas.
SEGUNDA: En el caso costarricense, las personas y/o empresas cuyos nombres aparecen en “Los papeles de Panamá” pertenecen, directa o indirectamente, al clásico bipartidismo tradicional, conocido por el pueblo como el “PLUSC”; lo cual es una muestra contundente de cómo hubo en estos dos partidos una degeneración política con respecto a sus presuntos postulados filosóficos originarios: la Socialdemocracia y el Humanismo Cristiano.
TERCERA: “Los papeles de Panamá” dejan al desnudo, y ahora sí sin duda ninguna, la naturaleza perversa, criminal y cruel de la infame campaña desarrollada en los últimos meses en contra del Empleo Público, en contra de las organizaciones sociolaborales del Empleo Público y en contra del mismo Sector Público. Ni el déficit fiscal es culpa de los salarios públicos, ni es la clase trabajadora asalariada la ladrona de impuestos.
CUARTA: Las personas y entidades costarricenses cuyos nombres aparecen en “Los papeles de Panamá”, en su abrumadora mayoría forman alimentan las concepciones neoliberales acerca del papel del Estado en la sociedad, aduladores como son de las bondades del mercado. “Los papeles de Panamá” les han desacreditado profundamente como para que sigan pretendiendo tener una moral intachable en su prédica ideológica y fundamentalista en contra del sector Público.
QUINTO: Para el caso costarricense, “Los papeles de Panamá” dejan al descubierto los fuertes ligámenes político-ideológicos de connotados bufetes y mediáticos abogados, en cuanto a sus fuertes conexiones con el bipartidismo tradicional tipo “PLUSC”, lo que es indicativo de presuntos e insospechados tráficos de influencias en la facilitación de negociaciones lucrativas con la cosa pública.
SEXTO: Es sumamente importante que en el caso costarricense “Los papeles de Panamá” dejen al desnudo, también, presuntos comportamientos tributario-fiscales inmorales, antiéticos e ilegales de empresarios con vínculo directo en el negocio del periodismo y de las noticias; particularmente del Grupo Nación, caracterizado éste porque su “emblemático” latifundio mediático ha sido líder en la campaña de linchamiento contra los empleados públicos.
SÉTIMO: “Los papeles de Panamá” fortalecen el aporte que venimos formulando para que en nuestro país se impongan las más duras legislaciones contra el fraude fiscal. Especialmente, abogamos por el establecimiento de un verdadero registro de accionistas de los beneficiarios finales de las rentas de las sociedades anónimas, de los fideicomisos financieros y similares; todo lo cual es urgentísimo ya no solamente para intentar enfrentar tropelías tributario-fiscales como las que denuncian “Los papeles de Panamá”, sino por los desafíos de los altos flujos de dinero sucio, de dinero del crimen organizado, del dinero narco en nuestro sistema económico.
OCTAVO: “Los papeles de Panamá” representan un enorme estímulo para procesos de unidad sindical en la acción, de alta calidad y confluencia operativa hacia la movilización, toda vez que la corrupción tributaria es la más grave de todas y la que más afecta a la clase trabajadora, especialmente la asalariada; pues es a ésta a la que se le pretende extorsionar con más impuestos, precisamente, los que se apropian, sucia e ilegalmente, muchas de las gentes mencionadas en “Los papeles de Panamá”.
¡Ahora no queda duda alguna del porqué se oponen al registro de accionistas!