Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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Somos del criterio de que la movilización ciudadana, sostenida, extendida, pacífica y civilista, es capaz de cambiar el rumbo del país y la orientación política de los gobernantes transitorios, para que éstos no tengan más opción que priorizar en el bien común y no en el bien de sus negocios particulares y personales. Ejemplos sobran en la historia patria. El más reciente es el del combo ICE, en el año 2000, que nos mostró el poder de lo que nosotros conceptuamos como el Referéndum de la Calle.
El pueblo costarricense, en acción cívica sostenida, a lo largo y ancho del país, durante diecisiete días continuos, frenó la aprobación final del proyecto de ley para robarse el ICE, que ya había obtenido una “lujosa” mayoría de 45 de los 57 votos diputadiles, en primer debate. En la práctica, fue el Referéndum de la Calle lo que hizo nula esa votación legislativa.
Esta acción cívica del ejercicio de la Democracia de la Calle, es lo que la oligarquía neoliberal pro TLC llama ahora “sedición”. Desde su infame periódico y sus pasquines adjuntos, la gaceta oficial de los hermanos Arias Sánchez, desacreditada y convertida en planfleto propagandístico diario, por más de 23.500 razones que así lo sustentan; pretende ahora prender hogueras para quemar a quienes desafiamos su “orden”, que ella cree ya establecido, con su mayoría podrida de 38 votos en el caso del TLC.
La famosa “mayoría” de 38 votos anida en su seno una gran podredumbre ética, pues es evidente cuántos millones de dólares (no ya colones), habrá de representar el voto favorable al TLC, para personas y empresas ligadas a algunas de las más connotadas figuras diputadiles comprometidas con ese voto. Además, las transacciones políticas obteniendo favores del régimen para beneficios de parientes directos de potenciales votantes legislativos pro-TLC, son otro aspecto que nos lleva a afirmar que esa “mayoría” de 38 votos huele a podrido. Sin hablar de la vergonzosa ignorancia en otros casos, que darían un irresponsable voto a ciegas. Ahora bien, se tiene informes de que la dignidad y el decoro habrían de minar desde adentro esa supuesta “mayoría” de 38 votos.
Si apelar al Referéndum de la Calle y señalar que la tal indicada “mayoría” no tiene solidez ética, es “sedición”, pues entonces nos declaramos “sediciosos”. Por supuesto que de llegar a primer debate el TLC, cosa que vemos cada vez más improbable, será en el seno parlamentario donde se dé esa votación; sin embargo, creemos que esa tal mayoría estará en ese momento reducida al mínimo, pues la presión cívica de la Democracia de la Calle se habrá encargado de que así sea.
Finalmente, nos sigue llamando la atención la coincidencia de los ataques que recibimos de los dos extremismos del espectro político nacional: el de la oligarquía neoliberal pro TLC y el de la pseudoizquierda frustrada con pretensiones “vanguardistas”, en ruta directa hacia el basurero de la historia. Definitivamente, ¡¡¡vamos bien!!!.