1) Que algún día conozcamos los rostros y sepamos los nombres de los verdaderos dueños del poder en Costa Rica, personas (casi todos hombres) de negocios que nunca van a elecciones ni dan la cara, pero a los cuales, prácticamente, todos los políticos temen desafiar. Son los que, en verdad, mandan, especialmente los que están en el negocio del capital financiero y derivados.
2) Que podamos iniciar la construcción de un sólido proceso de articulación sociolaboral, cívico-patriótico, nacional-soberanista, para contraponerlo al poder real de estos sujetos.
3) Que comprendamos a carta cabal que hay dos tipos estratégicos de Democracia: la Electoral y la de la Calle; y que combinadas ambas podemos ser un mejor país, una sociedad más justa y tener un Estado más transparente y realmente ligado a la gente.
4) Que los hijos y las hijas de la Segunda República (la fundada en 1949), entendamos que todavía nos queda una importante herencia que defender: esa institucionalidad inspirada en el bien común que todavía no se la ha han podido robar del todo.
5) Que se dé una real unidad sindical, al menos en la acción, basada en el respeto y en la cual quienes nos decimos dirigentes depongamos los personalismos, los celos de protagonismo, las rencillas del pasado.
6) Que el pueblo elija a un presidente que, ni abierta ni solapadamente, sea neoliberal.
7) Que el pueblo elija diputadas y diputadas con sensibilidad social, conscientes del grave problema nacional del crecimiento de la desigualdad; y que no representen intereses corporativos mezquinos contrarios al bien común; ni sindicales, ni empresariales, ni de otra naturaleza.
8) Que se le dé vuelta a la tortilla de la injusta estructura tributaria del país, abiertamente regresiva: a fin de que paguen más los que tienen más y/o se roban impuestos.
9) Que se logre una especie de gran acuerdo político-cívico y social para evitar un colapso fiscal nacional de inimaginables consecuencias.
3ÚLTIMAS NOTICIAS
2018: 18 deseos
Albino Vargas Barrantes26 de diciembre, 2017 | 03:21 AM
Compartir RetweetEnviar ImprimirWhatsapp
1) Que algún día conozcamos los rostros y sepamos los nombres de los verdaderos dueños del poder en Costa Rica, personas (casi todos hombres) de negocios que nunca van a elecciones ni dan la cara, pero a los cuales, prácticamente, todos los políticos temen desafiar. Son los que, en verdad, mandan, especialmente los que están en el negocio del capital financiero y derivados.
2) Que podamos iniciar la construcción de un sólido proceso de articulación sociolaboral, cívico-patriótico, nacional-soberanista, para contraponerlo al poder real de estos sujetos.
3) Que comprendamos a carta cabal que hay dos tipos estratégicos de Democracia: la Electoral y la de la Calle; y que combinadas ambas podemos ser un mejor país, una sociedad más justa y tener un Estado más transparente y realmente ligado a la gente.
4) Que los hijos y las hijas de la Segunda República (la fundada en 1949), entendamos que todavía nos queda una importante herencia que defender: esa institucionalidad inspirada en el bien común que todavía no se la ha han podido robar del todo.
5) Que se dé una real unidad sindical, al menos en la acción, basada en el respeto y en la cual quienes nos decimos dirigentes depongamos los personalismos, los celos de protagonismo, las rencillas del pasado.
6) Que el pueblo elija a un presidente que, ni abierta ni solapadamente, sea neoliberal.
7) Que el pueblo elija diputadas y diputadas con sensibilidad social, conscientes del grave problema nacional del crecimiento de la desigualdad; y que no representen intereses corporativos mezquinos contrarios al bien común; ni sindicales, ni empresariales, ni de otra naturaleza.
8) Que se le dé vuelta a la tortilla de la injusta estructura tributaria del país, abiertamente regresiva: a fin de que paguen más los que tienen más y/o se roban impuestos.
9) Que se logre una especie de gran acuerdo político-cívico y social para evitar un colapso fiscal nacional de inimaginables consecuencias.
Lea: ¡Qué sustazo con el pago de la primera quincena de diciembre!
10) Que el deber de probidad del personal asalariado del sector Público sea la máxima ética que inspire, minuto a minuto, la ejecución de todas las políticas públicas a cargo del Estado.
11) Que se cambie el sistema de elección de magistrados judiciales para reconocer la excelencia académica, la experiencia sólidamente acumulada, la probidad al máximo y la total independencia de compadrazgos politiqueros y de identificación partidista.
12) Que se cambie el sistema de elección diputadil para que uno pueda votar por personas y no por listas “borregas”.
13) Que el agua sea para siempre conceptuada y legalmente establecida como Derecho Humano Fundamental.
14) Que la Caja se libere, totalmente, de la especie de secuestro en que la tienen poderosos grupos corporativos internos y externos, a fin de que recupere, con total plenitud, la nobleza filosófica que le dio origen.
15) Que el seguro de Riesgos del Trabajo del INS siga con su visión humanista-cristiana originaria y no le conviertan en vulgar mercancía.
16) Que el Código de Trabajo, ahora fortalecido con la Ley de la Reforma Procesal Laboral, abra paso a un real diálogo democrático entre personas trabajadoras y patronos, con pleno respeto de la Libertad de Organización Sindical.
17) Que nos aboquemos, con toda seriedad e inteligencia, a la protección real y efectiva del patrimonio ecológico con el cual esta tierra tica fue bendecida por Dios, sacándole provecho sin riesgos.
18) Que el loco Trump no desate una guerra nuclear que acabe, sino con toda, con gran parte de la Humanidad.
¡FELIZ AÑO NUEVO 2018!