Empleo público, IVA, renta y desigualdad

En los próximos días y semanas la Asamblea Legislativa se pondrá al rojo vivo. Lo que hemos dado en llamar mezcla tóxica para el envenenamiento social ocupará la máxima atención diputadil, político-social y mediática (en este caso, tanto la de corte informativo-objetivo, como la que expresa una subjetividad ideológica de corte totalitario).

Cuando hablamos de mezcla tóxica para el envenenamiento social, nos estamos refiriendo a la discusión diputadil producto de la relación que impone la oposición parlamentaria de signo neoliberal que controla el actual directorio de la Asamblea Legislativa, relación-vinculación con sesgo evidente de chantaje político y que el Gobierno está aceptando; de que primero se pase la ley contra el empleo público, para después tramitar los proyectos de aumento en el actual impuesto sobre las ventas, del 13 al 15 % (transformándolo en IVA), así como las modificaciones sobre el impuesto sobre la renta.

Desde nuestra perspectiva sociopolítica de corte sindical, la verdadera discusión parlamentaria es de otro carácter. La real discusión de fondo, la que está siendo soslayada con el timo del empleo público, es la de la desigualdad.

Los más respetados informes y estudios, tanto los de fuentes nacionales como internacionales, coinciden en que Costa Rica está transitando una ruta equivocada, yendo en sentido contrario a la que supone la búsqueda de la promoción social y del bien común.

El indicador más emblemático y universalmente aceptado como medición técnico-objetiva de la desigualdad, el llamado Coeficiente de Gini, está señalando que Costa Riva va hacia la desigualdad perfecta, hacia la cifra de 1, siendo o la igualdad perfecta en una sociedad.

Estamos en 0.52, repetimos, viajando hacia el ese fatídico 1; por demás, enorme vergüenza para una sociedad como la costarricense que había hecho de la inclusión social y de la equidad pilares estratégicos de su convivencia democrática.

Así las cosas, precarizar el empleo público, atacando sus niveles salariales actuales (sin desconocer que se debe corregir las situaciones de abuso que son excepcionales y que ya están identificadas); y, a la vez, elevar del 13 al 15 por ciento el impuesto sobre las ventas, no es más que apuntalar el camino hacia la desigualdad perfecta que nos plantea el Coeficiente de Gini, al avanzar con este tipo de legislaciones más allá del 0.52.

Porque si alguien cree, ingenua y tontamente, que en el actual parlamento se aprobará alguna modificación por mínima que sea, en materia de impuesto sobre la renta por el lado de la progresividad tributaria; estaría creyendo que el desarme nuclear total y definitivo del planeta está a la vuelta de la esquina.

Pese a todo ello, las personalidades parlamentarias honestas deben poner en el centro del debate el tema de la desigualdad. Se está produciendo mucha investigación, mucho estudio, muchos análisis al respecto, notándose una especie de centralidad de este tema ante las evidencias del fracaso de la globalización de corte neoliberal.

Recientemente llegó a nuestras manos un documento titulado “Informe Mundial sobre Ciencias Sociales”, producido por el Consejo Internacional de Ciencias Sociales (CICS), el cual tiene relación con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Además, este informe también es tutelado por el Instituto de Estudios del Desarrollo (IDS, por sus siglas en inglés), asentado en el Reino Unido.

El “Informe Mundial sobre Ciencias Sociales”, del CISA-UNESCO, trae un interesantísimo apartado que se titula así: “2016 – Afrontar el reto de las desigualdades y trazar vías hacia un mundo justo”. (Subrayado nuestro).

Transcribimos: “La desigualdad nunca había ocupado anteriormente un puesto tan importante en la agenda de los encargados de la elaboración de políticas en el mundo entero. Tampoco había constituido un tema tan candente, como lo es ahora, para los trabajos de investigación en ciencias sociales. La desigualdad y la justicia social son cuestiones que actualmente se están tratando más que nunca en los artículos publicados en revistas especializadas”.

¡Exacto! Estamos seguros de que muchos integrantes del nivel político-sistémico actual no tienen ni la menor noción de ello.

Este apartado de este informe plantea conclusiones como las siguiente: PRIMERO: “La desigualdad descontrolada puede poner en peligro la sostenibilidad de las economías, así como de las sociedades y las comunidades”. SEGUNDO:_ “Las desigualdades no se deben concebir y abordar con una óptica que sólo tenga en cuenta los ingresos y la riqueza porque, además de económicas, también son políticas, sociales, culturales, ambientales, territoriales y cognitivas”._ TERCERO: “Es necesario comprender mejor los vínculos entre las desigualdades y sus entrecruzamientos para crear sociedades más equitativas”.

Este notable estudio sobre la desigualdad tiene varios mensajes claves. Citamos éste: “El poder económico y político se concentra cada vez más en manos de un número muy reducido de personas. Esto puede hacer peligrar el crecimiento económico, la cohesión social y la solidez de las democracias”.

¿Leyeron bien? ¡Ésta es la realidad de la Costa Rica actual! Siempre hemos estimado y ahora lo reafirmamos que nuestra Patria tiene grandes problemas muy graves hoy en día. Tres de estos grandes problemas graves de la actualidad costarricense se derivan, a nuestro juicio, de uno principalísimo y fundamental: la desigualdad y su crecimiento sistemático, sostenido y, prácticamente, indetenible.

La desigualdad es fuente de violencia: contra la mujer, intrafamiliar-doméstica, contra la niñez y la adolescencia. Alimenta gran parte de la delincuencia común, promueve el delito por hambre y por exclusión económica.

La desigualdad es fuente para el desarrollo de la actividad del crimen organizado y del negocio del narcotráfico, especialmente “por abajo”: narcomenudeo, los burros y similares.

Le desigualdad también alimenta la corrupción con ropaje legal o sin él, en los ámbitos públicos y privados, coludidos entre sí.

La parte III del informe que venimos comentando, “Respuestas y vías transformativas”, señala “…la importancia que tienen los mecanismos de políticas encaminadas a facilitar la redistribución de los recursos, por ejemplo las políticas tributarias progresivas que tienen por objeto reducir las disparidades de ingresos y obtener para la hacienda pública recursos que puedan invertirse en protección social”.

¡Es éste el punto focal central del debate parlamentario de hoy! Debería ser el debate legislativo esencial y fundamental: las políticas tributarias progresivas, siendo la cuestión del impuesto sobre la renta el punto medular. Ni empleo público ni IVA-ventas deben ser la discusión de fondo. ¡Es la desigualdad!

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