Una orquesta sinfónica y una banda no son lo mismo

Para el Servicio Civil, sí. Desde hace 9 años las y los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional hemos estado luchando para que se nos incluya dentro del Régimen del Servicio Civil, como Orquesta Sinfónica Nacional con su especificidad. No ha sido posible por falta de voluntad política y administrativa.

Deseo subrayar que funcionarios del Servicio Civil después de haberles entregado varios documentos y haber realizado muchas reuniones nos respondieron que nuestros argumentos no tenían sustento y que todo esto era “un saludo a la bandera”.

Reencontramos el mismo documento en la reunión del 9 de mayo del presente año para establecer un mismo perfil entre una orquesta sinfónica y una banda. Ahora, nuestro documento se aplicaba a la banda también, que, entre otras cosas cuenta con la misma jerarquía que una orquesta sinfónica: parece ser que las mismas funciones o cualidades de un Concertino las cumple un funcionario de una banda.

Sugiero investigar, estudiar, analizar las bandas, y de ahí escribir un documento propio, ya que aprovechar el trabajo intelectual de otros y copiar termina produciendo materiales y discursos fuera de contexto.

Una funcionaria del Servicio Civil en la misma reunión recalcó que para hacer un reglamento de esa naturaleza no podemos utilizar tantas sutilezas o diferencias entre una banda y una orquesta sinfónica. De hecho esas sutilezas y esas diferencias son las que marcan las diferencias históricas desde hace siglos, entre las dos agrupaciones. Como segundo elemento clave entre las dos agrupaciones es su estructura.

En estos momentos se está considerando que dentro del medio cultural una banda de vientos posee las mismas características que una orquesta sinfónica. La Orquesta Sinfónica Nacional cuenta con 72 integrantes asalariados, dependiendo de la obra que se interprete: 13 primeros violines, 11 segundos violines, 8 violas, 8 violonchelos, 6 contrabajos, 3 flautas, 1 flautín, 3 oboes, 1 corno inglés, 3 clarinetes, 1 clarinete bajo, 3 fagotes, 1 contrafagot, 3 trompetas, 4 cornos franceses, tres trombones, 1 tuba, 1 timbalista, 3 percusionistas, 1 arpista, 1 pianista.

En Costa Rica varía mucho la cantidad de integrantes de las bandas nacionales, que son siete. Los integrantes van de 44 a 16. La instrumentación de las bandas en Costa Rica sería: flautas, flautín, oboes, fagotes, clarinetes, saxofones, trompetas, cornos franceses, trombones, tuba, contrabajo, percusión. En la banda tradicionalmente predominan los instrumentos de viento: maderas y metales. Cabe destacar que en las bandas no hay instrumentos de cuerda como en una orquesta sinfónica.

Esta estructura diferente ha producido a lo largo del tiempo dos tipos de sonoridades, funciones, espacios, repertorios, públicos, escuchas, relaciones con el mercado. Por ejemplo, la OSN participa de la vida de la comunidad tocando en los teatros construidos específicamente para conciertos sinfónicos. Se presenta generalmente en espacios cerrados: teatros, escuelas e iglesias. Desde el punto de vista de divulgación y uso de las tecnologías las grandes casas discográficas tales como la Deutsche Grammophon, Sony, EMI, NAXOS, Philips, CBS, tienen en su catálogo diferentes grabaciones de orquestas sinfónicas.

El número de obras ejecutadas por bandas presentes en los catálogos de estas casas discográficas es muy reducido. Dentro de la normativa vigente de la Orquesta Sinfónica Nacional está estipulado que la agrupación debe realizar giras de extensión cultural. Varias veces al año la OSN ofrece conciertos gratuitos, va a comunidades, realiza actividades de divulgación musical intercambiando con niñas, niños y adultos.

La OSN ha realizado varias giras al exterior representando al país (Estados Unidos, Alemania, España, Checoslovaquia, Hungría, Japón, Taiwán, Colombia, Panamá, Cuba y México). Quienes vengan al país pueden obtener varios discos compactos realizados por la Orquesta Sinfónica Nacional que se encarga también de divulgar por este medio la música clásica compuesta por los compositores nacionales.

Para escuchar una orquesta sinfónica en un teatro hay que pagar la entrada o comprar un abono para una temporada oficial anual y las personas saben que a este evento se participa vestidos de una determinada manera. Al asistir a un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, la persona que compra la entrada va sabiendo que debe permanecer concentrada toda la duración del concierto. Este está dividido generalmente en dos partes: la primera consiste en una obertura y un concierto con una o un solista, se realiza un descanso de 10 minutos para luego pasar a la segunda parte donde generalmente se interpreta una sinfonía.

Existe además toda una estructura que precede y que le sigue a los conciertos. Artículos de periódico, crítica, entrevistas, programa de mano con análisis y explicación de las obras.

Cabe decir además que la OSN prepara anualmente una temporada de ópera. Las bandas en cambio participan de la vida de la comunidad, tocando en fiestas, entierros, solemnidades. Se presentan generalmente en parques, kioscos, plazas, estadios. Las bandas militares o civiles, cuando llegan a su máximo desarrollo, se denominan a veces banda sinfónica, caso en que incorporan oboes, fagotes, varios géneros de clarinetes, añadiendo aún cuerdas como violonchelos, contrabajos, otros metales como el corno francés y la percusión: timbales, vibráfono, xilófono, etc.

En el imaginario de las y los costarricense la banda es la agrupación musical que acompaña la salida de la misa o el compartir en el Parque Central los domingos en la mañana tocando himnos, marchas. También cumplen una función en el ceremonial cívico, por lo general al aire libre y acompañando eventos que no han sido convocados por la banda en sí, sino donde la banda representa un acompañamiento.

Desde los inicios de lo que llamamos música “clásica” los compositores más renombrados escribieron fundamentalmente para la orquesta sinfónica, acompañada o no por un solista, mientras que el repertorio de la banda no es tan amplio como el de una orquesta sinfónica y no es frecuente escuchar un solista en una banda.

Compositores como Beethoven, Mozart, Verdi, han escrito para banda en situaciones especiales. Por ejemplo Verdi coloca en una de sus óperas, donde la orquesta sinfónica lleva el desarrollo musical más complejo, una banda que se encarga de representar a sí misma en una parte de un acto. La complejidad y preparación de las obras es otro punto de diferencia importante. Este tema representa los dos mundos distintos en que se mueven una orquesta sinfónica y una banda.

No hay comparación posible entre el repertorio que trabaja la orquesta sinfónica y otra agrupación. Un ejemplo es una sinfonía para orquesta sinfónica del compositor Gustav Mahler: consideremos la partitura de cualquier instrumento incluido en la orquestación escogida por el compositor en su Tercera Sinfonía coral (1902) en re menor de seis movimientos con una duración de 90 minutos.

Se trata de un material extremadamente complejo técnicamente que un intérprete de música sinfónica adquiere solamente después de una formación de base más una práctica instrumental y de conjunto de bastantes años. El detalle analítico, semántico, de una partitura orquestal no es comparable con el de una partitura para banda: la Consagración de la Primavera de Igor Stravinski es un ejemplo de esta complejidad que el repertorio para banda no tiene.

El aspecto de las dinámicas y del fraseo en una orquesta no involucra solamente el hecho de que haya cuerdas en una orquesta sinfónica y por eso haya que tocar “suave” o “delicado”. Es un discurso de interpretación, de una lectura filológica tanto de partes individuales como partes de conjunto que una partitura compuesta por Beethoven o Schoenberg requieren.

Las bandas por lo general, aún las bandas sinfónicas ejecutan música muchos más coral y con menos detalles de orquestación. Nombres como los de Arturo Toscanini, Bruno Walter, Herberth von Karajan, Zubin Metha, Claudio Abbado, Ricardo Muti, Daniel Barenboim, Sergiu Celibidache, Leonard Bernstein entre otros, se han convertido en iconos de la cultura musical occidental.

Todos ellos directores de orquestas sinfónicas. Toca por lo tanto investigar, construir y laborar una ley única para la Orquesta Sinfónica Nacional debido a su especificidad como agrupación. No es oportuno meter a todo el mundo en el mismo saco.

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