Formulamos un respetuoso y vehemente llamado al señor Presidente de la República, don Carlos Alvarado Quesada, a fin de que cese ya, de inmediato, la intervención del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (INFOCOOP), misma que debió concluir desde marzo pasado, luego de ajustar 18 meses (aunque al inicio se decretó una intervención de 11 luego y se amplió 7 más).
En este momento, el estado actual del INFOCOOP es de estar sufriendo una intervención de facto.
Esta situación es más delicada pues se desconoce la naturaleza de un inminente proceso de reestructuración, promovido en una especie de ambiente de secretismo que podría estar cargado de subjetividades y de revanchismo, a sabiendas de que la institucionalidad del INFOCOOP se ha visto muy controvertida por desavenencias imprudentes gestadas en su interior en los últimos tiempos.
A estas alturas ya están determinadas las responsabilidades individuales y en desarrollo los diferentes procesos administrativo-penales de los presuntos yerros cometidos en gestiones políticas anteriores; razón por la cual, ampliar la polémica intervención (y mucho menos, que ésta sea ahora de facto), no contribuye para nada al reencuentro interno de uno de los movimientos sociales más significativos en el desarrollo de la democracia costarricense; reencuentro que es más que necesario y fundamental en momentos en los cuales nuestra Patria vive un doloroso proceso de crecimiento de la desigualdad y de la exclusión sociales, lo cual amerita (entre otras medidas), un relanzamiento de la opción cooperativa en nueva dimensión en cuanto a generación de empleo y de movilidad social.
Sin entrar a juzgar la naturaleza de los alcances de la intervención y la oportunidad de la misma, desde un inicio la apoyamos considerando que el INFOCOOP debía recuperar, con toda contundencia, su autonomía, su independencia y, sobre todo, su transparencia. En tal sentido, nuestro apoyo también estuvo motivado para respetar las decisiones políticas de la gestión gubernativa anterior en tal sentido.
Ahora, la que acaba de comenzar, encabezada por el Presidente Alvarado, debe posibilitar que el INFOCOOP vuelva a su estado pleno de la legalidad que le fundamenta; y que, en esta condición, sus nuevas autoridades procedan a implementar todas las sanas disposiciones que, repetimos, relancen la función del INFOCOOP para que aporte al combate de la desigualdad social creciente en el país.
El INFOCOOP es sumamente importante para la Democracia costarricense y, repetimos, se torna sumamente estratégico en las actuales condiciones del desarrollo socioeconómico del país. Ya no hay argumento alguno, ni jurídica ni éticamente hablando, que “perpetúe” la intervención del INFOCOOP.
Es hora de devolver el INFOCOOP al movimiento cooperativo nacional para que éste se reencuentre a sí mismo con pleno respeto a su propia diversidad interna; y, a su vez, se reencuentre con la sociedad que tanto le necesita para la generación de empleo, para reducir la pobreza y para ayudar a contener el crecimiento de la desigualdad.