El papa Francisco, el “combo fiscal”, doña Edna Camacho y la deuda pública

Nuevamente, el papa Francisco nos sorprende con su más reciente pronunciamiento acerca del problema más apremiante que aqueja a toda la Humanidad en los actuales momentos de la historia: el problema de la distribución de los beneficios del crecimiento económico, de la abusiva concentración de la riqueza y de la entronización de la desigualdad.

Es éste también el problema número uno de la Costa Rica actual y el nuevo mensaje papal nos cae como anillo al dedo dado que llega en el momento más oportuno en el marco de la discusión al rojo vivo que estamos teniendo en torno al “combo fiscal”, el paquetazo de impuestos contenido en el detestado y popularmente rechazado expediente legislativo 20.580 que la pasada Asamblea Legislativa le heredó a la actual.

El documento se llama “Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico-financiero” (en latín idioma oficial de la Iglesia Católica: “Oeconomicae et pecuniariae queaestiones”).

Desde nuestra visión es una crítica fuerte a los sistemas tributarios injustos y regresivos, carentes de ética, tal y como lo muestra la actual hegemonía financiera que impera en sociedades como la nuestra.

Dos de las más importantes entidades institucionales del Vaticano son las promotoras de este documento: la Congregación para la Doctrina de la Fe (dirigida por monseñor Luis Francisco Ladaria) y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (al comando del cardenal Peter Turkson); y, por supuesto, el propio papa Francisco ha refrendado los contenidos de este histórico pronunciamiento que, como era de esperarse, las matrices mediáticas dominantes no desean que sea del amplio dominio popular.

Este importante documento del Vaticano indica que, muy a menudo, los sistemas tributarios se recargan en los sectores económicos más débiles; y, por el contrario, “…en ventaja de los más equipados y capaces de influir en los sistemas normativos que regulan los mismos tributos”.

Ahora que se ha destapado que la máxima jerarca del equipo económico del gobierno del presidente Alvarado, doña Edna Camacho Leiva, es la principal promotora para que dentro del proyecto “combo fiscal”, se exoneren de pagar impuestos “…las ganancias de capital provenientes de operaciones con valores, siempre y cuando tanto la adquisición del valor correspondiente como la operación que produzca la renta de capital hayan sido ejecutadas a través de una bolsa de valores autorizada…”; y que el esposo de doña Edna representa a una corporación de bolsa autorizada de gran peso en el mercado financiero del país, no puede uno más que concluir que ella, su marido y los grupos económicos de los cuales ambos forman parte, acaban de ser caracterizados por el documento papal que comentamos, cuando éste dice que estos grupos poderosos siempre son “…de los más equipados y capaces de influir en los sistemas normativos que regulan los mismos tributos”.

Otro de los aspectos centrales y fundamentales de la lucha popular actualmente en desarrollo contra el “combo fiscal”, es el tema de la deuda pública y el pago de intereses que la misma demanda. El Vaticano considera que la deuda pública es el resultado de una “gestión imprudente cuando no dolorosa del sistema de administración pública”.

Para el caso costarricense, en el tema de la deuda pública esa “gestión imprudente…del sistema de administración pública” ha sido totalmente monstruosa. Hoy el país debe, conservadoramente hablando, ¡25 mil millones de dólares! (¡15 billones de colones!; en cifras, así: 15.000.000.000.000). Per cápita, cada costarricense vivo en estos momentos, sin importar su edad, está “debiendo” entre 3 y 3 y medio millones de colones. ¿Por qué “gestión imprudente”?… ¡Jamás se cambió el sistema tributario!, por ejemplo.

¿Y por qué “dolorosa”? A raíz de la magnitud actual del déficit fiscal, el endeudamiento público ha sido la respuesta tramposa; y, como consecuencia de ello, representa un gran dolor social destinar diariamente (cada 24 horas), 3 mil 500 millones de colones para el pago de intereses de esa deuda. Imaginemos lo que un gobierno con vocación genuina en pro del bien común y de la integración social, podría hacer si contara con esa plata diaria.

“Numerosas economías nacionales se ven de hecho agobiadas por el pago de los intereses que provienen de esa deuda y, por lo tanto, se ven en la necesidad de hacer ajustes estructurales con ese fin”. Así retrata el Vaticano los casos de economías como la nuestra, extorsionadas por el capital financiero que les da oxígeno fiscal, vía endeudamiento, pero que les saca la sangre vía pago vampiresco de intereses; transacciones éstas que se hacen en esas bolsas de valores por las cuales aboga doña Edna para que no paguen intereses por las ganancias de capital que tales transacciones generan. ¿Ven ustedes la conexión perversa?…

¡Muchísimo contenido para fortalecer nuestra lucha contra el “combo fiscal” nos da este nuevo documento papal! Con base en él, podemos afirmar que esta lucha es moral y éticamente correcta, aparte de políticamente apropiada: debemos desnudar la profundidad de la estructura tributaria del sistema financiero costarricense que golpea a la Democracia misma.

Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)

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