Aunque correspondía publicar hoy la tercera entrega de nuestra secuencia de artículos “¿Qué les molesta?”, con relación a los contenidos del proceso-acuerdo “Una Agenda Patriótica para el Bien Común”, firmado el pasado 26 de junio de 2015 en el Teatro Popular Melico Salazar, por parte de los partidos Acción Ciudadana (PAC) y Frente Amplio (PFA), con el Colectivo Sindical Latinoamericanista PATRIA JUSTA; la coyuntura de estos días en torno al tema de la cuestión salarial del sector Público, nos obliga a postergar la entrega de ese tercer comentario.
La campaña de agresión psicológica y de terrorismo ideológico que cierto sicariato mediático está ejecutando contra miles de personas trabajadoras asalariadas del sector Público, está llegando a niveles jamás vistos en los últimos 30 años de lucha entre dos visiones de desarrollo sobre el futuro de nuestra Patria y de la Democracia misma; circunstancia que ha estado en permanente colisión, incluso, mediando episodios de alta polarización y confrontación social abierta, como el que ya vemos en el horizonte por estos días y semanas.
No es un problema de “excesos” o “abusos” salariales; no es un “problema” de déficit fiscal… ¡No! El “problema” ¡es el mismo sector Público, es la gente que trabaja en él!; más allá de cuánto gana, más allá del cierto desorden y algún caos salarial generado desde que empezó a regir la misma Constitución Política del país, actualmente vigente (el 7 de noviembre de 1949); más allá de los temas de desempeño, eficiencia y eficacia del servicio público.
De manera contundente lo ha dicho una de las figuras más respetadas por la oligarquía del capital neoliberal y sus latifundios mediáticos, además de vocera político-parlamentaria por excelencia del mismo: el diputado Ottón Solís Fallas. Él indico: “de los salarios, horas extra, anualidades y dedicación exclusiva, el 95% es plata botada”.
Así que, lo que usted se gana, señor policía, es “plata botada”, según Ottón Solís Fallas. Lo que a usted le pagan por trabajar en el sector Público como oficinista, secretario, chofer, mensajero, vigilante, mecánico, cocinera… es “plata botada”.
Lo que a usted, como profesional, le pagan por trabajar en ministerios, por ejemplo, es “plata botada”. No importa sus años de estudio y de carrera universitaria. No importan sus años de esfuerzo, empeño y trabajo honesto. Según Ottón Solís Fallas lo que a usted le pagan es “plata botada”.
No importa que usted sea abogado, psicólogo, trabajadora social o socióloga; educador, maestro, profesor; ingeniero, arquitecto, geógrafo, geólogo, economista, contadora, administrador; estadístico, informático, periodista, antropóloga; médico, enfermera, asistente de pacientes; etc…
Lo que el Gobierno le paga a usted como salario, según Ottón Solís Fallas, es “plata botada”. Usted, como empleado público, como empleada pública, “no vale nada”; usted es un “paria”, usted es “descartable”, usted es “prescindible”… Sólo le faltó al Sr. Solís Fallas decirlo explícitamente pero de manera implícita se puede colegir que usted es “vago, ladrón, corrupto, ineficiente, ineficaz, haragán…”.
Sólo basta para que sea empleado público y, de inmediato, queda estigmatizado, categorizado, satanizado, señalado de esta forma pues, lo que el Estado invierte en usted, salarialmente, es “plata botada”.
Ottón Solís Fallas no está solo. No es únicamente de él ese infame, provocador, indignante y detestable criterio. Debemos entender que él habla por el grupo económico-neoliberal del gran capital oligárquico, el cual sigue sin aceptar el resultado electoral del 2014.
Como empleados públicos y como empleadas públicas, debemos entender que la estrategia de odio social que se impulsa en contra nuestra es para alcanzar cuatro perversos objetivos (aunque hay más) de la minoría multimillonaria del país, la cual, pese a ser únicamente el 2% de la población, concentra la mayor riqueza nacional.
PRIMERO: Que la sociedad le perciba a usted, empleado público, como enemigo de la misma. Usted, como empleado público, es el responsable de todos los males de nuestra sociedad; pero, en especial, del más grande según esta gente: el déficit fiscal.
SEGUNDO: Que no se cambie ni en lo más mínimo, la gran injusticia del sistema tributario actual del país; que no haya nuevas leyes ni reglamentos para parar el gigantesco robo de impuestos y para cambiar el pago de renta por el lado de los que lo evaden y tienen más para pagarlo.
TERCERO: Que los trabajadores de la empresa privada no se den cuenta que desde los sindicatos del sector Público, estamos luchando por una nueva ley del salario mínimo, a fin de que haya más justicia salarial en el sector Privado.
CUARTO: Terminar la tarea privatizadora pendiente de la institucionalidad pública. Abrir nuevos nichos de mercado con los servicios públicos para la lógica mercantil de apropiación privada; incrementando así la gran riqueza de quienes ya de por sí viven en extremados niveles de concentración de la misma.
Ya no es un problema de “excesos” o “abusos” salariales; ya no es un problema de “pluses”; “ya no es un problema de “salario único”; ¡usted, como empleado público, como empleada pública, es el problema! Lo que el Estado le paga a usted como salario, es “plata botada”. ¡Defendámonos! Salga a la calle este lunes 27… Aún hay tiempo.