El pasado jueves 7 de mayo el personal asalariado de la Municipalidad de San José, encargado del trabajo de campo, de los servicios operativos, de las labores más delicadas en el aseo de la ciudad capital y del cantón central de la provincia de San José, protagonizaron un movimiento de presión, una huelga, paralizando esos y otros servicios municipales de igual índole pero no para pedir aumento de salarios, ¡no!
Lo hicieron bajo un concepto de lucha sindical y por el fortalecimiento institucional, para poder tener mejores condiciones de servicio y satisfacer de mejor forma a la comunidad capitalina costarricense.
Esto es de alabar y de hacerlo sumamente notorio, considerando que tal movimiento se da en momentos en los cuales el ataque neoliberal al sector Público, la descalificación de lo que significa el empleo público y la campaña de cierta prensa para culpabilizar a quienes laboran para el Estado del déficit fiscal, sigue sin detenerse.
Por el contrario, la acción político-neoliberal en contra del sector Público se potencia con lo que pasó en el parlamento el pasado 1 de mayo, en cuanto a la elección del nuevo directorio legislativo.
Sus integrantes están matriculados en la línea de los recortes presupuestarios abusivos, en la tesis del salario único, en la austeridad más irracional y en la protección al fraude de impuestos.
El conglomerado laboral de campo de la Municipalidad de San José logró, en esa línea de lucha por el fortalecimiento institucional, la reposición de las plazas vacantes que vayan quedando por diversas razones en ese ámbito de los servicios municipales operativos (pensión, renuncia, despido).
Logró, además, una comisión para velar que las jefaturas operativas cumplan su cometido, algunas de las cuales han venido siendo cuestionadas por su respectivo personal subalterno, dada su desidia e irresponsabilidad para la gestión de conducción de sus unidades a cargo.
Compra de camiones recolectores para prestar la recolección de residuos sólidos, directamente gestionados por el personal municipal, es otro logro relevante. Se aligera el proceso de desvinculación privatizadora que había sido insertado en la institución en condiciones bastante cuestionables, al punto de que no habrá más contrataciones de este tipo que, por ejemplo, impliquen entregar combustible pagado con los fondos municipales.
Se estableció un proceso obrero-patronal compartido para la gestión más ágil de compras urgentes, de forma tal que (como dice el acuerdo firmado por las partes), “…se agilicen al máximo la dotación/sustitución/reposición/adquisición del instrumental, equipamiento, materiales y recursos para hacer más eficiente y eficaz la labor”.
Como se puede notar, este acuerdo logrado por la lucha obrera del personal operativo de la Municipalidad de San José, contiene dos aspectos fundamentales para la preservación de la institucionalidad pública de la misma: mantener abierta la opción de contratación de empleo público, por un lado; por otro, acción laboral directa en contra de las dilataciones de provisión de maquinaria, materiales y equipo para fortalecer la prestación del servicio a cargo de tal institución.
Sin duda alguna, los trabajadores y las trabajadoras de la Municipalidad de San José (la más grande del país), han dado un gran ejemplo de defensa institucional, de enfrentar el ataque al sector Público y defensa de la prestación directa de los servicios municipales para detener su mercantilización. Sus pares de las otras municipalidades del país tienen un gran ejemplo a seguir.
Pero, incluso, otros conglomerados de la Administración Pública que ya están en condiciones de alta precariedad en cuanto a las condiciones de gran deterioro de los servicios públicos que deben prestar a la ciudadanía, deben seguir por este mismo camino: la lucha organizada en su defensa.