Para de hoy en ocho, miércoles 25 de abril, ha sido convocado un movimiento huelguístico por parte de las principales corrientes sindicales nacionales; evento que tendría hasta 24 horas de duración en ciertos ámbitos laborales.
A lo largo del día y con mucho énfasis en la zona central del país, especialmente en la ciudad capital, importantes conglomerados laborales y sociales se manifestarán, protestando al unísono contra el denominado proyecto “combo fiscal”, así bautizado popularmente, cuyo nombre oficial es Ley del Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, expediente legislativo No. 20.580.
Esta lucha obrero-social del próximo miércoles 25 de abril (así como la que tendrá lugar el próximo primero de mayo, con ocasión de la conmemoración mundial del Día Internacional de la Clase Trabajadora, misma que también está siendo convocada aquí en Costa Rica por todos los sindicatos del país), tiene el siguiente contexto sociopolítico y económico de altísima gravedad y potencialidad confrontativa. Veamos:
UNO. Costa Rica está “sitiada”, “cercada” por la “gendarmería-policía” de la actual dictadura global del capital financiero: las calificadoras de riesgo. Éstas, que nunca rindieron cuentas y que quedaron totalmente impunes, como cómplices pasivas de la debacle financiero-global de los años 2008-2009, ahora tienen sentenciado al sistema político del país para que aprueben la indicada ley a como dé lugar; pues los bonos de la deuda pública del país se catalogarían como “basura” y nadie le prestará más plata a Costa Rica; o se la prestarían a intereses de total usura (como el de las tarjetas de crédito que está estrangulando, económicamente hablando, a miles y miles de compatriotas).
DOS. La deuda pública del país, la contabilizada desde el Gobierno Central, anda por los 25 mil millones de dólares en estos momentos… Y sigue creciendo. Cada 24 horas, esa deuda obliga al Gobierno a pagar casi 4 mil millones de colones por concepto de intereses. Esto es, prácticamente, 4 puntos de Producto Interno Bruto (PIB), solamente en este año 2018. Es éste el disparador fundamental del gasto público; ¡no los salarios del empleo público!
TRES. Ninguno de los últimos gobiernos (incluido el que ya está por terminar), ha “tomado el toro por los cuernos”; es decir, entrarle frontalmente al problema: cambiar a fondo la naturaleza del sistema tributario costarricense. Y como esto nunca se hizo, el camino fue el endeudamiento público. A hoy, éste va a superar la barrera psicológica del 50% del PIB y, por tanto, si ya era grave el problema de las finanzas públicas y su déficit, será radicalmente peor en el corto plazo.
CUATRO. ¡Plata hay! A) 8.5 puntos porcentuales de PIB en el robo de impuestos de toda naturaleza, vías, trucos y triquiñuelas papeles de Panamá, incluidos. B) 6 puntos PIB en exenciones-exoneraciones. C) 7 puntos PIB producto de la corrupción (como casos Yanber, cementazo, trocha, Infocoop, rotativas de prensa, etc.). D) Hasta 3 puntos PIB dejados de percibir en aduanas por los TLC’s (como el de los hermanos Arias-PLN, que nunca se repusieron). E) Los varios puntos PIB que entran al sistema bancario-financiero nacional producto del dinero sucio: narcotráfico, crimen organizado, apuestas ilegales… F) Gigantescas cantidades que se reparten cárteles empresariales vía procesos licitatorios de dudosa transparencia, coludidos con servidores públicos de no menos dudosa transparencia… ¿Seguimos?…
QUINTO. Debemos reconocer el gran esfuerzo de la administración gubernamental que ya termina por impulsar diversas medidas contra el fraude fiscal. Pero falta mucho más, se ocupa más poder político y más desafío a las fuerzas realmente hegemónicas de la sociedad que disfrutan de la riqueza en auge concentrador. Por eso apostamos por un proyecto de contingencia fiscal por el lado de la progresividad tributaria, como medida urgente y transitoria, mientras llega un proceso sociopolítico de acuerdo nacional para buscar soluciones integrales, justas y equitativas, de corto, mediano y largo plazo para el déficit fiscal, para el pago de intereses de la deuda y para bajar el principal de la misma.
SEXTO. El objetivo central del indicado llamado a huelga, tanto como el que inspira el llamado al primero de mayo, así como todas aquellas acciones de los sindicatos después de esta fecha, se puede explicitar de la siguiente manera.
A) La clase trabajadora no es responsable del déficit fiscal, pues ésta paga puntual y honestamente los impuestos que le competen, especialmente renta salarial y ventas.
B) La solución (inmediata, de mediano plazo y hasta de largo plazo), es un asunto-país; sin embargo, los que menos responsabilidad tenemos en el problema, no nos sentimos debidamente representados como para 57 personas (o menos), impongan decisiones que se ven injustas e inequitativas.
C) La prolongación de esta “agonía” fiscal provocará inenarrables y dramáticos daños precisamente a quienes menos responsabilidad tienen por el problema. De ello tenemos plena conciencia. Lo que no se vale es que se impongan decisiones que no fueron concertadas-negociadas con el segmento mayoritario del país que no es el generador del problema; y, por el contrario, los grandes responsables del mismo salgan impunes o aporten de “mentirillas” a la solución.
¿Se justifica o no el llamado a huelga de los sindicatos para el próximo miércoles 25 de abril? ¡Por supuesto que sí! Tanto como se hace necesario que el próximo primero de mayo exprese una potencia democrática de calle sumamente contundente.
*Secretario general
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)