“La sensatez es la cualidad de las personas prudentes, con buen juicio, que actúan y toman decisiones con madurez y cordura… Las personas sensatas son racionales y prudentes, actúan de manera honesta, fundamentando sus acciones y decisiones en la verdad… No se está obrando con sensatez, por ejemplo, si se miente o engaña, si se es irracional o impulsivo”. (Tomado de: https://www.significados.com/sensatez/).
Buscamos en la versión electrónica del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), qué significa el vocablo-palabra equilibrio y de las ocho acepciones que contiene, citamos las siguientes para efectos de este artículo: “3. m. Peso que es igual a otro y lo contrarresta… 4. m. Contrapeso, contrarresto o armonía entre cosas diversas. 5.m. Ecuanimidad, mesura y sensatez en los actos y juicios”.
El estimado ciudadano don Marvin Rodríguez Cordero, quien el próximo 8 de mayo se juramentará como el Segundo Vicepresidente de la República, persona a la cual le guardamos un gran respeto, pide a la dirigencia sindical nacional que ésta debe actuar con “sensatez” y con “equilibrio”, ante la irresponsable, alocada y aventurada tramitación parlamentaria del Expediente Legislativo No. 20.580, Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.
Haciéndose eco de las apelaciones a la “sensatez” y al “equilibrio” que se le pide a la dirigencia sindical nacional opuesta al “combo fiscal”, el principal medio de comunicación del capital neoliberal sentenció, editorialmente, lo siguiente: “…el proyecto gubernamental es insuficiente para remediar el enorme problema del déficit fiscal y revertir el crecimiento incontrolado de la deuda pública, que cada vez canaliza más recursos hacia las arcas estatales y, por ende, reduce la disponibilidad y encarece el costo del crédito para el resto de los actores económicos, en particular empresas y consumidores…”.
Así las cosas, nos preguntamos: ¿Será “sensato” y “equilibrado” forzar, contra viento y marea, imponerle a la sociedad un nuevo paquete de impuestos que en nada ha de “revertir el crecimiento incontrolado de la deuda pública…?
¿Será “sensato” y “equilibrado” seguir destinando cada 24 horas, al día, la gigantesca cantidad de 4 mil millones de colones, aproximadamente, y sólo para pagar intereses producto de ese “…crecimiento incontrolado de la deuda pública”?
¿Será “sensato” y “equilibrado” atacar en ese proyecto de “combo fiscal” los salarios del empleo público cuando éstos no son los responsables del déficit fiscal”?
¿Será “sensato” y “equilibrado” seguir tiranizados por el “crecimiento incontrolado de la deuda pública”, sin un combate frontal en contra de los 8.5 puntos de PIB del robo de impuestos?; ¿sin un combate frontal a los 6 puntos PIB producto de la “fiesta” de exenciones-exoneraciones?; ¿sin un combate frontal en contra de los 7 puntos PIB que se dejan los corruptos?; ¿sin tasar-gravar las transacciones financiero-bancarias producto del dinero sucio, el del crimen organizado y el del narcotráfico?
¿Será “sensato” y “equilibrado” mantener el salario del Presidente del Banco Central en 18 millones de colones, en contraposición al que se gana la cocinera del CEN-CINAI que, si acaso llega a los 300 mil y que será rebajado al reducírsele el porcentaje de la anualidad, producto del “combo fiscal” en trámite?…
¿Será “sensato” y “equilibrado” enfrentar el “crecimiento incontrolado de la deuda pública”, sin conocer sin auscultar las razones, las evidentes y las profundas, por las cuales hemos llegado a tal punto que nos está aproximando (si no es que ya lo pasamos), a la barrera del 50 % del Producto Interno Bruto (PIB)?
¿Será “sensato” y “equilibrado” enfrentar el “crecimiento incontrolado de la deuda”, sin el desafío de una transformación estructural del injusto sistema tributario costarricense altamente regresivo, mismo que (entre otras razones), nos ha generado el espantoso problema de la deuda pública y el no menos espantoso problema del pago de intereses de la misma?
Finalmente, ¿No será más “sensato” y “equilibrado” impulsar un proyecto de contingencia fiscal, por el lado de la progresividad tributaria, mientras un acuerdo nacional, vía diálogo político-social, diseña un conjunto de medidas compartidas de corto, de mediano y hasta de largo plazo; medidas de aporte generalizado, pero con equidad; es decir, con una real distribución justa de los aportes para atender el grave problema fiscal nacional…
Esto no es lo que representa el proyecto de “combo fiscal” actualmente en trámite, lo que estaría explicando el rechazo casi generalizado de muchos sectores sociales.