“Estamos de acuerdo con que el mundo no se acabará mañana, si no se resuelve el problema fiscal hoy. Pero sí debemos empezar a actuar pronto, pues en este país cuesta mucho tomar decisiones. Si seguimos pateando la bola para adelante, cuando nos demos cuenta tendremos el agua hasta el cuello. Debemos, como país, llegar pronto a un acuerdo sobre una solución integral al problema fiscal. Eso incluye, además de la revisión de todos los rubros de gastos, una discusión sobre la problemática del empleo público y las reformas a la obsoleta estructura tributaria”.
Lo anterior no lo dijimos nosotros. Pero lo suscribimos. ¡Por fin aparece una voz sensata desde la otra acera! Este criterio fue emitido por el economista don Luis Mesalles Jorba, en su columna periodística “Letras de cambio”, publicada en un periódico de circulación nacional, el pasado sábado 4 de octubre de 2014. El señor Mesalles, distinguido académico en su campo, está ligado al principal gremio corporativo-empresarial del país, así como a los “think tanks” ticos Econoanálisis y Academia de Centroamérica, entidades que promueven los “valores” de la globalización neoliberal.
Que él indique que “Estamos de acuerdo con que el mundo no se acabará mañana, si no se resuelve el problema fiscal hoy(…)”; es, más o menos, congruente con lo que desde nuestra acera hemos venido planteando nosotros: que no estamos de acuerdo con la gritería histérica de los “fondomonetaristas ochenteros”, a raíz de que el déficit fiscal estará en el 2015, entre un 6 y un 7% del Producto Interno Bruto (PIB). No hemos negado la gravedad de este problema, al punto de que hemos afirmado de que no nos gustaría ostentar la posición sindical que tenemos actualmente, en un escenario de “quiebra técnica” del Estado.
Pero hemos indicado, también, que la tesis de una “revolución violenta y radical del gasto”, como lo vienen planteando esa especie de “fondomonetaristas ochenteros” desde sus curules parlamentarias y desde las bancadas del clásico “Plusc” (más sus similares, adjuntos y tránsfugas); solamente conducirá a peligrosos episodios de confrontación social en diversas dimensiones. En esto del déficit fiscal, ni ha llegado “el fin de los tiempos”, ni tampoco el Apocalipsis.
Dice el señor Mesalles que “…en este país cuesta mucho tomar decisiones”. Totalmente de acuerdo. Pero en este tema fiscal-tributario, es peor la situación al respecto. Esto está agravado si vemos la composición del actual parlamento costarricense. Este muestra, partidariamente hablando, fracciones y subfracciones (9 más 3 –por ahora–). Esto, ya de por sí, es ¡tremendo obstáculo! Además, ideológicamente hablando, hay capacidad de bloqueo de un lado para el otro.
Sigamos… Hay diputados pensando ya en las elecciones del 2018 y, si le agregamos su cortedad de visión, han quedado obnubilados para ver, en su real dimensión, eso que dice el señor Mesalles y que nosotros respaldamos: “(…) Si seguimos pateando la bola para adelante, cuando nos demos cuenta tendremos el agua hasta el cuello”.
Finalmente, dice el señor Mesalles: “Debemos, como país, llegar pronto a un acuerdo sobre una solución integral al problema fiscal”. ¡Igualito pensamos nosotros! Pero tal acuerdo no saldrá intramuros parlamentarios. Ojalá nos equivoquemos. El esfuerzo habrá que hacerlo desde fuera de la Asamblea Legislativa.
Desde nuestra acera, ahora repotenciada por el proceso “Patria Justa”, dado a conocer la semana pasada, estamos listos para hablar del asunto. “Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”, es nuestra propuesta para esa “solución integral” de la cual habla el señor Mesalles. Ojalá nuestro país encuentre ese acuerdo.