Nos parece una excelente iniciativa la que ha dado a conocer la Cámara Nacional de Autobuseros (Canabús), para que las sesiones del Consejo de Transporte Pública (CTP), sean “a puertas abiertas”. No podía llegar en mejor momento esta iniciativa que desde la ANEP saludamos y felicitamos.
La verdad es que la opacidad (por decirlo de manera elegante), es lo que ha venido caracterizando el funcionamiento del CTP, una instancia de marcado sesgo pro-empresarial y contraria a los usuarios del servicio de transporte público, especialmente en la modalidad de autobús.
Aunque el pensamiento oficial de la ANEP es que lo mejor es cerrar, clausurar definitivamente el CTP, la sana propuesta de Canabús podría abrir una posibilidad de una profunda auscultación usuaria y ciudadana de lo que en su seno se ha venido manejando; al punto de que ANEP sabe de sesiones que han venido siendo declaradas ¡secretas!, en materia de fijación de tarifas de autobús.
La ANEP espera tomar contacto en fecha próxima con el empresariado de Canabús, al cual le hemos de solicitar una audiencia oficial, para intercambiar pareceres sobre ésta, repetimos, feliz iniciativa, de transparentar de manera radical el funcionamiento del CTP; audiencia que también quisiéramos aprovechar para abordar cuestiones sociolaborales que nos preocupan, en el ámbito del concepto de Trabajo Decente promovido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y con el cual el país está comprometido, sobre las condiciones de trabajo de los choferes de bus, en términos generales y a nivel nacional.
Aprovechamos para de esta manera pública, exhortar a la Defensoría de los Habitantes de la República a fin de que se apropie de esta iniciativa empresarial que avalamos y que bien podría generalizarse hacia esos otros consejos cuyo funcionamiento no parece tener menos opacidad que el del CTP. Nos referimos, por ejemplo, al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), así como al Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).