Dr. Hernández: «quiero aclarar que no son 100 casos»

El director médico del Hospital Nacional de Niños “Dr. Carlos Sáenz Herrera”, el “fugaz” politiquero Dr. Rodolfo Hernández Gómez, ante una pregunta periodística que se le formuló con relación a la oportunísima acción del Ministerio Público, para indagar las muertes de bebés fallecidos en el hospital de niños durante los últimos cuatro años, en el programa de Cirugía Cardiovascular Pediátrica que se desarrolla en ese hospital; respondió con una frase que nos dejó atónitos, fríos y, por supuesto, tremendamente indignados. Según la transcripción (“La Nación”, viernes 21 de marzo de 2014, página 6-A), el galeno mencionado indicó: “….Quiero aclarar que no son 100 casos (muertes), son 87, pero de 715 niños operados. Eso establece una gran diferencia”.

¿Cuál es la “gran diferencia”, Dr. Hernández?; ¿cuál es la “gran diferencia” entre las muertes de un solo bebé, ¡un ser humano!, y 87 muertes (no 100), de entre 715 niños operados en el servicio de cirugía cardíaca del hospital de niños que usted dirige? ¿Se ha inventado usted un nuevo “método” de valoración de la vida humana dependiendo de cuántas personitas recién nacidas queden vivan y cuántas se mueran en el (si se quiere), más sagrado y más querido centro hospitalario de nuestra Caja (CCSS); institución que está secuestrada por intereses corporativos y gremiales, tanto internos como externos.

Llama usted “inconsistencia” a la circunstancia de que la investigación por esas muertes de bebés en el HNN, sea por 100 vidas perdidas en sus quirófanos, en contra de sus propios datos: 87 personitas acabadas de venir al mundo. Nos preguntamos: ¿Para usted, la diferencia entre 100 y 87 bebés muertos en el servicio de cirugía cardíaca del hospital que usted dirige podría ser una “inconsistencia”, como la diferencia entre la cantidad de un determinado medicamento disponible en la farmacia del HNN vs. lo que indican los registros de la proveeduría? ¡Por Dios!

Su criterio, Dr. Hernández, es tan espeluznante, tan deshumanizado, tan inconcebible; como es la solicitud de prescripción del debido proceso, del cirujano (colega suyo en ese hospital), acusado de haber, presuntamente, abandonado el quirófano del HNN, en medio de una operación, dejando ésta “a medio palo”, para irse a atender un caso particular en un hospital privado; lo cual habría generado la muerte del bebé que se dejó botado para atender a otro cuya familia sí podía pagar una alta suma de dinero por una atención… “personalizada”.

En este caso, el cinismo que exhibe el médico implicado, de apellido Alvarado, es una constatación patética y cruel de cómo el conflicto de interés entre las necesidades del servicio público en materia de atención en Salud, en contraposición a darle prioridad al lucro privado de ella, está perturbándose tan peligrosamente, como para generar pérdida de vidas humanas; y, cómo es preciso una categórica legislación que establezca una prohibición total al médico que labora para la Caja de hacerlo, a la vez, para la medicina privada, so pena de despido sin responsabilidad patronal y hasta de corte civil-penal.

Es profundamente doloroso constatar que tengan que darse estas muertes de bebés y que hayan ocurrido en el hospital más sagrado de nuestra querida CCSS, para que se potencien los gigantescos esfuerzos que la ciudadanía consciente tendrá que realizar, a fin de liberar a la Caja del secuestro en que la tienen; titánica tarea que no es más que devolvérsela al pueblo trabajador.

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