Como de gran trascendencia histórica debemos calificar los resultados electorales de este domingo 2 de febrero de 2014. Y no solamente por la segunda ronda electoral que tendrá lugar el domingo 6 de abril; sino por la realidad política de la nueva Asamblea Legislativa que entrará en funciones el 1 de mayo, tanto por lo en su interior sucederá, como por lo que en el afuera de la misma pueda tener lugar.
Aún impactados como miles de compatriotas de la nueva realidad política del país, varios elementos cruciales resaltan. El Partido Liberación Nacional (PLN) va, por segunda vez, a una segunda ronda electoral, habiendo perdido la primera, en el 2002. Y en esta ocasión, irá en peores condiciones que las que tuvo cuando le ganó don Abel Pacheco de la Espriella a don Rolando Araya Monge (el hermano de don Johnny).
El Frente Amplio lleva al parlamento a una distinguidísima y numerosa representación, gran parte de la cual ha estado ligada a la lucha social de todos estos años de enfrentamiento al neoliberalismo de lo que conociéramos como “PLUSC”.
El Frente Amplio debe sentirse más que satisfecho de sus logros en estas elecciones. Éstos pueden ser mayores en el futuro si se decide a enlazarse, estratégicamente hablando, con relevantes sectores organizados de la sociedad civil y de los movimientos sociales; aliados potenciales que para estas elecciones no fueron debidamente tratados para la actual coyuntura electoral.
De manera relevante, en la futura representación parlamentaria del Partido Acción Ciudadana (PAC), estarán algunas personas que provienen de esa lucha social sostenida a lo largo de los últimos tiempos, especialmente a partir del Combo ICE, del año 2000.
La futura fracción legislativa del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) tendrá que dar muchas muestras concretas de que ha vuelto por sus fueros, el Humanismo Cristiano, demostrando una renunciación profunda a su ligamen neoliberal actual.
En cuanto a la futura representación parlamentaria liberacionista que muy probablemente estará en la oposición, tendrá el gigantesco desafío de recuperar para sí misma, postulados fundamentales de una socialdemocracia clásica que, supuestamente, se los estaría “robando” el PAC.
Finalmente, menuda tarea le espera a don Luis Guillermo Solís para demostrar que, efectivamente, él ya no tiene nada que ver con su procedencia liberacionista; y para que lo “nuevo” que él ya está ofreciendo en nada de ha de comparar con la desesperada oferta arayista que notaremos en estos dos meses antes de la segunda ronda.
La gran perdedora es, sin duda, la desacreditada derecha libertaria camaleónica que hará todo lo posible para impedir medidas legislativas en la línea de una real transformación tributaria estructural; sin la cual, gobierne quien gobierne a partir del 8 de mayo, se expondrá a un fracaso de gestión mayor al de la presidenta saliente.
Desde el “afuera partidario”, en la trinchera de la lucha social en que nos desenvolvemos, estamos más que contentos. La “Democracia de la Calle” tiene enormes potencialidades de una nueva reedición en escenarios de otro calibre, a partir de la nueva realidad política nacional abierta este domingo 2 de febrero. ¡Qué alegría!: estamos en mejores condiciones para lucha social.