En estos días constatamos cómo el avance de la desigualdad genera condiciones que bien aprovechadas, potencian la construcción de las bases fundamentales para materializar el preciado sueño de una nueva hegemonía política en el país, a fin de desplazar del poder hasta la que ahora sigue reinando: la del capital financiero. Los dos ejemplos siguientes así nos lo indican.
Primero: Los pequeños y medianos patentados de licores, gente del empresariado nacional y de naturaleza familiar, que con su actividad tienen para vivir con cierta dignidad, no para acumular desmedida y suntuosamente; se sienten amenazados por una nueva ley de patente de licores que les obliga a pagar en la misma proporción que los grandes consorcios empresariales como los megamercados y complejos hoteleros.
El pequeño bar y restaurante, la cantina de pueblo, avanzan hacia su extinción, tirando a la calle no solamente al núcleo familiar que ha venido sobreviviendo en esta actividad, sino generando la pérdida de los empleos que en pequeñas cantidades dependen de la misma: dos, tres, cinco, diez trabajadores, por ejemplo.
Segundo: Los microemprendimientos turísticos, en escala de pequeña empresa hotelera, en la zona de La Fortuna de San Carlos. Hasta nuestra oficina de trabajo llegaron desde allá para contarnos de su desesperación, de su eventual desaparición, de la cantidad de gestiones que han realizado en todos los ámbitos, tratando de salvarse de la quiebra a que los somete, inmisericordemente, un esquema de poder hegemónico totalmente neoliberalizado; mismo que bajo la primacía del capital financiero-bancario, amenaza con arrasarlos de la faz de la tierra, tirándolos a la calle, tanto como los pequeños y medianos patentados de licores.
El micro y pequeño empresariado familiar de La Fortuna fue “embarcado” por la política pública turística oficialista que les creó fantasías de acumulación desenfrenada, para ahora, dejarles “a la mano de Dios”.
En ambos casos, nos sentimos honrados de que ideales sindicales que venimos defendiendo, en términos generales y en esto del grito contra el crecimiento de la desigualdad en el país que venimos pegando desde hace tiempo, haya calado en estos sectores empresariales como para acercarse a nuestro pensamiento sindical y solicitar el respaldo de la entidad laboral que representamos.
Como vemos, el crecimiento de la desigualdad en nuestra patria es el problema número uno del país; enfrentarlo, atajarlo, desacelerarlo, revertirlo y anularlo, es una tarea multisectorial de amplia base.