“El policía no recibe vacuna contra la corrupción, el tema no recae solo en lo salarial, pues muchos tienen sus años de formar parte del Ministerio Seguridad Pública (MSP) y han podido subsistir y sacar a sus familias; el problema también crece debido a las pésimas condiciones en las que subsisten los oficiales”. Fueron parte de las palabras que el sindicalista de la Fuerza Pública, Minor Anchía, expresó en las instalaciones de DIARIO EXTRA en una entrevista con la directora general del medio, Iary Gómez, y la subdirectora, Paola Hernández.
Anchía, quien cuenta con una carrera de más de 20 años en el Ministerio de Seguridad Pública, se ha destacado como jefe cantonal y regional en diferentes zonas del país. Desde enero anterior es el líder y representante principal del movimiento que expone las debilidades del MSP.
Sostiene que la corrupción es un problema con el que los uniformados deben lidiar y resistir; sin embargo considera que esta situación es potenciada desde adentro de la institución del MSP debido a los engaños en los que han hecho creer a los oficiales. Además de que las jerarquías, en múltiples ocasiones, son manejadas por la argolla o el “me cae bien” dejando de lado a los policías que se han esforzado en busca de un cargo mayor.
Afirmó que muchos representantes de la institución pretenden tapar el problema con un dedo dejando de lado la epidemia de narcotráfico y el boom del lavado de dinero que acapara y apunta a nuestras familias.
¿Son flojas las capacitaciones que da el MSP a sus miembros, y es este más bien un trampolín para el desliz de un uniformado?
Lamentablemente el manejo del Ministerio, a través de los años, ha potenciado que algunos policías hayan caído; no estoy de acuerdo en generalizar, pero tampoco me quiero poner una venda en los ojos para aceptar que hay oficiales que integran estas bandas.
Por desdicha, al funcionario no se le trata como un ser humano y si nos ponemos a ver, la mayoría de los hogares de estos delegados están desintegrados; cuando una persona pierde el vínculo familiar, pone en riesgo todo el resto de valores y es ahí donde viene el desliz.
En este punto no solo son las capacitaciones las que están mal; hay que dejar claro que el personal no recibe el trato que merece, los sitios de trabajo son deplorables como las delegaciones que hasta dan lástima. Tengo evidencias de que el Gobierno paga un alquiler de más de 3 millones por el edificio que funciona como delegación en el antiguo canal 7 y se encuentra en pésimas condiciones.
Además, existen debilidades en que los jefes tratan a sus subalternos como esclavos, tal es el ejemplo de la delegación de Catedral. No hay que dejar de lado el pecado de vanidad en el que altos funcionarios caen al obtener una jerarquía, olvidándose de los que andan, caminan y se enfrentan día a día con la delincuencia y maldad.
¿Considera esto una debilidad en la Fuerza Pública?
Los policías son los que cuidan a la ciudadanía, pero ¿sabe la gente cómo en realidad anda ese oficial? ¿Cómo sabe usted que ese policía no anda destruido y va agarrar su arma para accionarla sin razón alguna? Un ejemplo de este caso es de la embajada de Chile, en el que el compañero don Orlando lo trataban denigrante, humillante y vea cómo terminó.
Las tres grandes debilidades de esta institución se resumen en tres puntos: primero, la falta de planificación y de liderazgo. Segundo: la desintegración familiar que la mayoría de oficiales sufren, muchas veces debido al maltrato en el que viven y descargan con sus seres queridos.
Finalmente, seguir administrando pobrezas, como por ejemplo las delegaciones en paupérrimas condiciones.
¿Es suficiente el curso de 6 meses para ejercer en las calles como oficial?
No hay una verdadera profesionalización, la escuela Nacional de Policía con seis meses jamás va ser una verdadera carrera. El modelo de la escuela sigue siendo pequeño, a veces es de solo 20 horas por curso. Hay gente que disparó en ese curso y no vuelve a disparar hasta dentro de diez años.
¿Cuentan con el equipo suficiente para enfrentarse en el tiempo y espacio necesario?
Tenemos muchos compañeros en las delegaciones que trabajan con un revólver calibre 38, esa arma ya está obsoleta, pues solo maneja seis tiros mientras que el crimen organizado anda con potentes armas de fuego y no andan solo una , sino hasta tres en la bolsa. O sea, estamos en una total desventaja.
Continúan los problemas con las municiones, de gastar un tiro se abre un proceso disciplinario, prácticamente el policía tiene que tener su arma escondida, cuidado y se le cae un tiro.
Aquí se debe hacer una verdadera carrera policial donde aparte de formar se dé la posibilidad de crecer.
¿Qué pasó con el Manual de Puestos, muchos policías hicieron cursos y no ejercen como tal?
El manual de puestos fue un engaño más de los que nos hicieron creer y del que caímos muchos; este fue anunciado hasta con platillos, se llevaron a cabo los cursos y aún el Manual no está listo.
¿El Gobierno ha engañado a la población con el supuesto ingreso grande y constante de uniformados?
Doña Laura ha destacado en su candidatura sobretodo toda la inversión que hay en las calles, según ella son 14 mil policías. Sin embargo, el último dato que solicité con fecha del 5 de abril anterior, me dice que hay 13 mil 520 oficiales.
De estos 13 mil 520 debemos restar a los jefes, a los miembros de la Central de Comunicaciones, a los de administración, los que dan programas preventivos, es decir en funcionamiento quedan unos 10 mil policías, de ese número se debe dividir en tres turnos; finalmente, para todo el país por turno trabajan unos 3.600 policías.
Un punto más, sé de tres grupos de muchachos que ya salieron de la Escuela Nacional de Policía, los cuales están trabajando, no obstante no han recibido el título de policías porque evidentemente esperan un acto político para decir sobre el “supuesto” ingreso de personal policial.
Estos tres grupos no pueden continuar con el Básico policial, debido a que necesitan el título de la Escuela Nacional de policía.
Otras de las tácticas que se vale la política, es atraer a los oficiales que solo cuentan con un sexto grado para hacer el básico policial, y desafortunadamente los están burlando porque ese título de nada les va servir, ya que la ley pide mínimo noveno año para lograr ingresar al siguiente paso que es el Estatuto; luego realizan un acto político de graduación y dicen que se trata de nuevos oficiales cuando ejercían desde hace años.
¿Considera que la Fuerza Pública se maneja solo por política?
Desafortunadamente sí, tratan de tapar problemáticas que cada vez emergen como la espuma. ¿Cómo es posible que digan que la criminalidad disminuyó, que estamos muy bien?, pero cuando se les solicita permisos para que algunos delegados trabajen en diferentes zonas, los jefes responden de que no pueden porque el lugar es conflictivo; entonces se contradicen.
Deberían de tomar de ejemplo al director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), don Francisco Segura, él sí ve la realidad y dice que estamos inundados de narcotráfico.
Lo que pasa es que la Fuerza Pública se sigue manejando políticamente por eso es que se tapan muchas realidades y esta seguridad no crece.
¿Cuál es la falla para que un policía se pase de bando?
Es producto del abandono institucional, muchas veces el policía no es valorado como ser humano, como profesional. Los concursos de la Fuerza Pública siguen siendo un atropello, pues se sigue dando el favoritismo, la argolla, evidentemente sigue siendo un malestar. Cuando el que manda pierde la vergüenza, el que es mandado pierde el respeto.
No justifico la corrupción, porque muchos hemos podido resistirla, pero sí creo que es parte de lo que la potencia.
¿Existe alguna forma de castigo que usan para los policías?
Claro, ¿usted cree que un policía es para que esté sentado en una caseta?; un ejemplo de esto son los que cuidan las embajadas o las casas de los expresidentes de la República.
Tengo conocimiento de un licenciado en derecho que le ordenaron permanecer en una caseta y cuidar la casa de un exmandatario. Otro licenciado en criminología cuida una embajada en Tibás. ¿Por qué los tienen ahí y no en un curso de ascenso por su curriculum? Muy sencillo, porque no es del agrado de los superiores. Si la Fuerza Pública se sigue moviendo por medio de la política, no va crecer ni surgir como una institución de seguridad para la ciudadanía, lamentablemente algunos de los que ejercen mandos no es porque sea el idóneo, sino porque es el amigo o le caía mejor a un político.