La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), arrinconada contra la pared por una eventual protesta de los gasolineros del país, dice que se “equivocó” a la hora de calcular el margen de comercialización de estos empresarios, lo cual hace que, en promedio, el litro de combustibles suba 9 colones.
Desde nuestra perspectiva social, hace ya bastante tiempo que la Aresep ha perdido mucha credibilidad, especialmente, ante los sectores laborales y populares. Con este supuesto “error”, se incrementa esa gran sensación de indefensión de la población usuaria de los servicios públicos cuyos precios y tarifas son reguladores por la Aresep.
Dado el deterioro de la situación económica y la concentración de la riqueza que vive el país, el consumidor final, el asalariado, al final de cuentas, será el que pague las consecuencias del “error” de la Aresep: bien sabemos que cuando sube el precio de los combustibles, a la gente le suben, prácticamente todo; especialmente, tarifas de taxis, de autobuses, de traslado de mercaderías y productos perecederos y similares.
La “extraordinaria” velocidad de la Aresep en reconocer su “error” y la corrección tan “eficiente” del mismo, no pueden explicarse por otra razón que no sea el empoderamiento de los sectores poderosos, económicamente hablando, de la incidencia a lo interno de tal entidad, con gran capacidad de influencia en sus decisiones, lo que contrasta con, repetimos, la creciente indefensión del usuario ante una Aresep evidentemente pro-empresarial.
Seguros estamos de que no habrá ni investigaciones, ni procesos internos, ni mucho menos destituciones por el “error” de la Aresep que puso a los gasolineros “en pie de guerra” y que la obligó a, sumariamente y contra la legalidad, a corregírselo con una celeridad y eficiencia “impresionantes”.