El enojo del Gobierno por el fallo de la Corte Centroamericana de Justicia no debe arrastrar al pueblo trabajador

La confrontación política entre los gobiernos de Costa Rica y de Nicaragua por el asunto de la construcción de la trocha fronteriza norte, mal llamada carretera “_Juan Rafael Mora Porras_” o “_Ruta 1856_”, no debe afectar el comercio entre ambas naciones; especialmente la actividad exportadora nacional de las micro, las pequeñas y las medianas empresas.

La cólera del Gobierno costarricense y particularmente el enojo de la señora Presidenta de la República, doña Laura Chinchilla Miranda, ante el fallo de la Corte Centroamericana de Justicia no debería descargarse sobre la actividad de comercio entre ambos países, dado que, a final de cuentas, han de sufrir los trabajadores y las trabajadoras de dichas actividades productivas exportadoras hacia el país del norte.

Dado que Costa Rica no reconoce la jurisdicción de dicho tribunal y como no somos integrantes de denominado Parlamento Centroamericano (Parlacen), es innecesario sobredimensionar un fallo adverso al país en el caso de la frontera norte; toda vez que lo que corresponde es informar adecuadamente a la comunidad internacional de dicha situación para que no se afecte el proceso abierto por el país ante la Corte Internacional de La Haya.

Como organización de la clase trabajadora abogamos por la hermandad entre el pueblo nicaragüense y el pueblo costarricense. No creemos en los falsos nacionalismos ni en poses chauvinistas ni, mucho menos, en actitudes políticas o de otra índole que fomenten la xenofobia a ambos lados de la frontera norte.

Ambos gobiernos deben apelar a la cordura y desarrollar proyectos económicos y sociales de desarrollo integrar de la frontera norte con sentido estratégico de modo tal que haya beneficios mutuos de largo alcance para los dos pueblos.

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