La desigualdad reproduce la desigualdad. Esta afirmación concluyente resume la gran preocupación que expresa el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe que presentó la ONU en Costa Rica.
Los elementos clave de la investigación sobre las causas tienen que ver con lo que se reproduce a nivel del hogar donde se establece el punto de partida de la nueva generación, por eso es actuar sobre el futuro. Un chico que hoy nace en un hogar cuyos padres tienen una escolaridad muy baja tiene menos del 5% de probabilidad de entrar a nivel universitario, en tanto que esta probabilidad es casi del 80%, para un chico que nazca en un hogar cuyos padres son universitarios. De esta forma explicó, Isidro Soloaga, uno de los coordinadores del Informe del PNUD, las causas de la desigualdad.
Y es que un grupo importante de personas se encuentra estancado en el último peldaño de la escalera, sin posibilidades de movilidad social desde hace varios años. Latinoamérica cuenta con diez de los 15 países más dispares del planeta.
El informe ofrece un mensaje positivo, en el sentido que sí se puede romper la transmisión, entre generaciones, de la desigualdad. Para ello, el documento señala que_ “el Estado debe garantizar el acceso a la educación y a la salud._ Se indica que para alcanzar mejores objetivos en desarrollo humano es necesario que los hogares e individuos tengan acceso al poder y a la participación política, y para ello es necesario evitar el clientelismo y la corrupción.
Las dimensiones del desarrollo y el género
Al considerar las desigualdades respecto a los servicios de infraestructura básicos, como agua potable y electricidad, el estudio identificó que persiste una baja cobertura en Perú, Bolivia y Guatemala. Los hallazgos marcan que cada vez es más difícil obtener agua potable en el hogar para los ciudadanos de menores ingresos en Ecuador, Nicaragua y Venezuela. Y lo mismo ocurrió con el acceso a la electricidad en Guatemala Hondura y Bolivia.
El país que acumula mayor disparidad es Bolivia, mientras que Brasil es una de las naciones más exitosos en reducir la desigualdad en los últimos ocho años.
Pero si de desigualdades se debe hablar, los grupos que se llevan el trofeo son las mujeres y la población indígena y afro descendiente. Las mujeres reciben un menor salario que los hombres por igual trabajo. Tienen mayor presencia en la economía informal y acarrean una doble carga laboral, indicó Luis Felipe López-Calva, otro de los coordinadores del informe. Sobre este aspecto subrayó dos temas centrales: la inserción laboral y la cultura e institucionalidad del cuido, de los trabajos domésticos, en donde no hay una responsabilidad compartida de la sociedad. De manera que las mujeres no tienen el apoyo ni en el hogar ni a nivel institucional para tener tiempo de uso diferenciado. Además la inserción laboral es precaria.
Luiza Carvalho, representante del PNUD, destacó la posición privilegiada de Costa Rica en el informe regional, donde junto con Argentina, Uruguay y Chile muestran la menor desigualdad. Asociado al hecho de que Costa Rica es el cuarto país de América Latina en inversión social per cápita, luego de Argentina, Uruguay y Brasil.
Pero para los ticos no todo es alegría porque se enfatiza que la desigualdad sigue en ascenso, y para frenarla es necesario invertir más en educación, establecer políticas de empleo formal y mejorar los salarios mínimos.
La brecha es cada vez mayor
En eso coincidió, el joven diputado de partido de izquierda Frente Amplio, José María Villalta. “Si Costa Rica se compara con otros países latinoamericanos donde todavía son mayores los problemas de desigualdad, alguien podría tener un criterio engañoso sobre la situación de nuestro país.”
La realidad es que en los últimos años en Costa Rica se ha venido incrementando peligrosamente la desigualdad social. Según confirman los estudios sobre los coeficiente de Gini, se está produciendo cada vez más riqueza a un ritmo más acelerado, hay mayor explotación de los recursos naturales del país y sin embargo cada vez es mayor la brecha entre ricos y pobres.
Si se quiere que los latinoamericanos consigan atenuar las desigualdades, hace falta una nueva política que fortalezca los instrumentos de redistribución y regulación del Estado: es decir, como afirmó López- Calva del PNUD, no alcanza con tener planes contra la pobreza; hay que tener también planes contra la desigualdad.
Publicado el : 23 Julio 2010 – Por Alejandra Fernández (InformaRN)
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