Ganarán ahora 150 mil colones al día, si contamos sábados y domingos; o _“mejor_”, 190 mil colones cada veinticuatro horas, contando de lunes a jueves que, en realidad, son los días hábiles parlamentarios. Cada seis meses, su salario tendrá un reajuste automático de 5% (10% anual), de forma tal que cuando terminen su mandato, en el 2014, el salario habrá llegado a los casi 7 millones de colones.
En descomunal contraste y según el decreto de salarios mínimos vigente para el primer semestre del 2010, un trabajador no calificado gana 6.904 colones diarios; un trabajador semicalificado, 7.517 cada veinticuatro horas; un calificado 7.662; y, un especializado 9.204. ¿Es ó no es abusivo el autoaumentazo salarial diputadil?…
La pasada noche del lunes 24, día en que se consumó esta especie de “_asalto legalizado_” a las finanzas públicas desde la sede del propio “_primer poder_” de la República, en un programa televisivo al que fuimos invitados, hablamos de que el presente parlamento está “_prostituido_”.
Este calificativo fue catalogado por el diputado Luis Fishman Zonzinski, que también participó en tal programa, como sumamente fuerte y que hace una generalización injusta. Tiene razón este legislador y nos disculpamos, públicamente por nuestro exabrupto. No solamente pensando en los señores diputados y las señoras diputadas de los partidos Acción Ciudadana y Frente Amplio que, desde el mismo momento en que surgió esta infeliz iniciativa de ley, anunciaron su fuerte oposición a la misma.
También pensamos en los “_arrepentidos_” que, enhorabuena, reconocieron su error (aunque facilitaron la tramitación acelerada, antidemocrática y autoritaria de esta repudiada ley), pero que tampoco merecen tal calificativo.
Lo que sí debe quedar claro es que para los parlamentarios libertarios, para la mayoría de liberacionistas, para los dos “_cristianos_” y para los de PUSC que sí votaron, legislar para autobeneficiarse no pareciera generarles ningún conflicto ético-moral y, por tanto, pareciera ser que _“recuperar_” lo invertido en alcanzar la curul legislativo es argumento suficientemente válido para “_legalizar_” lo que el pueblo ha deslegitimado por múltiples formas.
Por la tarde de este miércoles 26, la ciudadanía presente en las afueras de la Asamblea Legislativa el pasado lunes, se autoconvocó para visitar hoy la Casa Presidencial y entregarle a doña Laura Chinchilla Miranda, Presidenta de la República, una respetuosa pero vehemente petición de que vete esta ley, aunque luego quienes la votaron la resellen, incrementando así su escarnio y repulsa popular.
Doña Laura, firme y honesta según el lema principal de su campaña electoral, no puede dejarse “_embarrar_” cuando uno de sus propios diputados, el exministro de Hacienda don Guillermo Zúñiga Chaves quien, al arrepentirse y reconocer su error, indicó, de manera brillante, que es más fuerte de lo que se pensaba el impacto en las finanzas públicas del autoaumentazo salarial diputadil; desmintiendo así el propio criterio de la fracción parlamentaria oficialista.
El parlamento actual, pese a las honrosas excepciones que ya conocemos, cometió un error político garrafal, absolutamente predecible por cualquier joven estudiante del primer año de Ciencias Políticas. Ha quedado desprestigiado, deslegitimado, aislado de la ciudadanía; aumentando así el grado de deterioro de la institución republicana legislativa; de cara a una ciudadanía que, nuevamente, se siente estafada políticamente, especialmente aquella que, consciente o manipuladamente, dio su voto para que esas curules las ocuparan esas 35 personas legisladoras que, finalmente, decidieron consumar tal “_asalto legal_” a las finanzas públicas, aunque absolutamente nada comentaron al respecto en la campaña, mientras pedían sus votos.
Varias enseñanzas estamos ya sacando de esta triste experiencia con la cosa pública. El sistema se carcome a sí mismo pero no le “_ayudamos_” lo suficiente para que se caiga más rápido. Pese a la indignación generalizada que esta situación está causando, no nos estamos movilizando en la medida en que tal desafío lo requiere. Por eso ellos se sienten tranquilos, actuando con tal nivel de cinismo, insensibilidad y desfachatez. En corrillos ellos lo comentan: “_son cuatro gatos_” y algunos “_estridentes_” sindicalistas. “_De hablar no pasan_”. A nosotros se nos lanzaron fuertes emplazamientos para que “_hiciéramos algo_”. Lo hicimos y lo seguiremos haciendo. Por ejemplo, hoy por la tarde iremos a la oficina de doña Laura a dejarle la petición de veto. Hablemos menos. Hagamos más. Menos quejas. Más acción. Este es el desafío.