Este domingo 10 de setiembre, en la comunidad de El Limbo, ubicada en Guápiles, zona atlántica de nuestro país, ocurrió un evento obrero que no podíamos dejar pasar desapercibido dada su connotación histórica: una feria sindical de información sobre derechos laborales a la luz de la nueva legislación en este campo, la Reforma Procesal Laboral (RPL).
¿Qué tiene de histórico? ¿Por qué no podía pasar desapercibida una simple feria sindical? Hablamos de que en terrenos propiedad de una de las más famosas empresas transnacionales bananeras que operan en Costa Rica, se dio una actividad sindical a la luz del día, totalmente abierta, con presencia de trabajadores y de trabajadoras de la producción bananera y piñera de la zona, aglutinados en el Sindicato de Trabajadores de Plantaciones Agrícolas (Sitrap), cuya dirigencia de manera atinada promovió tal evento; tipo de evento que no se realizaba con tal carácter abierto y al aire libre, en terreno bananero de propiedad privada, desde hace unos 33 años; desde los tiempos de la famosa huelga bananera de 1984, la de Golfito, en la Zona Sur del país.
Esto es lo histórico y el sindicato Sitrap fue protagonista al romper los tiempos del oscurantismo de la lucha obrero-bananera, luego de muchos años de lucha cotidiana constante y, por no poco tiempo, clandestina, por preservar el ideal y el legado de la legendaria tradición sindical bananera de nuestro país, ligada a logros históricos como la jornada de las 8 horas en suelo costarricense.
Nosotros interpretamos la feria sindical realizada en la finca Duacarí 4, de Guápiles, como signo de un nuevo comienzo, de un nuevo relanzamiento, de una nueva redefinición del desafío sindical obrero en estos duros tiempos de globalización neoliberal; pero sin el carácter de vertebración ideológico-partidaria que tuviera aquel sindicalismo bananero original, sin que por ello haya que renegar de ese pasado de la lucha bananera lleno de sacrificio, de sangre obrera pero de conquistas que sobrepasaron la frontera de la reivindicación bananera en sí; redimensionando y releyendo ese pasado para transmutarlo a los desafíos de nuestros tiempos, que supone el ejercicio de una Libertad Sindical que deberá ser plenamente respetada por este tipo de corporaciones de plantaciones agrícolas, tanto de orden transnacional como criollas, aunque sea a regañadientes.
Esta especie de nuevo relanzamiento y de nueva redefinición de la lucha sindical obrera bananera y piñera, especialmente, nace con visos de articulación solidaria entre grupos trabajadores ya experimentados por tenaz lucha como lo son los afiliados al Sitrap, juntándose ellos con los nuevos colectivos que están luchando por emerger a la vida obrera organizada en las comunidades de Sarapiquí (Heredia) y Buenos Aires (Puntarenas).
Sitrap, que ha logrado posicionar una práctica sindical “no rentista” para enfocarse en la incidencia que da la organización a través de la educación y la capacitación, logró un sitial de honor en todo el proceso gestor de la Reforma Procesal Laboral (RPL), durante sus casi 20 años de duración, pues siempre lo apoyó.
Hoy, la RPL operando en la realidad cotidiana de la finca agrícola debe consolidarse con el apoyo decidido de los propios trabajadores potenciales beneficiados de esta, junto a la actitud militante y éticamente correcta de su dirigencia de base y general de cada sindicato.