Coherente con el desatado sistema capitalista actual, durante la Cumbre de Cambio Climático de Naciones Unidas primaron los intereses comerciales y de dominación por encima de los intereses de toda la humanidad, conduciendo a que el encuentro termine sin un pronunciamiento colectivo, que se comprometa eficazmente a resguardar lo que queda de la atmósfera sin contaminar.
Si bien el acuerdo dice formalmente que todos los países del mundo trabajarán en conjunto para evitar que el calentamiento global supere los dos grados, y compromete a los países en desarrollo a hacer algo para controlar sus emisiones de dióxido de carbono, está lleno de agujeros, y no es ni remotamente suficiente para combatir el calentamiento global. Por otra parte, deja pendiente para el próximo año la cuestión de si continuar o no con el Protocolo de Kyoto después del 2012.
En cuanto al auxilio financiero, se habló de 30.000 millones de dólares para que los países en desarrollo entren en una “vía rápida” de reducción de emisiones, y se hizo la promesa de otros 100 mil millones por año para el 2020. Sin embargo, ese aporte estaría condicionado a la posibilidad de monitorear lo que hace cada uno para proteger el ambiente y cómo gasta el dinero de la ayuda, ante lo cual atinadamente el presidente de Brasil, Lula da Silva, recordó las nefastas experiencias de intervención de organismos como el FMI o el Banco Mundial en nuestras economías.
Sin embargo, la principal falla de estos acuerdos es estructural, ya que están en las antípodas de plantear una modificación de las causas del cambio climático, lo cual implicaría cambiar radicalmente el modelo industrial de producción y consumo. Este modelo ha provocado la crisis económica actual, que ha generado el deterioro de las condiciones de vida de millones de hombres y mujeres afectados por la desocupación y la pobreza, y simultáneamente está poniendo en peligro la vida en planeta por la voracidad depredatorias en la explotación de la naturaleza.
Este es el reclamo principal que realizan las organizaciones sociales en todo el mundo para frenar el afán de lucro desmedido que nos esta conduciendo al desastre planetario. En ese sentido, el 3 de diciembre organizamos en FOCO un taller de trabajo con diversas organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de elaborar un documento con nuestros reclamos para llevar a la Cumbre. De la jornada participaron importantes y representativos integrantes de organizaciones y movimientos sociales de ambiente, derechos humanos, género, pueblos originarios, sindicatos, partidos políticos y académicos que consideramos el cambio climático como UN PROBLEMA DE DERECHOS HUMANOS, ya que vulnera derechos fundamentales, como el derecho al ambiente sano, a una vida digna, a la alimentación, a la salud, la vivienda, al agua segura, etc.
Entre otros aspectos, en los debates del taller se coincidió en la necesidad de “Fortalecer el poder de los Estados y del Sistema Internacional de las Naciones Unidas para poner coto, regular y controlar el poder de las grandes corporaciones internacionales, que con su afán de lucro desmedido y la falta de controles, han provocado la crisis económica internacional que afecta gravemente las condiciones de vida de amplios sectores de la población mundial (a partir de la contaminación y despilfarro de los recursos hídricos), y simultáneamente son la causa principal del cambio climático y el calentamiento global que pone en riesgo la vida en el planeta (Ver declaración completa en el archivo adjunto)
A pesar de todo, algo sí cambió radical y definitivamente en Copenhague: movimientos y organizaciones sociales, así como jóvenes autoorganizados a través de declaraciones y manifestaciones en las calles, dejamos en claro que el ambiente y el planeta son demasiado importantes para dejarlos en manos de transnacionales y negociados gubernamentales.
FOCO – Foro Ciudadano de Participación
por la Justicia y los Derechos Humanos –