Hacemos un llamado, para que se atienda de manera integral e interinstitucional, el problema del incremento en la inseguridad ciudadana y en la violencia que nos carcome como sociedad.
Hace un tiempo advertimos que no era correcta la lectura que hacían algunas autoridades, al señalar “es una guerra por territorio”, “se están matando entre ellos”. Aquella vez advertimos el daño colateral que inevitablemente afectaría a personas inocentes de las disputas entre grupos narcotraficantes, pero también afectó ya a nuestros policías y a sus familias.
Hace pocos meses fuimos sorprendidos con la muerte de tres compañeros pertenecientes a la Unidad de Intervención Policial (UIP), mismos que fueron acribillados a balazos por personas vinculadas al crimen organizado, recientemente vimos como la investigación del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) nos indica que nuestros compañeros fueron acribillados en cumplimiento del deber, por cuanto, se percataron de una actividad ilícita y con valentía enfrentaron la situación que les costó la vida.
Estos lamentables eventos, tienen que motivar las acciones que desde hace tiempo se debieron tomar. Es imperativo dotar de mayor protección jurídica la actuación de los cuerpos policiales, es necesario fortalecer y ampliar la cobertura de las pólizas que se suscriben para las personas trabajadoras de la Fuerza Pública y demás cuerpos policiales, si bien la vida humana es invaluable, es necesario evitar la doble tragedia que viven las familias de nuestros policías, a la hora de hacer efectiva la póliza de vida de su pariente caído en cumplimiento del deber.
Es importantísimo dejar la “bipolaridad”, las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), caen en esa situación, al momento de decir “un héroe ha caído”, pero en el caso de los compañeros de la UIP, rápidamente nuestras autoridades aseguraron ante medios de comunicación, que los agentes de policía se encontraban en sus días libres, por tal razón no les cubrían las pólizas. No hemos visto que digan nada luego de las investigaciones del Organismo de Investigación Judicial, que indican que su muerte se dio por la valentía que los motivo a intervenir, aun estando libres.
El policía trabaja bajo una gran indefensión jurídica, en tanto debe esperar a que el delincuente le dispare para poder defenderse, sopena de ser privado de libertad, como sucedió con un compañero Guardaparques, que posiblemente debió esperar a ser amputado de algún miembro para justificar el uso de su arma de reglamento. Incerteza jurídica, que también provoca la administración, al momento de ordenar el despido de policías sin observar el debido proceso.
En momentos en que se maneja el pico más alto de inseguridad, en que no cesan los homicidios, nos invade el narcotráfico, el crimen organizado y que estamos viendo compañeros caer; hacemos un llamado respetuoso pero vehemente, para que unamos esfuerzos en pro de nuestra policía.
La policía merece y requiere de mejores pólizas, estas deben incluir cobertura en casos en que el policía intervenga en razón de sus funciones, aun estando en tiempo libre. Debemos luchar por mayor certeza jurídica para la actuación policial, tenemos que trabajar juntos por un retiro digno de nuestros hombres y mujeres policías.
Mainor Anchía Angulo
Directivo Nacional de ANEP
Presidente Seccional ANEP-Fuerza Pública
mainoranchia@anep.or.cr