TLC: El fallo del “quinteto de los Arias”

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Ese TLC está lleno de inconstitucionalidades, señaladas contundentemente por los dos señores magistrados que, con coraje y honor, resistieron las presiones políticas a fin de que ese tribunal fallara, de manera unánime, a favor del TLC defendido por el régimen de los hermanos Arias. Por cierto que muchos pensamos que, de ahora en adelante, deberemos conocer a la Sala IV como “Sala del quinteto de los Arias”.

Las inconstitucionalidades que se le encontraron a ese TLC, demuestran aspectos aberrantes que lesionan la actual Constitución Política de Costa Rica. La Constitución es violentada a mansalva, en aras de poderosísimos intereses económicos, ansiosos hasta lo indecible, por incrementar sus ya abultadas ganancias con patrimonios nacionales como el ICE, el INS, la CCSS, el A y A, la agricultura; o, con el comercio de órganos humanos como lo reconoce el propio jerarca ministerial del COMEX.

Veamos algunas de esas inconstitucionalidades que tiene el TLC: 1) El concepto de territorio establecido en el TLC (hasta la Isla del Coco se la llevarán en banda). 2) El tema de los medicamentos en el Capítulo de Propiedad Intelectual (la quiebra de la Caja a la vista). 3) El Capítulo de Telecomunicaciones (luz verde al nuevo Combo ICE que ya se tramita en el parlamento). 4) Lo dispuesto en la Comisión de Libre Comercio de ese tratado (el Poder Judicial reducido a asuntos de poca monta). 5) El arbitraje inversionista-Estado (indefensión del país ante eventuales demandas de las transnacionales, por ejemplo, el caso de la petrolera Harten). 6) Lo dispuesto en materia ambiental (el agua en peligro, se convertirá en bien netamente comercial). 7) Lo que respecta a solución de controversias, inversiones y salud, en cuanto afecta el Estado Social y Democrático de Derecho. 8) Violación al principio democrático y de publicidad en la tramitación del TLC (más de 400 páginas del TLC están en idioma inglés y no sabemos que es lo que dicen en nuestro idioma español). 9) Referéndum mal convocado, maliciosamente mal convocado (nos ponen a votar sobre el proyecto de dictamen de comisión legislativa favorable al régimen de los hermanos Arias Sánchez). 10) Violación a los principios de seguridad jurídica y de publicidad, en el manejo de las actas del trámite parlamentario del TLC.

Solamente los magistrados Armijo y Cruz vieron semejantes atentados jurídicos a la Constitución. Los otros cinco, nada de nada. Su ceguera “jurídica” es absolutamente congruente con el significado del otro fallo constitucional cuestionado, el de la reelección presidencial; y con el “postre” otorgado al régimen de los hermanos Arias, el de la autorización “constitucional” para la tramitación parlamentaria de los proyectos de la agenda paralela del TLC, por la vía rápida.

Le toca al pueblo en las urnas, reparar tanta afrenta al Estado Social de Derecho de los y de las costarricenses. El Soberano, el Pueblo, que es el máximo poder de nuestra institucionalidad republicana, queda así como el último recurso, democráticamente posible, para la salvación de nuestra querida Costa Rica. El referéndum del 7 de octubre, que es el hijo legítimo del Referéndum de la Calle, es la respuesta cívica a la perversión de la teoría política de la división de poderes en un sistema republicano como el costarricense. Ambos tipos de referéndum están intrínsecamente unidos. Uno es para la victoria del NO al TLC en las urnas. El otro, el de la Calle, es para sepultar la agenda pérfida del TLC, llamada “complementaria”.

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