Empresa fabricante de armas espera TLC para «entrar» en Costa Rica

Este armamento no dispara objetos sólidos, sino que proyecta energía de microondas con una potencia calibrada, de tal forma que no mata a sus víctimas, pero les inflige un dolor insoportable.

Se trata de toda una “familia” de armas nuevas, conformada por el Vigilant Eagle System, el Active Denial System y el Silent Guardian.

El primero es el miembro más grande de la familia. Consiste de una antena de microondas de alta potencia, del tamaño de una valla publicitaria, capaz de “freír” en el aire el sistema electrónico de misiles tierra-aire lanzados desde una distancia de hasta 100 kilómetros.

El Active Denial System, en cambio, ya no está diseñado para “freír” objetos, sino para producir dolor en seres humanos. Opera hasta a una distancia de unos 500 metros, es decir, más allá del rango de fuego de armas pequeñas.

El Silent Guardian, por su parte, fue desarrollado para distancias más cortas, hasta 250 metros. Este dispositivo proyecta un rayo de energía de microondas a una frecuencia de 94GHz.

Evaluaciones realizadas por Sandía Laboratories y Air Force Research Laboratories (AFRL) indican que “esta tecnología es capaz de calentar rápidamente la piel de un ser humano, generando un nivel de dolor que, según lo han demostrado pruebas de AFRL realizadas sobre seres humanos, resulta ser muy efectiva para repeler personas sin quemar su piel y sin causar otros efectos secundarios”.

El informe califica este dispositivo como “una alternativa para la fuerza letal”. Agrega que los rayos logran penetrar a través de las más pequeñas fisuras que encuentren en obstáculos físicos como escudos, paredes y telas. Es más, los rayos parecieran envolver los objetos, girar en torno a sus bordes y afectar cualquier parte corporal expuesta, como los dedos o la cara de quienes intentan ocultarse.

Según Raytheon, estos rayos sólo penetran la primera capa de la piel, la epidermis, hasta una profundidad de 0,4 milímetros, no importa la distancia a que se encuentre la persona apuntada. Esta penetración es suficiente para “estimular” los nervios sensores de la piel.

El fabricante insiste en que los rayos no causan daños físicos o psicológicos, pues asume que las víctimas se retiran, huyen, en cuanto perciban sus efectos.

Sin embargo, llama la atención que cuando en 2003 y 2004 se realizaron pruebas con el Active Denial System en la base de las Fuerzas Aéreas Kirkland, en Nuevo México, a los voluntarios se les pidió que no usaran anteojos ni lentes de contacto, para evitar posibles daños oculares; también se les pidió que no portaran objetos metálicos cerca de la piel, para impedir la formación de_ “puntos calientes”_.

Sobre lo que no hay ninguna duda, en cambio, es la aplicación que tendría esta nueva generación de armas paralizantes: en la guerra urbana, en primer lugar, pero potencialmente también en el control de masas y de fronteras. Y, además, como método de tortura.

Amnistía Internacional ha hecho repetidas advertencias sobre la tortura “push-button”, es decir, aquella en que el torturador sólo aprieta un botón para activarla.

Theo van Boeven, Relator Especial de las Naciones Unidas Sobre Tortura, ha señalado los riesgos de la nueva generación de “armas no letales” que “incluyen dispositivos que emplean sonidos de altos decibeles y microondas… tecnologías que pueden ser usadas para la tortura y el abuso”.

Ante la aparición de este nuevo tipo de armamento y su dudosa aplicación, la Leeds Metropolitan University, de Gran Bretaña, decidió establecer el Threshold Group, conformado por expertos en armas no letales y no convencionales, con el fin de dar seguimiento y cuestionar las novedosas tecnologías militares.

Este grupo estima que estas nuevas armas redefinirán las convenciones actuales sobre crueldad y democracia, y subvertirán convenios internacionales existentes; además, cree que los métodos de control y la actual legislación internacional requieren de reformas profundas para abarcarlas.

Más allá de estas preocupaciones humanas, jurídicas y políticas, es importante señalar que el Secretario de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, Michael Wynne, descartó en septiembre del 2006 el uso de estas armas: “…si no estamos dispuestos a usarlas acá, contra nuestros conciudadanos, entonces no deberíamos estar dispuestos a usarlas en una situación de guerra”.

Sin embargo, llama la atención que Raytheon presenta su producto Silent Guardian como “available now and ready for action”.

¡Va uno a saber en qué escenario serán estrenadas estas armas! Quizá en una manifestación popular o en una frontera de América Latina. No hay que olvidar que antes de la Primera Guerra Mundial, en 1911, la marina de Estados Unidos estrenó su nueva arma aviones militares en Nicaragua.

Y tal vez hasta podría Costa Rica iniciarse en el TLC con la producción de estos “instrumentos”; mal que bien, no son letales…

Nota: Parte de las informaciones anteriores se basan en un artículo de Steve Wright, profesor del Praxis Centre, de la Leeds Metropolitan University de Inglaterra, publicado en el semanario británico The Guardian Weekly, edición 13 – 19 de octubre de 2006, página 19.

*Cineasta y periodista

Fuente: Informa-tico

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INFORMACION ADICIONAL (+No de Informa-tico+)

(posted on 24-6-2005 at 02:55 AM (post id: 1503407) – single – this post
Raytheon Plans High-Power Microwave System To Protect Civil Airplanes

Raytheon has used microwave pulses to shoot down MANPADS type missiles. The pulse that can be directed down one degree of arc can damage the electrical components of the SAM. This is part of the companies Vigilant Eagle system that is designed to deal with the threat posed to civil aircraft as they take off and land. This system makes far more sence than to try to retrofit such systems on existing airliners. Takeoff and landing are when they are at risk from these systems not when they are cruising at 40K feet. Unless Bin laden gets his hands on some SA-2’s or something.

Fuentes de nota y de fotos: Internet y Raytheon

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