María Florez-Estrada
Redactora
Un país puede aumentar su producción y sus exportaciones, pero esta riqueza distribuirse muy desigualmente entre la población. O puede reducir su déficit fiscal (diferencia entre ingresos y gastos del Gobierno) a partir de recortar sus inversiones públicas de distinto tipo, y como consecuencia de esto, más personas en los hogares tendrán que trabajar para sobrevivir, y descuidar su educación.
Esto es, en parte, lo que ha ocurrido en Costa Rica, cuyo Índice de Desarrollo Humano (IDH) crecía de manera sobresaliente entre 1975 y 1980, en comparación con otros países considerados de alto nivel de desarrollo en el mundo, pero que, desde el 2000, ha caído cinco lugares en este ranking mundial.
El IDH es un índice creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que mide los avances promedio de un país en tres dimensiones: vivir una vida larga y saludable, disponer de educación y tener un nivel de vida digno.
Según el Informe Mundial de Desarrollo Humano 2006, presentado la semana pasada, nuestro país bajó del puesto 41 al 48 en comparación con el resto del mundo, pues registró una mejora de apenas tres milésimas -pasó de 0.838 a 0.841.
El primer lugar mundial lo ocupó Noruega, con 0.965, y el último, Níger, con 0.311.
Las fortalezas de Costa Rica se siguieron ubicando en la atención de la salud, pues la esperanza de vida aquí es de 78.3, similar a la de los países desarrollados, la tasa bruta de matrícula aumentó al 72.4% y la de alfabetización de personas mayores de 15 años, al 95%.
A pesar de esto, hay debilidades importantes en el campo de la educación.
“Donde Costa Rica está rezagada es en educación secundaria. Aproximadamente una tercera parte de la población adolescente logra completar el ciclo de secundaria. El tercer ciclo de la diversificada ronda por el 34%”, explicó José Manuel Hermida, representante Residente del PNUD en Costa Rica (ver: “El tema es la educación secundaria”).
Los avances en cuanto a la igualdad entre hombres y mujeres también son medidos, años con año, por el Índice de Potenciación de Género (IPG), que considera tres aspectos: participación económica y poder de decisión; participación política y poder de decisión; y control sobre los recursos económicos.
Aquí, gracias en buena medida a una acción afirmativa como la que obliga a que el 40% de los puestos elegibles sean ocupados por mujeres, Costa Rica ocupó el lugar 21, de 75 países.
Pero, al medir la dimensión económica de la situación de las mujeres costarricenses, lo anterior se matiza: ocupamos el lugar 56, de 80 países, en cuanto a la participación de las mujeres en puestos gerenciales (más abajo que Filipinas y El Salvador); el lugar 64 de 80 países en cuanto puestos profesionales y técnicos ocupados por mujeres (menos que Lituania y Chile); y el lugar 111 de 160 países, por la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres (debajo de Kenia y Argentina).
“Pareciera que las mujeres, a pesar de que se están educando en mayores números que los hombres, pues logran graduarse de secundaria y de la universidad en mayores números y con mejores resultados, y además participan en la vida pública, no están logrando que esa educación y esa participación política redunden en beneficios a la hora de insertarse en el mercado laboral”, afirmó Lara Blanco, coordinadora de Programas del PNUD (ver: “El mayor déficit está en la economía”).
Por otro lado, el agua fue el tema al que este año el Informe dedicó el estudio sustancial. Se titula: “Más allá de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua”, y llega a la conclusión general de que “no existe una escasez mundial, sino un problema de poder en cuanto al acceso y distribución justa de este recurso, que afecta principalmente a los pobres”, dijo Hermida.
En nuestro país, la situación es contrastante. En la lista de lo positivo, un 97.6% de la población tiene acceso al agua para consumo humano, aunque un poco menos, el 82.8%, lo tiene para el agua potable.
Sin embargo, la pérdida de esta agua por fugas fluctúa entre un 25% y un 50% en el Área Metropolitana, y solo un 2.47% de la población tiene servicio de tratamiento de aguas residuales. Además, el 75% de las fuentes superficiales de abastecimiento de agua para consumo humano tienen vulnerabilidad a la contaminación.
Vanessa Zamora, oficial de Ambiente y Energía, del PNUD, explicó que “no hay un buen cuido de las nacientes de agua. Por eso leemos diariamente en la prensa que hay contaminación, donde cualquier persona tiene acceso directo a botar cloro, animales muertos, etc.”
Ella también mencionó la disminuida inversión pública para el saneamiento del agua, y al abuso en que incurren grandes empresas hoteleras porque pagan tarifas muy bajas por su acceso y uso del agua, como problemas centrales que debe encarar el país (ver: “Hay abuso con las tarifas”).
Por ejemplo, mientras el consumo de agua por persona, en Costa Rica, varía entre 250 litros y 350 litros por día, el consumo por turista, en los hoteles, es de 400 litros a 800 litros por día, sin que este mayor acceso al agua se refleje en las tarifas que pagan las empresas.
Acceso al agua:
Otro problema de la desigualdad
– Dos de cada tres personas que carecen de agua limpia sobrevive con menos de $2 diarios. – Los hogares más pobres en Argentina, El Salvador, Jamaica y Nicaragua dedican en promedio más del 10% de su presupuesto mensual a comprar agua. – Un 85% de los hogares más ricos en el mundo tiene acceso al agua. Solo el 25% de los más pobres lo tienen. – Mil millones de personas carecen de acceso al agua. – 2.600 millones de personas no disponen de servicios de saneamiento. – 1.8 millones de niñas y niños mueren cada año a consecuencia de la diarrea. – Millones de mujeres dedican hasta cuatro horas al día a buscar agua, lo cual compromete sus oportunidades de desarrollo. – Casi el 50% de las personas en países en desarrollo sufren de problemas de salud por la falta de agua o saneamiento. – 1.100 millones de personas sobreviven con 5 litros de agua diarios, el 10% de lo utilizado en países desarrollados para los inodoros.
Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano 2006.
José Manuel Hermida, del PNUD:
“Poca cobertura en educación secundaria”
Desde los años 70, Costa Rica avanzaba en desarrollo humano, sin embargo, luego se inicia un estancamiento. ¿Es esto una consecuencia de que con el cambio de modelo de desarrollo se redujo la inversión pública en lo social y en infraestructura? Los resultados del Informe, ¿deberían llevar a repensar el modelo de desarrollo?
-Lo que principalmente ha afectado que la línea del Índice de Desarrollo Humano (IDH), para Costa Rica, se haya mantenido bastante horizontal, en un estancamiento, en vez de que haya más crecimiento que dos milésimas por año tres milésimas entre 2005 y 2006, son principalmente los componentes de educación y del Producto Interno Bruto por persona. Fundamentalmente por el componente educación, el cual tiene, a la vez, otros dos. Uno es alfabetización de la población adulta mayor de 15 años, donde Costa Rica está muy bien, con más del 95% de esa población alfabeta.
Donde Costa Rica está rezagada es en educación secundaria, específicamente, porque la cobertura de primaria es altísima, es de 99%. Pero en secundaria, está muy rezagada. Aproximadamente una tercera parte de la población adolescente logra completar este ciclo. El tercer ciclo de la diversificada ronda el 34%, como indica el Ministerio de Educación, lo cual es muy bajo.
Ese es, seguramente el componente del IDH que ha prevenido que Costa Rica incremente su valor. Es por esto que esta administración ubica la educación secundaria como una de sus prioridades más grandes. Este es el tema.
Vanessa Zamora, del PNUD:
“Se abusa con tarifas de agua”
¿En el Informe se reflejan los conflictos por el manejo del agua en las zonas turísticas de Costa Rica?
-Exactamente. Están los conflictos comunales, debido a esa disociación entre la parte turística privada, la parte gubernamental y la parte comunal. Y trata no solo de ver ese problema, sino de buscarle una solución.
¿Cuáles son los principales nudos de ese conflicto?
-Hay varios aspectos. Hay abuso de parte de las empresas hoteleras, en cuanto a lo que sería el pago tarifario. El uso que Ud. hace del agua, no es el mismo que hace un hotel de 500 habitaciones. Tendría que haber una revisión de los abusos tarifarios. También hay un problema con los acuíferos. No hay un buen cuido de las nacientes de agua. Por eso vemos diariamente en los periódicos, que hay contaminación, ya que cualquier persona tiene acceso directo a botar cloro, animales muertos, etc. Y, como dice el Informe, el tema de agua no es de escasez, sino de mala distribución de este recurso.
Es impresionante el bajo nivel de tratamiento de aguas residuales que hay en el país. ¿Se debe a un freno en la inversión pública en acueductos y alcantarillados?
-Así es. Solo un 2.47% de la población tiene servicio de tratamiento de aguas residuales. Consideramos que sí es rescatable apoyar la iniciativa que hay en la Asamblea Legislativa, de un préstamo del gobierno japonés para fortalecer Acueductos y Alcantarillados. Esto es importante, porque vendría a apoyar toda esa infraestructura de acueductos, saneamiento y alcantarillado, en este momento tan urgente para el país.
Y sin necesidad de pasar por una privatización.
-Exactamente.
Lara Blanco, coordinadora de Programas del PNUD-Costa Rica.
“El mayor déficit está en la economía”
Es notoria la diferencia entre el lugar que ocupa Costa Rica en cuanto al avance de las mujeres en ejercer puestos de representación política y el déficit en cuanto a su autonomía y su acción como agentes económicas. ¿Por qué ocurre esto?
-El Índice de Potenciación de Género (IPG), para este año, en efecto, nos dice que las mujeres mantienen una importante representación en la Asamblea Legislativa, una de las variables que se toman en consideración. Ahora, otra de las variables es la participación económica de profesionales y técnicas, y la razón del ingreso femenino con respecto al masculino.
Mantenemos grandes problemas con respecto a esto último, aunque hay una pequeña mejora. El año pasado, el ingreso de las mujeres fue inferior al de los hombres en 0.37% y este año es de un 0.41%. También mejoramos si nos comparamos con otros países. El año pasado ocupamos en el lugar 128 y hoy llegamos al lugar 111.
Pareciera que las mujeres, a pesar de que se están educando en mayores números que los hombres pues logran graduarse de secundaria y de la universidad en mayores números y con mejores resultados, y además participan en la vida pública, no están logrando que esa educación y esa participación política redunden en beneficios a la hora de insertarse en el mercado laboral. Y aun si se llegan a insertar en el mercado laboral, ciertamente hablamos de una enorme brecha entre los ingresos que reciben frente a los que reciben los hombres.
Puesto que no existe una política pública fuerte, de parte del Ministerio de Trabajo, para garantizar el derecho de igual salario por igual trabajo, ¿qué podría explicar esa pequeña mejora en la brecha salarial? ¿Podría ser que en el sector público es más difícil que se produzca discriminación, que no se les reconozca su mayor calificación, que en el sector privado?
-Podría haber varias explicaciones. Sin embargo, tendríamos que estudiar más la información. Podría ser que, producto de ese encarecimiento de la vida, de que hoy las mujeres y los hombres costarricenses están logrando hacer menos con los recursos que perciben, las mujeres estén entrando en mayores números en el mercado laboral. Porque en el IPG eso se mide tomando en consideración no solo la brecha salarial, sino también la participación de las mujeres en el empleo. Entonces, ya sabemos que, usualmente, en momentos de crisis, las mujeres entran más en el mercado laboral.
Fuente: Semanario Universidad