Piden no repetir errores de TLC con Estados Unidos

Eduardo Ramírez Flores
Redactor

El comercio justo no pasará de ser más que un simple anhelo, si a la hora de que Costa Rica y Centroamérica negocien un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) no se corrigen los defectos y las desigualdades que quedaron plasmadas en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, afirmaron participantes en un debate sobre este tema, el cual tuvo lugar en la Asamblea Legislativa el pasado 8 de noviembre.

La mayoría de expositores en el foro “Tratado de Libre Comercio y de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea: ¿Libre comercio o comercio justo?” mostraron pesimismo en cuanto a las posibilidades de alcanzar un buen acuerdo con los europeos, especialmente si se utiliza como piso de negociación el TLC con Estados Unidos y sus alcances.

En la actividad, realizada en lo que fue la capilla del antiguo colegio Sión, participó el colombiano Luis Pérez Rocha, secretario ejecutivo del CIFCA (Iniciativa de Copenhague para América Central y México, por sus siglas en español) y secretario general de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH).

De acuerdo con un análisis hecho por expertos de la CIFCA respecto a las expectativas centroamericanas por el eventual acuerdo con la UE, “el comercio puede ser un motor para el desarrollo, pero no con las reglas predominantes basadas en el TLC que contribuyen a obstaculizar las capacidades de los Estados, para promover políticas a favor del desarrollo y el combate de la pobreza y la desigualdad”.

El mencionado debate también tuvo como expositores a Elizabeth Fonseca, jefa de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC); Amparo Pacheco, viceministra de Comercio Exterior (COMEX); y Greivin Hernández, experto en comercio internacional de la Universidad Nacional (UNA).

Además, estuvieron los legisladores Óscar López, del Partido Accesibilidad sin Exclusión, y José Merino, del Frente Amplio; Mauricio Castro, asesor legal de la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP); y Omar Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Servicios de Promoción Laboral (ASEPROLA). Por motivos de salud no se presentó Tomás Abadía, representante comercial de la Unión Europea para América Central.

COMERCIO DESIGUAL

Al referirse a las posibilidades costarricenses de lograr un comercio justo con la Unión Europea, la diputada del PAC Elizabeth Fonseca recordó que hay una brecha de desigualdad que cada día crece más en el planeta en todos los campos.

En referencia a las relativas bondades del comercio internacional para la población del país, Fonseca citó un informe del Banco Mundial en el que se consigna que en los últimos 20 años el flujo comercial se ha triplicado, “pero los beneficios de este comercio no son compartidos por todos por igual”.

De esta tendencia no excluyó a Costa Rica, en donde “nuestro país ha visto ahondarse las diferencias; es un país que se está polarizando, donde los ricos cada día tienen más y no logramos bajar los índices de pobreza”.

En su opinión, el comercio justo podría ser un mecanismo que coadyuve en reducir la brecha social, mediante el apego a políticas que promuevan los derechos humanos, el respeto al ambiente, un trato justo para los productores, y los trabajadores.

“Yo quisiera que los europeos entendieran clarísimamente que ya la época del colonialismo terminó hacia mediados del siglo XX y que aunque los nuestros sean países pequeños y en vías de desarrollo entrecomillado, merecemos en el concierto de las naciones ser tratados con dignidad”, dijo .

Mientras tanto, el secretario del CIFCA Luis Pérez explicó que el eventual acuerdo con la UE contemplaría un diálogo político para promover el multilateralismo en el mundo, el respeto integral de los derechos humanos, y la cooperación para el desarrollo. Respecto a este último punto, comentó que han tenido una larga discusión con la representación europea en torno a cómo han entendido este tema, y sienten inquietud por la forma en que esta cooperación se ha estado orientando, pues contribuye a desarrollar políticas neoliberales o de libre comercio.

“Nos preocupa, porque entre profundas desigualdades no puede haber competitividad ni las garantías adecuadas para un crecimiento armónico entre los pueblos”. Debe prevalecer el desarrollo sostenible, tal como lo estipula la misma legislación europea, reclamó.

Por eso, Pérez exigió que la UE cumpla con el compromiso que adquirió desde 1980 en el seno de Naciones Unidas, de llevar la cooperación al 0.7% de su Producto Interno Bruto, en vez del promedio actual del 0.33%.
También solicitó que se reconozca el principio de las asimetrías y que se aplique como regla general un trato especial y diferenciado, en consonancia con el artículo 24 de la Organización Mundial del Comercio.
“Reclamamos esencialmente que el comercio y las inversiones estén al servicio de la humanidad, y no la humanidad al servicio del comercio y las inversiones. Eso que parece ser una política tan simple no la es”, lamentó Pérez.

En este sentido, denunció que el avance de las grandes multinacionales desbordan los sistemas democráticos, la gobernabilidad, y se convierte en un factor de poder que afecta gravemente los modelos políticos y económicos de los pueblos.

El secretario general de la Federación Internacional de Derechos Humanos criticó además que la Unión Europea se ha construido sobre la base de una integración económica altamente proteccionista, mediante subsidios elevados a sectores campesinos y rurales atrasados._ “¿Esto lo quieren entonces para los países del Sur? Es una gran contradicción”_, acotó.

Para él, las inversiones y el comercio europeo deben estar subordinadas al respeto de los derechos humanos, y si provocan algún tipo de lesión no deben ser aceptadas, como algunas privatizaciones de servicios: las telecomunicaciones en Costa Rica, por ejemplo._ “¿Si eso genera riqueza para el Estado, por que deberían estar en manos privadas?”_, preguntó.

De cara a las negociaciones comerciales que se inician entre Centroamérica y la UE, Pérez planteó que en estas debe existir transparencia, participación de los pueblos en las discusiones, y que exija realmente el cumplimiento de los 27 convenios internacionales sobre derechos humanos a que obliga respetar su legislación y que le dé seguimiento a dicha disposición.

COMERCIO NECESARIO

En relación con la importancia del comercio exterior para Costa Rica, la subjefa del COMEX Amparo Pacheco destacó que un 75% de sus importaciones son materias primas y combustibles. Esto significa que el comercio no es una simple obsesión, sino que para su sobrevivencia el país necesita exportar y así atender el financiamiento de una buena parte de las importaciones. “Quien no vende no puede obtener divisas para comprar”, añadió.

Como fortalezas productivas del país citó su clima tropical que le permite gran eficiencia a la hora de producir, y la mano de obra calificada.
A partir del imperativo exportador, Pacheco afirmó que es preferible para Costa Rica regir su intercambio comercial por medio de acuerdos o convenios negociados, y no que sea por la libre.

En cuanto a las relaciones con la UE, aseguró que son importantes si se toma en cuenta que es el segundo socio comercial del país, después de Estados Unidos.
La viceministra prevé que la negociación con Europa será en algunos aspectos similar a la que ha habido con otras naciones: en unos casos será simple, y en otros podría ser más compleja.

A su modo de ver las cosas, cree que no habrá problemas para ponerse de acuerdo en materia de derechos humanos, de migración, narcotráfico, y otros. Sin embargo, acerca del componente de la cooperación “a diferencia de las expectativas que tienen algunos sectores, y ojalá me equivoque no creo que Europa esté pensando en hacer algo muy diferente de lo que hemos hecho y queríamos en otros acuerdos comerciales”.

Para reforzar su parecer, recordó que la cooperación europea hacia Centroamérica se ha reducido en los últimos años, y en especial para Costa Rica.

Por otra parte, estima que en algunos tramos la negociación podría volverse compleja, dado el alto proteccionismo comercial que practica Europa, superior incluso al de Estados Unidos, lo cual ha significado duras negociaciones en anteriores ocasiones.
El tema de la integración centroamericana y verla como una sola región también lo percibe como un obstáculo, porque “me parece que hacen una lectura muy simplista de Centroamérica y quieren que seamos como Europa, y aquí no hay cinco locomotoras del primer mundo, sino cinco países en desarrollo; pero, insisten en que actuemos como si fuéramos una sola cosa, cuando no lo somos”.

En este sentido, puntualizó que_ “Estados Unidos es más pragmático, pues aceptó una coordinación que se tradujo en un 90% de negociación conjunta y el 10% de país a país”_. No obstante, avizora una negociación menos polémica, ya que ese continente despierta menos polémica que los norteamericanos.

Aceptó que no necesariamente el auge comercial y los vínculos al mercado externos implican desarrollo, aunque sí está segura de que sin comercio no hay desarrollo. De allí que llamó a aprovechar de la mejor manera las anteriores experiencias en negociación, de cara a un acuerdo con la UE.

NO REPETIR ERRORES

Por otro lado y en coincidencia con Elizabeth Fonseca (del PAC), el diputado José Merino advirtió: “Imagínense un segundo tratado con la UE si fuera negociado con las mismas perspectivas (del TLC con Estados Unidos). ¿Qué va a pasar en Costa Rica?”. Para evitar consecuencias negativas para el país, “se debe hacer si se puede todo lo contrario, para no seguir dividiendo este país”, alertó.

En su criterio, a lo largo de la historia de la humanidad ha habido muy poco comercio justo y lo que más bien ha imperado es el comercio desigual, en el que los países desarrollados se han vuelto más ricos, y los subdesarrollados más pobres.

Frente a la negociación con la UE, Merino propugna que sea democrática, transparente, sin cláusulas de confidencialidad o cuartos “oscuros” (adjuntos), con posibilidades reales de participación para los ciudadanos y para la Asamblea Legislativa desde un inicio.

Más tajante en su parecer fue el legislador Óscar López, para quien de ninguna manera deben estar en las negociaciones con los europeos, los negociadores por parte del COMEX del TLC con Estados Unidos, a los cuales calificó de “vendepatrias” y no el mejor ejemplo que lo que podría ser comercio justo.

Entretanto, a Mauricio Castro asesor legal de la ANEP le pareció extraño que en la alocución de la viceministra Pacheco no se tocara el tema del comercio justo y esto lo interpreta como que para ella lo único importante es que haya comercio negociado, sin importar las consecuencias.

La preocupación de Castro se centra no en las intenciones de los europeos, sino en la visión del modelo de país con que se llega a negociar, que es un modelo que se ha aplicado en los últimos 25 años y que plantea el derrame posterior de los beneficios y la riqueza, lo cual aún no se produce.

Castro cuestionó que diversos sectores sociales han trabajado en propuestas para avanzar en el establecimiento de un comercio más justo, pero estas no han sido bien vistas por el COMEX.

Fuente: Semanario Universidad

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