Ciudadanía Ramonense solicita a Diputado liberacionista declarar públicamente su posición con respecto al TLC

San Ramón, 29 de agosto, 2006

C-052-2006

SEÑOR DIPUTADO

JOSE LUIS VALENCIANO CHAVES-PLN

ASAMBLEA LEGISLATIVA

SAN JOSE DE COSTA RICA

Fax 243 2764 Apartado 23-1013, San Jose.

(Ubicación L-Oeste-3)

EXCELENTISIMO SEÑOR VALENCIANO:

Reciba un saludo cordial, mi nombre es Geovany Delgado, soy ingeniero agrónomo fitotecnista, graduado orgullosamente de la Universidad de Costa Rica, la misma de la que Usted ha sido distinguido académico distinguida institución en la cual tuve la posibilidad de estudiar gracias a una beca parcial,. Como ciudadano costarricense y como coterráneo suyo, deseo compartir con Usted algunas inquietudes sobre temas por Usted conocidos.

Don José Luis, estoy seguro que tanto Usted como yo deseamos lo mejor para nuestro país, nuestros hijos y nuestras familias; tanto Usted como yo queremos ver a Costa Rica por el camino correcto hacia el desarrollo, tanto Usted como yo soñamos con un país donde todos sus habitantes, sin importar sus posibilidades económicas, tengan acceso al menos a lo básico para vivir una vida digna: educación, salud, techo, alimento, información y un poco de paz.

Tanto Usted, abogado y educador, como yo, sabemos que todo ser humano, por pobre que sea, debe tener derecho a una educación de buena calidad, la cual no dependa del nivel de ingresos suyos o de sus familias; la educación es un derecho de todo ciudadano costarricense. Por medio de la educación nos damos cuenta, por ejemplo, de la existencia de una constitución política y de leyes nacionales que deben ser respetadas, y entendemos que no es justo ni sabio ni inteligente (y puede ser hasta inconstitucional) hacer tratos con otros países en los que las leyes superiores nuestras no valgan para ellos, y las de ellos, incluso las de un condado o “county”, sí valgan para nosotros.

Tanto Usted como yo sabemos que, mientras los países desarrollados (sí, esos mismos que promueven las teorías del libre comercio y nos exigen abrir nuestras fronteras incondicionalmente) SI protegen a sus agricultores para mercado interno (por algo son países desarrollados!), nuestros gobiernos aceptan e insisten permanentemente en desproteger a los nuestros; Tanto Usted como yo, orgullosamente descendientes de agricultores, sabemos que la migración forzada del campo a la ciudad (en gran parte por el desestímulo a la vida rural digna) es un fenómeno que afecta a los habitantes en las ciudades pues provoca un crecimiento desordenado, y más miseria; esto a su vez provoca más crimen y problemas sociales, problemas que estoy seguro tanto Usted como yo no deseamos promover.

Tanto Usted como yo, Don José Luis, hemos visto cómo la gente del campo en San Ramón vende su terrero y se viene a trabajar “en lo que salga” al distrito central. ¿Se ha dado Usted cuenta de esto? ¿Se ha preguntado usted por qué? ¿Cree que lo hacen porque quieren? Estoy seguro que usted sabe la respuesta, Don José Luis.

Don José Luis, Tanto Usted como yo sabemos que nuestros gobiernos centroamericanos están queriendo aceptar un “trato” en el cual abren sus fronteras a productos agrícolas subsidiados. Esto no es mi opinión, es información que ambos conocemos. Esto nos deja en indiscutible desventaja, ya que aceptamos sin chistar negociar a nombre del libre comercio algo que ni el que lo pide esta dispuesto a dar.

Don José Luis, Tanto Usted como yo sabemos que se ha usado al consumidor (a Usted, a mí y a todos y todas), como un escudo para engañarnos, diciendo que nuestra alimentación básica es mejor importarla porque es “más barata” traerla de afuera; ¿Más barata para quién? Tanto usted como yo, consumidores nacionales, NO NOS HEMOS VISTO BENEFICIADOS con tan mentados precios bajos, pues puede que sea más barata, pero esa ganancia no se traslada a nosotros los ciudadanos comunes (a los cuales ahora se nos apellida como “consumidores”, ya que para más de uno nuestro valor está en función de cuánto consumimos), en nombre de los cuales se decidió importar para que saliera “más barato”. Entonces, ¿quién es el que está ganando? Es claro: el dinerito que se pudieron ganar miles de agricultores nacionales (esto se llama “distribución de riqueza”) se está sacando de su bolsa a la fuerza y ahora pasa a la cuenta bancaria de uno solo o unos pocos, y los consumidores (tanto Usted como yo) pagamos lo mismo. ¿Y los agricultores? A la quiebra y a piratear, o a trabajar en lo que salga!!!
Supongo que tanto Usted como yo nos hemos hecho estas preguntas, don José
Luis. Y estoy seguro que Usted tiene la respuesta a ellas.

Don José Luis, Tanto Usted como yo sabemos que cuando una persona es despedida de un trabajo pero tiene un pedacito de tierra, esta es un amortiguador, porque al menos puede comer, pero cuando una persona o familia es obligada a vender su terrenito por necesidad (en cuyo caso cualquier precio parece atractivo), y ya sólo depende de un trabajo (la supuesta innovación que traería este famoso tratado con Estados Unidos), es una persona vulnerable y manipulable pues no puede dejar ese trabajo (lo único que tiene) aunque se le cometan todo tipo de injusticias laborales, ya que no puede arriesgarse y dejar de alimentar a su familia mientras busca otro trabajo. Estoy seguro, Don José Luis, que ni Usted ni yo queremos eso ni para nuestros parientes ni para nadie.

Tanto Usted como yo, Don José Luis, queremos un país de y para los costarricenses primero; yo quiero un país abierto al mundo pero no servil de nadie; no un país que ofrezca en un tratado todo, absolutamente todo su territorio, y pida menos que eso a cambio; un país que negocie DIGNAMENTE cualquier tratado con cualquier país del mundo; no un país cuyos negociadores sean pagados por el otro país (¿qué confianza podríamos tener en el portero del Saprissa al saber que en la final del fútbol nacional recibió un salario por parte del Alajuelense?).

Estoy seguro, Don José Luis, que tanto Usted como yo creemos que la agenda de desarrollo de cualquier país del mundo no puede reducirse a ser simplemente un tratado con otro país y su respectiva “agenda complementaria”; estoy seguro que a ambos nos daría risa ver a los japoneses precisados, corriendo para aprobar su agenda de desarrollo, llamada también “TLC con Costa Rica y su agenda complementaria”. ¿Risible, verdad?

Si tanto Usted como yo (le agradezco me aclare si no fuera así), Don José Luis, estamos de acuerdo en todo o al menos en casi todo, o en al menos parte de lo anterior, tenga Usted la bondad de responderme con sus argumentos:

¿Va a apoyar el TLC con los Estados Unidos de América?

Al igual que cientos de miles de costarricenses, estaré a la espera de su respuesta, Don José Luis, Usted y todos los diputados de esta asamblea tienen en sus manos una responsabilidad como pocas veces un poder legislativo había tenido; el pueblo costarricense está atento siguiendo día a día los pasos de sus legisladores en su quehacer público, y ha dado señales suficientes de su soberanía y de su poder, y en esta ocasión histórica siento que no va a tolerar una mala decisión, o una decisión basada en intereses que no sean los comunes; cada uno-a de ustedes como Servidores Públicos tendrá que rendir cuentas ante este pueblo, independientemente del partido que representen, especialmente en este momento histórico. Costa Rica esta esperando, Don José Luis; yo por el momento, espero respetuosa pero inquietamente su respuesta.

Como ciudadano y coterráneo suyo, Don José Luis, le insto enérgicamente a no apoyar este tratado de la manera en que está actualmente, ya que no es “tratado” para los EEUU pero si lo es para nosotros; ni es libre, porque acepta abrir nuestras fronteras mientras que la contraparte sí podrá aplicar subsidios; ni es sólo de comercio, ya que Usted y yo sabemos que es estructural. Por nuestro origen común, ambos sabemos que habrá perdedores, y sabemos quiénes son. Yo pregunto, Don José Luis, ¿Quién se arrogó la potestad de decidir por ellos, y de beneficiar a otros? ¿Cuál es el país que Usted quiere, Don José Luis, para sus hijos y los míos, al final todos hermanos por ser hijos de esta misma tierra bendita?

Deseo aclarar que no soy ni comunista, ni sindicalista, ni empleado público, ni tengo interés alguno en estos grupos, y lo aclaro ya que algunos acostumbran señalar con estos adjetivos a quienes creemos que los problemas que nos aquejan no se deben a “falta de tratados”, que la cosa no es tan simplista, que las soluciones a nuestros problemas no están en las manos mágicas de los Estados Unidos de América, sino en las nuestras propias; a quienes hemos leído el contenido de este tratado y quienes pensamos de verdad y con el corazón en el bien común. Me desempeño en el sector privado, directamente ligado al sector exportador de alimentos.

Creo tanto en el comercio LOCAL como en el INTERNACIONAL pero en un comercio con dignidad, creo en el comercio con justicia y distribución de riqueza. No creo en el comercio en el que hay que agachar la cabeza, dar todo lo que nos pidan y no poder exigir sino sólo recibir lo que nos quieran dar.

¿Y Usted, Don José Luis, en qué tipo de comercio cree?

Espero respetuoso y atento su respuesta.

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Ing. Agr. Geovany Delgado Hidalgo
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