TLC profundizará discriminación y exclusión de la mujer

La Mesa de Trabajo Sindical de Mujeres, (instancia de coordinación unitaria, conformada por las secretarías de la mujer de ASDEICE y UNDECA, y la Comisión de Género y Diversidad de ANEP), auspiciada y asesorada por la Fundación Friedrich Ebert América Central, intentan posicionar y proyectar el trabajo sindical con perspectiva de género, tanto a lo interno como a lo externo de las respectivas organizaciones sindicales.

La actividad contó con la presentación del estudio, realizado para la Fundación Ebert, de la economista María Eugenia Trejos sobre el “Impactos del TLC sobre la Mujer Trabajadora”. Además los comentarios sobre el tema de Susan Quirós, asesora legal de la ANEP y de Marta Elena Rodríguez, Secretaria General Adjunta de la Unión de Empleados de la Caja Costarricense de Seguro Social, CCSS.

Al foro asistieron 94 mujeres trabajadoras de diversas instituciones públicas y privadas, lo que se considera importante debido a que son trabajadoras, la mayoría de ellas con dobles jornadas y roles.

El TLC no tiene un capítulo sobre las mujeres

El Tratado de Libre Comercio que se negocia no contiene ninguna mención a las mujeres y, sin embargo, de aprobarse, sus impactos serían realmente importantes.

La tendencia fundamental que podemos identificar es a la exclusión de los circuitos del capital en un doble sentido: en primer lugar, como trabajadora extradoméstica se puede esperar un aumento significativo en el desempleo que no va acompañado por una inserción laboral posterior, como sucede cuando se habla de un “ejército de reserva”, sino por la salida de los circuitos de reproducción del capital de manera más sostenida, con la formación de un “ejército de excluidos(as)”.

Así podríamos esperar que aumente significativamente el número de mujeres ubicadas en las unidades económicas de tamaño micro, que sólo son el refugio que encuentran para la sobrevivencia o, como dijimos, la manifestación de su falta de opciones, de su exclusión.

También podríamos esperar que las mujeres trabajadoras extradomésticas que se integran al trabajo asalariado lo hagan cada vez más en empresas donde no se respetan muchos derechos laborales, donde el trabajo es muy inestable y donde las condiciones de trabajo pueden ser muy malas.

Esto corresponde con la tendencia a la eliminación de normas protectoras que los empresarios, gobiernos y organismos internacionales señalan como obstáculos al comercio y a la competitividad de las empresas. Es así porque las empresas industriales “estrella” del TLC son las del tipo maquiladora y en ellas se han denunciado muchos problemas laborales, como la inestabilidad, riesgos a la salud, mal trato, jornadas extenuantes y de salarios bajos cuya fijación obliga a trabajar a ritmos sumamente intensos.

Por el lado de las mujeres habría situaciones de mucha tensión y agotamiento, con el consiguiente desgaste prematuro.

Como trabajadoras extradomésticas las mujeres campesinas recibirían un impacto significativo, de aprobarse el TLC, sobre las posibilidades de sobrevivencia y reproducción pero, sobre todo, sobre su cultura milenaria y sus prácticas de cultivo, que serían amenazadas por las exigencias sobre la propiedad intelectual que tiene el tratado.

En segundo lugar, como trabajadoras domésticas, si se aprobara el TLC, podríamos esperar un menor acceso a los servicios públicos, entre ellos el de telefonía, educación y salud, con lo cual la situación de las mujeres es la más vulnerable porque en la sociedad patriarcal somos las que asumimos la atención de estas necesidades en la familia, pero también porque el menor acceso las afectará de manera directa también a ellas en su salud y en sus oportunidades de formación.

También podríamos esperar que se dejen de producir los alimentos en el país y, en algún momento, aumenten sus precios o se presenten períodos de desabastecimiento.

Sumado a los problemas anteriores, el acceso a los alimentos puede ser más difícil y, nuevamente, serían las mujeres pobres las que más sufrirían las consecuencias.

La mayor pobreza que puede ser resultado de lo anterior, significaría el aumento de muchos problemas sociales, como el trabajo infantil, la delincuencia, la desesperanza, etc. Tendríamos mujeres y hombres más pobres y más mujeres y más hombres pobres.
Las primeras, como trabajadoras domésticas tendrían que lidiar de manera directa con esa mayor pobreza.

En síntesis

El TLC tendría efectos sobre la mujer como trabajadoras extradomésticas y domésticas. Las primeras serían excluidas de los circuitos del capital o serían integraría de tal modo que favorecieran la generación de excedentes sobre la base de menores pagos a la fuerza de trabajo o de mayor intensidad en el trabajo.

Como trabajadoras domésticas, el TLC les reduciría el acceso a los servicios públicos para atender sus necesidades y las de su familia; con ello aumentaría el tiempo que deberían dedicar a ese trabajo invisible, al mismo tiempo que aumentaría su desgaste y se reduciría, aún más, el tiempo disponible para la recreación, la formación, las relaciones interpersonales y la participación en la defensa de sus intereses y los de sus compañeros de trabajo y de vida.

Documentos Adjuntos:
Impactos del TLC sobre la mujer trabajadora, María Eugenia Trejos
“El TLC y su impacto en las mujeres trabajadoras”, Susan Quirós

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