IVM-CCSS: ¿“Trampa” negociadora para legitimar zarpazo al salario obrero? (Parte 1)

¿Trabaja usted de forma asalariada para la empresa privada? ¿Labora usted para alguna institución estatal? ¿Paga usted seguro voluntario a la Caja?…¡Prepárese!

A partir del próximo día 1 de junio (prácticamente estamos a dos meses), su salario le será rebajado en un uno por ciento (1%). ¡Sí! Cuando vaya al cajero, reciba el cheque o le paguen en efectivo, notará que le vino menos. O cuando vaya a pagar el seguro voluntario, lleve más plata porque se lo subirán en un 1%.

Lea cuidadosamente lo siguiente: “…encargar a la Gerencia de Pensiones para que, en un plazo de un mes, elabore y presente a esta Junta Directiva, la propuesta de reforma al Reglamento de Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte requerida para incrementar la contribución del trabajador en un punto porcentual, de modo que pase de 2.84% a 3.84%, a partir del 1 de junio del año 2017, y someterlo a consulta pública conforme a lo establecido en el artículo 361 de la Ley General de la Administración Pública. ACUERDO FIRME”.

La distinguida ciudadana y servidora pública doña Emma C. Zúñiga Valverde, secretaria de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), nos respondió la consulta que le formuláramos al respecto, en su oficio No. 48.418, fechado 15 de marzo del año 2017; indicándonos que la Junta Directiva de la Caja, en su sesión No. 8882 y celebrada el 12 de enero pasado, tomó ese acuerdo de rebaja salarial del 1% para incrementar, unilateralmente y decidido por ella misma, en igual porcentaje el aporte obrero al régimen de pensiones IVM-CCSS.

La directiva de la Caja dice tomar tal decisión con base en un documento que le presentó la Escuela de Matemática de la Universidad de Costa Rica (UCR), el cual “…en su recomendación 2 establece la necesidad del fortalecimiento financiero y, consecuentemente, evitar el deterioro de la reserva de inversiones del Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte…”. Así está escrito en el oficio firmado por doña Emma. Aclaramos que dicho documento nos merece gran credibilidad. ¡Pero!…

Y, ¿entonces? ¿No era que iba a darse primero un “diálogo” social para hablar del futuro de la sostenibilidad financiera del régimen jubilatorio más importante del país, el de Invalidez, Vejez y Muerte administrado por la Caja Costarricense de Seguro Social (IVM-CCSS)?

¿Para qué “diálogo” si la decisión del zarpazo de la rebaja del 1% al salario obrero ya fue tomada? ¿Para qué “diálogo” si las otras dos decisiones antiobreras ya, prácticamente, también las tienen tomadas? Elevar la edad para pensionarse (¿hasta los 70 años?); y reducir el monto a recibir (¿al 40 por ciento?)…

La Caja, a fin de darle curso al establecimiento de ese “diálogo”, estableció una junta directiva “paralela” para que le hagan el “trabajo sucio” de la legitimación del zarpazo al salario obrero con esa rebaja salarial del 1% que aplicarán a partir del 1 de junio.

Como algunos saben, la Caja es dirigida, en su máxima instancia jurídico-institucional, su poder formal, por 9 personas. Aclaramos que decimos poder formal porque el real poder en la Caja está en otro lado: algunas gerencias tecnocrático-políticas, una parte del alto corporativismo gremial médico; y, por cierta red de corrupción establecida por la vinculación de la necesidad de salud pública con la avidez del negocio de la salud para el beneficio del lucro privado, generada por la enfermedad de las personas.

Pero volvamos a que la Caja en su máxima instancia jurídico-formal tiene 9 personas: tres nombradas por el gobierno de turno; 3 por el alto corporativismo empresarial del mayor gremio de negocios del país; y 3 personas provenientes de organizaciones sociales, a saber: una del cooperativismo, una del solidarismo y una del sindicalismo.

Ocurre que, según su peculiar concepción de “diálogo” social, la Caja reprodujo tal esquema y solamente para hablar del futuro de IVM-CCSS. Con la decisión ya tomada del zarpazo al salario obrero de la rebaja salarial del 1%, impuso un esquema parecido: 3 del gobierno, 3 del indicado grupo empresarial privado; y 3 de esos sectores sociales (cooperativismo, solidarismo y sindicalismo). En total 9 personas.

Al propio Presidente de la República la directiva de la Caja le dio la espalda cuando éste le pidió dejar sin efecto ese zarpazo al salario obrero y así, según él, crear un clima de transparencia y de buena fe para tal “diálogo”.

La corriente sindical en la cual desarrollamos nuestro accionar, el Colectivo Sindical Patria Justa (que incluye a la ANEP), ha rechazado la “invitación” que nos hiciera la cúpula formal de la Caja para que estuviéramos participando de esa peculiar mesa de “diálogo” social.

No vale la pena que la presencia sindical sea instrumentada para legitimar decisiones de alto costo social y de evidente rechazo popular obrero-social; a sabiendas de que la sostenibilidad financiera futura del régimen de pensiones IVM-CCSS pasa por combinar una serie de aspectos denominados por los técnicos y especialistas como “paramétricos” (los macrodatos de la ciencia estadística), y por los aspectos “no paramétricos” que a juicio de las visiones sociales y obrero-organizacionales son tan relevantes éstos como los otros.

Al parecer, la Caja está “desesperada” por inyectarle al régimen IVM-CCSS unos 100 mil millones de colones, en el menor corto plazo posible; gigantesca cantidad de plata que la pretenden sacar del bolsillo salarial obrero; ese bolsillo tan golpeado por salarios prácticamente congelados, por salarios mínimos de bajo poder de compra para una sociedad de tan caro vivir; y, por si fuera poco de salarios mínimos que en una tercera parte no se respetan por parte de los patronos.

Por el contrario, otro tipo de diálogo social, real diálogo social, llevaría a considerar que ese sistema de representación depositada en 9 personas podría no ser ni política ni metodológicamente correcto para establecer la integralidad de medidas requeridas para una sostenibilidad financiera futura y segura del régimen de pensiones IVM-CCSS; considerando que los aspectos no paramétricos no tienen viabilidad política de análisis y ni siquiera de consideración real con un esquema de votación que lleva a que la propuesta sindical podría ser de 1 voto contra 8.

Veamos tan sólo un ejemplo de la relevancia de esos temas no paramétricos: el de la evasión patronal y no pago de las cuotas a la Caja por parte de cierto empresariado. Uno de los tres representantes patronales designados para conformar esa junta directiva “paralela” de la Caja ya renunció pues quedó en evidencia su propia morosidad patronal. Otro potencial integrante de esa junta directiva “paralela” que vería el IVM-CCSS, también ha quedado en controversia por su participación en sociedades anónimas con presunto pendiente de pago de cuotas al sistema IVM-CCSS. Continuaremos la próxima semana…

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