A 80 años de la muerte de Farabundo Martí

Homenaje a Farabundo Martí. 80 años de la Masacre de 1932.

Este día se cumplen 80 años de la Masacre de 1932. Una respuesta militar del gobierno de Maximiliano Hernández Martínez, apoyado por la oligarquía, al levantamiento indígena en contra de la explotación descarada de la época, quien ordenó la ejecución de todo aquel que se alzase contra el régimen. Indígenas campesinos y humildes; madres, niños y ancianos; todos asesinados; un verdadero genocidio.

Alrededor de 40,000 muertos, definidos como “terroristas” o “salvajes”. Hasta la fecha, se siguen viendo viendo las repercusiones. Uno de los episodios más emblemáticos y determinantes en la historia de El Salvador, por sus secuelas políticas, económicas y sobre todo, culturales.

Tras sofocar la rebelión, el gobierno de Hernández Martínez inició un proceso de represión hacia los opositores, y se utilizó el padrón electoral para torturar o asesinar a quienes habían declarado ser oponentes a las acciones del gobierno. Los acontecimientos trajeron consigo el exterminio de la mayoría de población hablante del náhuat, lo cual ha influido en la pérdida casi total de la lengua originaria en El Salvador.

Las poblaciones indígenas abandonaron muchas de sus tradiciones y costumbres por temor a ser capturados. Muchos de los indígenas que no participaron el levantamiento manifestaban no comprender el motivo de la persecución gubernamental. La vestimenta y muchas de las costumbres indígenas se fueron reemplazando para no ser víctimas del conflicto.

ARENA, fundada por Roberto d’Aubuisson, inicia sus campañas electorales en Izalco, sitio emblema de los acontecimientos de 1932; una bofetada al pueblo indígena. El himno de su partido reza “El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán”, conmemorando así la masacre que detuvo a los “comunistas”; como llamaron a los indígenas para justificar sus atrozes actos. Es nuestra obligación recobrar la verdadera memoria histórica de nuestro pueblo; no olvidar, para no permitir que vuelvan a suceder estos hechos abominables.

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