Las revelaciones periodísticas recientes sobre una serie de anomalías que se habrían venido cometiendo, con ribetes de presunta corrupción, en los últimos años en uno de los hospitales más emblemáticos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Calderón Guardia, nos ha dejado con mucho dolor pero profunda indignación.
Desde nuestra perspectiva sindical hemos venido sosteniendo que la Caja, la entidad más importante de la institucionalidad costarricense, merece la más grande atención de la ciudadanía que ocupa de sus servicios, que no es ni más ni menos que la abrumadora mayoría de la población habitante del país.
A esta altura de los desafíos actuales y futuros que tiene la Caja y luego de nuestra propia experiencia sindical en torno a sus asuntos, concluimos que: a) la Caja vive una especie de secuestro por parte de poderosos grupos corporativos internos y externos, incluyendo algunos de naturaleza sindical. b) La Caja es la vida del pueblo trabajador; los y las costarricenses de los sectores medios y populares no sabemos lo que es vivir sin ella. c) La Caja es del pueblo trabajador, no de los sindicatos. d) El poder de lo que denominamos como la “realeza médica” (por sus altísimos salarios, básicamente), tiene la hegemonía en el control de la gestión de la Caja y los sucesivos gobiernos le han tenido miedo a los gremios que representan los intereses de este pequeño pero poderoso grupo.
Desde la militancia sindical que ocupa todos nuestros días, somos testigos de un gran esfuerzo multisectorial de análisis de los problemas de la CCSS en los últimos años que culminó, en febrero de 2013, con el lanzamiento de un planteamiento denominado “10 medidas para comenzar a ordenar la Caja”.
El actual Presidente de la República, su Ministro de la Presidencia y la propia Presidenta Ejecutiva de la CCSS, (en su orden, don Luis Guillermo Solís Rivera, don Melvin Jiménez Marín y la doctora Rocío Sáenz Madrigal), lo conocen muy bien porque estuvieron inmersos en el mismo, aportando ideas, mucho antes de que pensaran que iban a ocupar los altos puestos públicos mencionados.
Los tres jamás imaginaron (como le sucedió a todo el mundo), lo que pasaría con el proceso electoral nacional del 2014; y, mucho antes del mismo participaron en su condición ciudadana con los y las representantes de ese conjunto organizacional multisectorial preocupado por el futuro de la Caja.
Pues bien, necesitamos que la ciudadanía tome nota de que la Caja ocuparía de cambios como los siguientes: 1) el “desenganche” salarial médico. 2) Guardias médicas de tres turnos, las 24 horas, en los hospitales a fin de entre otros factores positivos, reducir las listas de espera que son un “misterio”. 3) Un registro obligado de todas las operaciones quirúrgicas diarias, tanto en los hospitales públicos como los privados para, por ejemplo, reducir el “biomberismo” al mínimo. 4) Centralizar el sistema de compras para evitar la corrupción y las “mordidas” con adquisiciones de insumos médico-farmacéuticos y de otra naturaleza en sede local. 5) Democratizar la formación de especialistas médicos para quitarle el control de ello a ciertos gremios ultracorporativos que controlan cuántos y quiénes ingresan anualmente a esos selectos “guetos”.
Anhelamos que el gobierno actual y las indicadas personas arriba mencionadas, abran el espacio de diálogo social del caso para empezar a hablar de los graves problemas de la Caja y empezar el camino de su “liberación”.